ANATOMÍA DEL GUIÓN de Duro de Matar

Cuando una película nos cuenta la historia de un tipo común –con un poco de entrenamiento en armas, pero común al fin— está en una situación engorrosa de la cual solo puede salir con su viveza y una Beretta, es inevitable referirse a Duro de Matar. Es más, podríamos decir que todas las películas de acción de los últimos 27 años tienen una deuda con esta película de John McTiernan. Los machos re-contra machos que boletean a los malos tirando remates graciosos, se volvieron el prototipo a seguir; todos de ahí en adelante son hijos de John McClane (y de Riggs y Murtaugh, pero esa es otra historia que ya he diseccionado aquí).

Pero Duro de Matar es algo más que solo una frase (Yippie Ki-Yay, Moth*r F*cker, tenía que decirla), y por todo lo dicho en el primer párrafo, en esta nueva Anatomía del Guión diseccionamos la estructura narrativa de esta pelí, cuyo protagonista en un principio iba a ser encarnado por Frank Sinatra y hasta incluso Schwarzenegger fue convocado para el papel (como secuela de Commando). Viste, te dijimos que en Alta Peli te queríamos educar.

Anatomía del guión de Duro de Matar

1ER ACTO

EL TABLERO, LAS REGLAS, LAS FICHAS

Un avión aterriza en el aeropuerto de Los Angeles (Mundo Real). En su interior John McClane, un laburante como cualquier otro que viene a pasar las fiestas con su familia esta visiblemente nervioso. Su compañero de asiento le recomienda que ni bien llegue a casa, se saque los zapatos y las medias y se ponga a hacer “luchas con los dedos”.

El avión aterriza. Se levantan los pasajeros y el compañero de asiento no puede evitar notar la señora Beretta que asoma por la campera de McClane colgando de una sobaquera. McClane le contesta: Es policía. (Estamos ante una película de acción señores)

Cortamos al piso treinta y pico del Edificio Nakatomi Plaza, cuyos empleados están en pleno festejo navideño. El ponja que corta el bacalao, con la mejor onda, felicita a todo el personal por otro año exitoso. Conocemos a Holly Gennero, una de las ejecutivas que trabaja como asno para esta compañía. Tras evitar los avances de su bananón colega Ellis, Holly llama a casa para ver si llamo su marido. Durante esta conversación nos avivamos de dos cosas: McClane es el marido en cuestión (por una foto familiar) y las cosas no están bien en el hogar familiar (Holly pone boca abajo una foto de la feliz familia).

Volvemos a cortar al aeropuerto, donde McClane se aviva que le mandaron una limusina para llevarlo a la partuza en el edificio. Durante el viaje, el chofer, medio charleta, le saca conversación y nos enteramos de otra cosa: McClane es un Policía Neoyorquino, cuya esposa la pegó en grande, pero él se tuvo que quedar en la Gran Manzana por cuestiones de laburo.

TENES UN TEMITA SERIO CON…

En el guión de Duro de Matar se plantea el tema y/o pregunta y/o la falla que el personaje deberá superar para sortear el conflicto cuando McClane tiene la discusión con su mujer sobre por qué usa su apellido de soltera para trabajar acá. Hacer a un lado el orgullo masculino. De eso trata Duro de Matar.

HOLA, ME LLAMO CONFLICTO Y VENGO A CAGA*TE LA VIDA

Un camión y un Mercedes Benz se acercan al edificio. El camión va al estacionamiento. El Mercedes para la entrada. Un rubio y un caballero afroamericano entran lo mas pancho hablando de deportes, y el rubio de repente saca un arma y le vuela la cabeza al pobre recepcionista. El caballero afroamericano salta el mostrador y empieza a manosear la computadora.

Mientras tanto, en el estacionamiento, descienden del camión una quincena de malosos entre los que figura Hans Gruber, nuestro villano. Estos malosos, de a poco, cortan las comunicaciones y cierran los accesos del edificio, tomando completo control del mismo. Los que celebran la partuza no tienen ni idea (y con el pedo que tienen a esta altura, ¿Cómo carajo se van a avivar?)

Corte al piso de la partuza, donde Gruber hace su aparición. Suenan los disparos. McClane los oye, toma su pistola, y se las ingenia para tomárselas justo cuando los malos sacan a los rehenes cuarto por cuarto.

¿NO SE PUEDE ARREGLAR DE OTRA MANERA?

Hay una razón por la cual Gruber y sus muchachos están acá: Hay 600 palos verdes en la bóveda del edificio y necesitan la clave del ponja para poderla abrir. El pobre ponja trata de explicarle a Gruber que es al pedo, ya que él solo tiene una clave, y el resto la tienen los miembros de la mesa directiva, los cuales están en Tokyo. Gruber trata de persuadirlo, el ponja también, Gruber se harta y…

NO HAY TU TÍA (1ER PUNTO DE GIRO)

…le vuelan la cocuza al ponja. Obligando a los malos a romper la cerradura de la bóveda, lo que les va a tomar un laaaaargo rato… y un gran taladro (no ese taladro, mal pensados). El punto es que entre ambas cosas, McClane está metido de cabeza en el segundo acto.

2do ACTO (PARTE I): ES UNA M*ERDA PERO HAY QUE HACERLO

McClane desesperado, puteando por no haber salvado la vida del pobre ponja, trata de pensar como cazzo llamar a la caballería. Como no funcan los teléfonos, activa la alarma para incendios. Gruber pide llamar al 911, pero al mismo tiempo manda a uno de sus esbirros al piso donde se prendió la alarma. Dicho esbirro encuentra la muerte tras un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con McClane.

Tras sacarle los puchos y la metralleta, McClane les manda el fiambre por ascensor. Se arma el quilombo: El fiambre en cuestión era hermanito del rubio que les había mencionado más arriba. Naturalmente, no está contento y quiere a McClane arriba de un palo.

McClane va a la azotea y con la radio (que le saco al fiambre) trata de llamar a la Policía de Los Ángeles, quienes piensan que el pobre tipo les está jugando una j*da, y exige que le manden una patrulla. A todo esto: Se producen los primeros tiroteos de los malos a McClane, y la Policía ahí recién hace caso y les manda al Sargento Al Powell.

Powell revisa el lobby y parece que no está pasando nada del otro mundo. Pero cuando se trata de ir en la patrulla, McClane le tira otro fiambre para que se avive el Sargento. Como si esto fuera poco, los malos agarran una ametralladora antiaérea y convierten a la patrulla en queso Gruyere. En fin, esta es la gota que rebalsa el vaso, poniendo en evidencia que algo apesta en el Nakatomi y una masa de Policías no tarda en llegar al edificio.

DECIME DE NUEVO ¿DE QUÉ TRATA ESTA PELI?

En el caso del guión de Duro de Matar esta herramienta prepara el terreno para algo que nos vamos a encontrar a mitad de camino, en el Punto Medio de la peli. La escena en cuestión es el primer dialogo que McClane sostiene con Hans Gruber por la radio, al mismo tiempo que descubre los Explosivos Plasticos, cosa que desespera a Hans.

NO SOLO DE TRAMAS PRINCIPALES VIVE EL HOMBRE

En el caso del guión Duro de Matar tenemos dos subtramas que corren paralelas a las de la trama principal. Por un lado, la del Rialesco periodista Richard Thornburg, y por otro, la historia de amistad que mantiene McClane con el Sargento Al Powell por la radio.

CINCO PAL’ PESO (PUNTO MEDIO)

El punto medio en el guión de Duro de Matar es cuando la policía al llegar al Nakatomi Plaza, no tienen mejor idea que mandar a los muchachos del SWAT en un lindo tanque. Un lindo tanque que Hans cag* a cohetazos. McClane, en vano, trata de decirle que pare un poco la moto. Hans, como es de esperarse, se pasa los comentarios por el quinto forro de las bolas, y tira de nuevo. Encabronado, McClane tira los explosivos plásticos que se encontró por el hueco del ascensor, eliminando así más malosos.

2DO ACTO (PARTE II): DE GUATEMALA A GUATEPEOR

El comisario de turno le cae para el tujes lo que hizo McClane con los explosivos y lo cag* a p*dos. Ellis, el bananón, trata de hacer un negocio con Hans para que McClane se rinda, alegando que es un amigo de toda la vida que está arriesgando su vida. El truco le sale para el ort*, y Hans le revienta la cabeza.

A esto sumémosle que McClane y Hans se encuentran por primera vez cara a cara. Obvio que John no se da cuenta al toque que es Hans por el acento americano que puso para confundirlo. No obstante, cuando lo descubre, se produce un tiroteo que deja el suelo saturado de vidrios y el pobre McClane se clava unos cuantos.

SE PUDRIO TODO

Tras el quilombo con el SWAT, es obvio que a la Policía de Los Ángeles no le da el piné para lidiar con estos flacos y entra el FBI, que ordena cortar la electricidad para meterle miedo a Hans y sus muchachos. El corte de luz, de hecho, facilita que las dos últimas trabas de la bóveda se liberen y los malos puedan acceder a la bóveda.

Como si esto fuera poco por obra y gracia de la entrevista que le hace el Rialesco Thornburg a los hijos de McClane en la Television, Hans se aviva que la Señora de McClane es uno de los rehenes en cuestión.

ES MOMENTO DE UNA REFLEXION

(Una instancia, donde el protagonista reflexiona lo mal que le está yendo, pero termina encontrando las fuerzas para salir adelante)

McClane, sacándose uno a uno los vidrios y desangrándose vivo, llega a la conclusión que es probable que no salga vivo y le pide por favor al Sargento Powell que si la ve a su mujer que le diga “John dijo que lo lamentaba”. La admisión de McClane de no haber acompañado más a su mujer en su éxito laboral trae una resolución del tema de la peli…

Powell también aprovecha para decirle que él también se mando una señora cag*da durante sus primeros días en la Fuerza Policial: Le disparo sin querer a un chico, que tenía un arma de juguete que parecía muy real. Aunque no queda claro si palmó o no, el caso que a Powell le agarró un cag*zo tal que nunca pudo desenfundar su arma desde entonces. Traemos este dato a colación porque termina garpando en el final.

CON LOS TAPONES DE PUNTA (2DO PUNTO DE GIRO)

McClane se mete en un intenso cuerpo a cuerpo con el Rubio, que termina con este siendo ahorcado por una cadena. Justo cuando consigue sacar a los rehenes de la azotea, cae el FBI en un helicóptero a cagarlo a tiros pensando que es uno de los terroristas. Ante esto Hans detona los explosivos que tenia ahí y vuelan a la mierda. McClane naturalmente zafa de pedo (en una de las mejores escenas de la película, en uno de los mejores planos de la película) atándose una manguera de incendios y salta de la azotea del edificio para luego cag*r a tiros los vidrios para volver a entrar al edificio.

3ER ACTO

SIEMPRE QUE LLOVIO PARÓ

McClane encuentra a Hans y a su último esbirro. Pero ve que tienen a su señora CHAN! Como si eso fuera poco solo le quedan dos balas a su arma CHAN! Las tiene que aprovechar. Ve una cinta adhesiva y se le ocurre una idea.

Tras un dialogo en el cual McClane corrige la sapiencia cinéfila de Hans Gruber: “Ese era Gary Cooper, estúpido” (que por otro lado es completamente cierto; se refieren a A La Hora Señalada), se saca el arma de la espalda y los baja a los dos. Solo que Hans por la inercia rompe la ventana, y queda colgando de la mano de la mujer. Tras un tira y afloje, le destraba el Rolex a su señora y la gravedad hace el resto estrolando a Hans con el suelo, varios, varios, varios metros mas abajo.

¿Y QUE NOS QUEDA DE TODO ESTO?

Ganaron los buenos. McClane conoce cara a cara a Al Powell y le presenta a su jermu como Holly Gennero, ella se corrige como Holly McClane. Todo muy lindo y feliz hasta que aparece el rubio de la nada para cagarlo a tiros pero dos corchazos de Powell lo frenan, de este modo trayendo redención y clausura a su triste historia.

A todo esto llega la limo, cual carruaje, McClane y su señora se meten. Besito Besito. Final feliz. “Si esto fue Navidad, tengo que estar acá para Año Nuevo” Let it Snow Let it Snow Let it Snow.

Y este es el guión de Duro de Matar, un esquema que ha funcionado tanto que Hollywood ha repetido a morir desde 1988, pero ni por aproximación con los mismos resultados que McClane y compañía (la 2 y la 3 estuvieron bien, la 4 y la 5 unas bazofias sin remedio). Espero la hayan disfrutado, y por favor hagan saber en los comentarios si quieren que les diseccione otra peli.

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