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Ajedrez en la ficción: cine, literatura y TV

Un juego milenario que requiere templanza, previsión y, por sobre todas las cosas, una pizca de imaginación.

64 casillas y un número casi infinito de posibilidades, el campo de batalla claro oscuro, dos rivales con su ejército de piezas que emergen con valor, listos para la batalla. Con Gambito de Dama siendo la miniserie más vista en la historia de Netflix, vuelve a tomar fuerza el Ajedrez en la ficción.

Para el actual gran público, Gambito de Dama fue la puerta de entrada que los interesó en el Ajedrez, quizás uno de los exponentes de la ficción más importantes de todos los tiempos. Hay que comenzar diciendo que la serie fue uno de esos guiones encajonados por años hasta ver la luz del día.

Gambito de Dama y el Ajedrez en la ficción

Gambito de Dama y el Ajedrez en la ficción

La idea de adaptar la novela homónima de Walter Tevis pasó por varias manos desde los años ´80, y hasta hubo rumores de una adaptación cinematográfica del director Bernardo Bertolucci. Finalmente llegó a Netflix en forma de miniserie.; con algunas críticas y polémicas en el medio, no dejó a nadie indiferente.

Pero hoy no venimos a hablar de la serie de Anya Taylor-Joy, sino del Ajedrez en general, un desahogo estratégico del que soy fan desde que tenía unos tiernos 13 años (cuando comencé a jugar con mis amigos de secundaria).

El Ajedrez como símbolo

Las historias usan el Ajedrez de manera más convencional como un significante de inteligencia. Es una simplificación común en guiones, recuerda al mal uso del cubo Rubik en el cine (algo de lo que hablé por ACÁ). Mostrar a un personaje que logra un jaque mate rápido funciona como mostrarlo resolver un cubo de Rubik en cuestión de segundos o escribir ecuaciones en el cristal de una ventana. Es el camino fácil de “mostrar sin decir”.

Cuando Lisbeth Salander, de La chica del dragón tatuado, domina rápidamente el juego, no se trata tanto de ajedrez como de informar a la audiencia de su enorme intelecto. Casi nunca, de hecho, se trata del ajedrez cuando aparece en pantalla.

La habilidad ajedrecística de un héroe puede denotar una personalidad contemplativa y analítica, así como introversión o soledad. Mientras tanto, los malos que juegan al Ajedrez son astutos y calculadores. Piensen en el Moriarty de Sherlock Holmes, Magneto o Roy Batty de la Blade Runner original.

De esa forma, no se necesita ser una mente maestra para entender que una partida representa siempre un conflicto más amplio. Pawn Sacrifice, por ejemplo, muestra el campeonato mundial de Fischer contra el jugador soviético Boris Spassky, pero habla tanto de la Guerra Fría como de Fischer y Spassky.

Quizás el problema del Ajedrez es que un espectador casual puede no saber cómo se mueven las piezas ni entender las sutilezas de una posición de un vistazo. Ahí es donde los guionistas y directores deben encontrar formas creativas de mostrar cómo viene avanzando la partida mediante las expresiones faciales de los contricantes.

Las convenciones cinematográficas que rodean al Ajedrez pueden ser cliché, unidimensionales o simplemente no fácticas, pero también tienden a realzar el prestigio del juego.

Ejemplos del Ajedrez en la ficción

Muchas veces relacionado con lo misterioso y lo oculto, el Ajedrez en la ficción ha tenido más participación que todo el resto de juegos de mesa combinados.

Solo en la literatura, por ejemplo, podemos mencionar la conocida novela La Tabla de Flandes (Arturo Pérez- Reverte, 1990), el conocido best-seller El Ocho (Katherine Neville, 1988) o La jugadora de Ajedrez (Bertina Henrichs, 2005).

El cine suele tener guiños interesantes hacia este juego. En Día de la Independencia (1996), por ejemplo, el protagonista (Jeff Goldblum) y su padre juegan una partida al aire libre. Más tarde, cuando Goldbum entiende el plan de los extraterrestres afirma:

“Es como en el ajedrez. Sitúas las piezas estratégicamente y después atacas. Finalmente: jaque mate”.

No es de extrañar que el Ajedrez en la ficción tenga a Bobby Fischer como uno de sus protagonistas. La clásica En busca de Bobby Fischer (1993) relata la trágica historia del campeón de Ajedrez más joven del mundo. Hay otra adaptación más reciente sobre la historia de Fischer: Pawn Sacrifice, con Tobey Maguire, estrenada en 2014.

Pawn Sacrifice (La Jugada Maestra) - El ajedrez en la ficción

Pawn Sacrifice (La Jugada Maestra) – El ajedrez en la ficción

El personaje de Tim Robbins en The Shawshank Redemption nos muestra su afición por el juego tallando distintas piedras en la soledad de su celda, durante las interminables noches encerrado en prisión.

En el pasado hemos hablado del error de HAL-9000 en la partida de 2001: Odisea en el Espacio. En la ficcional partida entre el astronauta Frank Poole (Gary Lockwood) y la supercomputadora HAL 9000, se comete un error de análisis evidente, quizás adrede (conociendo la manía de Kubrick por los detalles).

La primera adaptación de Harry Potter (Harry Potter y la Piedra Filosofal, 2001) nos pone ante una de las partidas de Ajedrez más vistosas: el tablero viviente que Ron Weasley ayudó a derrotar para encontrar la famosa reliquia.

Pero la manifestación más conocida probablemente sea la que encontramos en la monocromática cinta El séptimo sello (1957), donde un hombre busca la respuesta sobre la existencia de Dios mientras juega una partida de Ajedrez con la misma Muerte. Una obra maestra del sueco Ingmar Bergman.

El Séptimo Sello - El ajedrez en la ficción

El Séptimo Sello – El ajedrez en la ficción

Ajedrez en The Big Bang Theory

En cuanto a la TV, pese a que no me gusta The Big Bang Theory, sí me hizo reír aquel episodio en el que los geeks crean un tablero en 3 dimensiones, en un intento de darle más emoción al asunto. Y en otra oportunidad me descostillé de la risa con el “Ajedrez de agentes secretos con obstáculos láser”:

La popular sitcom metió una referencia más. Sheldon propone un ajedrez para 3 jugadores: una zona común central estratosférica y un cuadrilátero transicional hacia mosaico triangular. No se quedó ahí, sino que además creó nuevas piezas que no tienen desperdicio.

Así, tenemos al Primo Joey (el primo débil mental del rey que no puede comer a nadie y tiene una posibilidad entre cinco de morir con cada movimiento); la Catapulta, que puede lanzar otras piezas contra fichas del enemigo, la Serpiente, que envenena a la pieza rival (haciendo que esta fallezca dos jugadas después) y la Anciana, que puede salvar a una pieza envenenada y, al hacerlo, se convierte en “Emperatriz real”.

El Ajedrez ha sufrido mínimos cambios a lo largo del tiempo, y cada vez fascina a más personas. Considerando que el primer movimiento de las blancas ya produce veinte posibles movimientos y que, después del movimiento de las negras (el segundo de la partida), se producen cuatrocientas posibilidades más, puedo entender por qué.

“Algo que siempre me ha cautivado de este juego es que cuando termina, todas las fichas, desde los peones hasta los reyes, van a parar a la misma caja” (proverbio italiano)


¿Qué otros ejemplos de Ajedrez en la ficción recuerdan?

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