El Cine después del Coronavirus: Una reflexión
Una reflexión de ahora, una capsula del tiempo para el después.
El Cine después del Coronavirus
Estas palabras, si bien tienen la intención de ser un faro de esperanza en estos tiempos tan oscuros, a lo que realmente apuntan es a convertirse en una cápsula del tiempo para ese día cuando el dichoso COVID sea un mal recuerdo y las salas se abran de nuevo. Es tiempo de que hablemos sobre El Cine Después del Coronavirus.
El Cine después del Coronavirus debe encontrarnos con la lección aprendida de que no hay que tomar al cine por sentado.
El Cine después del Coronavirus debe hacernos apreciar la inigualable experiencia de disfrutar una película en sala. Esa experiencia comunitaria, en la oscuridad, mirando lo que sea que ese rectángulo de luz tenga para ofrecernos.
El Cine después del Coronavirus no puede encontrarnos haciendo diferencias ridículas entre Cine-Arte y Cine-Espectáculo. Aunque es innegable que la segunda categoría será crucial en la recuperación económica de las salas, no despreciemos a la primera que sigue siendo lo que nos hacen brillar alrededor del mundo.
El Cine después del Coronavirus debe encontrarnos con la suficiente inteligencia para darnos cuenta de que es fundamental la existencia de circuitos alternativos para que las búsquedas distintas tengan una oportunidad digna de luchar.
El Cine después del Coronavirus debe encontrarnos más tolerantes. No llamar snob a quien quiere leer una película. No llamar hueco al que quizás no quiere hacer dicha lectura.
El Cine después del Coronavirus también debe encontrarnos tolerantes tanto con los cineastas que buscan entretener como con aquellos que buscan denunciar.
El Cine después del Coronavirus debe encontrar a su industria más valiente, más arriesgada; virtudes que hicieron posible a las primeras entregas de las que hoy son franquicias multimillonarias.
El Cine después del Coronavirus debe ponernos en la obligación de escribir, rodar e interpretar con inteligencia y respeto hacia el dinero que los espectadores depositan en las salas. Sus bolsillos serán exigidos y debemos estar a la altura.
El Cine después del Coronavirus debe encontrarnos, simplemente, en el cine. Riendo. Llorando. Aferrados a la butaca. Emocionándonos.
Christopher Nolan dijo una vez “La sala de Cine es mi hogar”. Es el de todos los que necesitamos fantasía, esperanza, realidad, sinceridad, humanidad; un refugio y un recuerdo de lo que somos, de lo que podemos ser y de lo que no queremos ser jamás.
Estoy muy seguro de que no soy el único que quiere volver a casa.
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