Cuál es el mensaje en Hambre de poder, la película sobre el increíble origen de la cadena de comidas rápidas McDonald´s

Hambre de poder) pasó inadvertida cuando se estrenó hace un par de años, pero su mensaje sobre el capitalismo salvaje sigue siendo relevante al día de hoy. Ahora, ¿cuál es ese mensaje exactamente?

Capitalismo en combo grande

Originalmente titulada The Founder (la traducción al castellano es uno de los raros casos donde el nombre cobra más fuerza simbólica), no deja muy bien parado ni al protagonista Ray Croc ni al origen de la compañía.

Aunque el personaje de Michael Keaton no sea precisamente un villano asesino y despiadado, es interesante el cambio progresivo que va teniendo desde un héroe humilde, laburador e idealist, hasta un ser detestable en el desenlace del relato.

En este sentido, Hambre de poder (que hoy está disponible en el gigante del streaming) tiene a un carismático villano como protagonista al mejor estilo Walter White, aunque simultáneamente busca ser una película inspiradora bajo el mantra de que “aquellos que persisten logran cosas increíbles”.

En el primer tercio de la película, Ray Croc es presentado como un vendedor buscavidas (piensen en Tom Cruise como Jerry Maguire o Will Smith en The Pursuit of Happiness) que rápidamente engancha al espectador por su tenacidad e ímpetu por conseguir el sueño americano vendiendo máquinas para hacer malteadas en los años ´50.

Todo cambia cuando conoce a los hermanos McDonald y su sistema veloz para servir hamburguesas, un concepto que terminó por revolucionar el negocio de las comidas rápidas. Kroc los convence del potencial de su empresa familiar para llegar a ser una franquicia.

El mensaje en Hambre de poder

Acá la maquinaria del capitalismo entra en juego. Si bien sus acciones pueden ser cuestionables desde un aspecto ético, muchos emprendedores han sido inspirados por la visión y persistencia de Ray Kroc. Sobre el final (al igual que en la vida real), su persistencia lo llevó a quedarse con la compañía, el dinero y hasta la chica que quiso (que le roba a un asociado).

Películas sobre cine y capitalismo han existido desde siempre. Lo mismo puede decirse sobre adaptaciones de grandes fundadores. Sin embargo, el mensaje en Hambre de poder es muy distinto a otros biopics clásicos.

The Social Network, por ejemplo, muestra al creador de Facebook no como un héroe, sino como alguien que ganó el mundo al tiempo que perdió a la mujer que amaba.

McDonald’s es un excelente estudio de caso sobre la construcción de una marca. Los valores técnicos de la película son innegables, pero quizás cuesta relacionarse con el costado más humano del protagonista.

Los emprendedores han sabido reconocer la perseverancia, determinación y enfoque de este visionario. ¿Pero dónde está todo lo demás?

El cierre de la película queda lo suficientemente ambiguo como para que cada uno puede armar sus conclusiones. No juzga las acciones de Ray Kroc, sino que muestra a un empresario incapaz de distinguir entre beneficios y ética. Los buenos líderes empresariales saben que hay un equilibrio que hallar.

Por más dinero que haya logrado acumular, al personaje de Ray le faltó paciencia y habilidades interpersonales al interactuar con sus socios comerciales. Es cierto: los tiempos eran diferentes en aquel entonces.

Empresarios como delicuentes

Así, dentro de las producciones cinéfilas sobre capitalismo, el mensaje en Hambre de poder es complicado. La persistencia ciertamente es importante. Ray Kroc fue un emprendedor comprometido, decidido a continuar hasta obtener la receta correcta del éxito. Si el éxito consiste en ir de un fracaso a otro sin perder el entusiasmo, entonces el fervor y la persistencia son las dos cualidades humanas necesarias para el emprendimiento.

Pero, al mismo tiempo, la película sostiene el cliché de representar a los empresarios como delincuentes amorales, como reforzando la idea de que para triunfar en el mundo del capitalismo salvaje, es condición necesaria pisar cabezas.

Es justamente en este aspecto donde reside la fortaleza de la historia. Lo que podría haber sido la típica biografía de un emprendedor exitoso se convierte en un retrato atroz sobre la crueldad del mundo de los negocios.

Hambre de poder captura los lados más brillantes y oscuros de la industria norteamericana. La lenta transformación de Michael Keaton hacia algo más frío, calculador y siniestro es lo que mantiene al argumento en movimiento. Una vez que prueba lo que quiere, se vuelve insaciable… y cuando lo que una vez fue un restaurante familiar se convierte en un imperio, comienza a mostrar la hilacha.

Conclusión

Hay una conocida frase que reza: “dale a un hombre todo el dinero del mundo y verás su verdadera naturaleza”. Ethel Kroc (el personaje interpretado por Laura Dern) en un momento le pregunta a su esposo: “¿Cuándo va a ser suficiente?”. Él responde: “Honestamente, creo que nunca”.

Si los arcos dorados de McDonald´s son un símbolo de América en todo el mundo, entonces Hambre de poder funciona como una parábola de todo lo admirable (e inquietante) de la industria estadounidense. Por eso mismo, su desenlace es tan conflictivo como polémico. Es inevitable sentirnos frustrados en nombre de los pobres hermanos McDonald y, hay que admitirlo, también un poquito impresionados con los logros de Ray Kroc.