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El fenómeno de Parasite, la película coreana ganadora de Cannes

El fenómeno de Parasite, la película coreana ganadora de Cannes

La 72ª edición del festival de cine más importante del mundo finalizó brindando la Palma de Oro (el premio mayor) a la última película del coreano Bong Joon-ho. Esta impactante fusión de géneros ya está haciendo eco por todo el mundo. ¿Qué es el fenómeno de parasite?


El fenómeno de parasite

A esta altura pocos lo ponen en duda: con parasite (“Gisaengchung”) estamos ante una de las grandes películas del 2019.

Con su séptima producción, el celebrado director Bong Joon-ho se convirtió en el primer coreano en regresar triunfante con la Palma de Oro del festival de Cannes, considerado uno de los máximos galardones de la industria cinematográfica.

La película –que ya tuvo su estreno en algunos países– es un delirio hermoso que reflexiona sobre el capitalismo, la diferencia social y las complejidades éticas. Y lo hace con una trama creativamente elaborada. El título ya presagia la ingeniosa alegoría sobre las relaciones humanas que presenta bajo el contexto de la simbiosis.

La historia tiene como protagonistas a un padre y su familia, quienes se encuentran en el límite de la pobreza. Pasan sus días con “changuitas”, intentando robar wi-fi para sus teléfonos y viviendo en un piso subterráneo. Cuando su hijo mayor comienza a dar clases particulares en una casa de clase alta, las dos familias empiezan a entrecruzarse con resultados tan imprevisibles como trágicos.

El boom del cine coreano

Han sido unos últimos diez o quince años más que interesantes para los realizadores de Corea del Sur. Un puñado de ellos –con directores como Bong Joon-ho a la cabeza– han sabido concebir producciones súper originales, taquilleras y frescas que lograron maravillar al mundo entero.

El año pasado, Burning fue una de mis películas favoritas. La analicé en detalle por este lado. Lo mismo me sucedió en 2016 con la reinvención del género zombie que presenta Train to Busan, renombrada con el poco imaginativo título de Invasión Zombie en nuestro país.

Además tenemos a Park Chan-wook con muy buenos thrillers (The Handmaiden, Oldboy, la fantástica Stoker) y Kim Jee-woon abordando tanto la acción como el terror (The Last Stand, I Saw the Devil, A Tale of Two Sisters). Estos son solo unos pocos ejemplos de cómo el cine coreano viene explotando. El fenómeno de parasite va a potenciar todavía más este boom.

Por su parte, Bong Joon-ho tiene al mega éxito taquillero The Host, Snowpiercer con el Capitán América (una de las grandes ficciones que ocurren dentro un tren) y Memories of Murder (la “Zodiac” coreana), por mencionar apenas tres casos.  El director también estrenó OKJA para Netflix hace unos años, una de las originales del servicio de streaming que recomendamos mirar.

Bong Joon-ho probablemente sea uno de los directores asiáticos más accesibles, lo que no necesariamente significa que sea básico o simple. Sus películas explotan el cine de género, que suele ser más popular con las masas y, por su naturaleza, muy atrapante.

En este sentido, parasite funciona en muchísimos niveles. En su base es un relato sencillo y transparente, pero cuenta con numerosos elementos narrativos que la elevan por sobre la media.  Es una de esas películas que es mejor encarar sabiendo poco y nada, porque te va llevando por lugares insospechados rápidamente.

parasite y la fusión de géneros

Bong Joon-ho tiene varias marcas autorales que saltan a la vista. La primera es su actor fetiche, Song Kang-ho, quien participó de más de la mitad de los largometrajes del director. La segunda es su afinidad por la mezcla de géneros, como si no quisiera conformarse con uno o ser encasillado.

En esencia, parasite es una comedia con tintes dramáticos. En sus primeros 45 minutos se asemeja mucho a una producción de los Hermanos Coen, con ese humor absurdo y negro que los identifica.

Progresivamente lo vemos coquetear con el thriller, el drama familiar, la tragedia shakesperiana, la sátira social, el terror japonés y hasta el policial. Va cambiando el registro constantemente, muchas veces sin que nos demos cuenta de la transición.

El tema central es la oposición entre las clases sociales, una cuestión recurrente en la filmografía de Bong Joon-ho. En lo personal, la trama se me hizo muy argentina y creo que por eso me identifiqué inmediatamente. Si no fuera porque hablan en coreano (y todo sucede en Corea), tranquilamente podría pasar como una producción de Gastón Duprat o de Armando Bo.

Y es que los directores de cintas como El hombre de al lado y Animal también trabajan un humor negro de manera similar a Bong Joon-ho y se interesan por la lucha de clases como leitmotiv de sus argumentos. parasite, además, tiene mucho simbolismo y foreshadowing, por lo que hay que prestarle bastante atención desde el minuto cero.

Conclusión

El fenómeno de parasite nos pone frente al cine coreano en su mejor y máxima expresión. Cine comprometido socialmente, pero simultáneamente creativo y desafiante. Estamos ante una de las imperdibles de este año.

Nótese que no dije absolutamente nada sobre la trama. Prefiero que, quienes se animen a verla, se maravillen por sí mismos. Les aseguro que sorprende a cada minuto. Para sumarle: está hermosamente filmada. El director volvió a dar una clase magistral de dirección, manejando la cámara y el ritmo como nadie.


A los Estados Unidos y España llegará en octubre de este año. En Argentina, parasite estrena el 23 de enero de 2020.

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2 Comments

2 Comments

  1. Matías

    29/08/2019 at 09:52

    Muy Buena!!

  2. Pingback: Una separación, film iraní, Oscar a mejor película extranjera 2011

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