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El Rati Horror Show, un documental que asusta

El Rati Horror Show, un documental que asusta

Después de once años, muchos de los cuales pasó en la cárcel, Fernando Carrera fue declarado inocente por la corte suprema y es el momento justo de recordar “El Rati Horror Show”, documental de Enrique Piñeyro relatando una historia que asusta más que cualquiera de Jason o Freddy.

Una masacre común y corriente

Todo comenzó con una historia como tantas en los noticieros. Los medios de la ciudad relataron cómo un hecho delictivo terminó en tragedia cuando dos delincuentes que escapaban de la policía dejaron un saldo de tres personas muertas y varias heridas, hecho por el que Fernando Carrera fue condenado por un tribunal a treinta años de prisión.

Rati Horror ShowLa historia suele terminar acá -al menos para los medios- pero Carrera siempre alegó ser inocente de los asaltos que le imputaron, como también el haber perdido el conocimiento antes de atropellar a los peatones a causa de recibir un impacto de bala en la mandíbula de parte de personal policial no identificado al que él confundió con asaltantes. Su verdadero calvario comenzó tras recuperarse de las ocho heridas de bala que esa tarde lo dejaron al borde de la muerte, cuando sintió en carne propia todo el peso del aparato judicial, policial y mediático que lo condenó por un delito que no había cometido.

El encubrimiento

Con un estilo que recuerda un poco a un Michael Moore con ansiolíticos, recurriendo a la ironía para denunciar la corrupción del sistema judicial y policial, Enrique Piñeyro graba su propio backstage desmenuzando las discrepancias entre el informe de la policía con el que se llegó a la condena de Carrera y la información que recopiló de otras fuentes ignoradas por el tribunal que dictó el fallo. Lo que pretende demostrar es algo bastante simple y aterrador: la policía y la justicia trabajaron en connivencia para encubrir el accionar criminal de algunos de sus miembros, manipulando evidencias y testimonios para llegar a una condena que los dejara limpios. Esta hipótesis se basa no sólo en que los únicos testigos del fatal incidente que se tomaron en cuenta fueron los mismos oficiales implicados en la persecución (desechando y tergiversando otros testimonios que apoyan la versión del acusado), sino también en que las víctimas de los asaltos previos por los que fue condenado no pudieron identificar ni a Carrera ni el arma que se secuestró tras el incidente, en la que no se encontraron sus huellas ni se probó que tuviera residuos de pólvora. Esta es tan sólo una de las irregularidades denunciadas en las evidencias recabadas, que en un acto como mínimo inapropiado fueran levantadas del lugar del hecho por la misma seccional participante del tiroteo, sin supervisión de otras fuerzas de seguridad ni de la fiscalía, y que a su vez tomó por incuestionables informes que fueron contradecidos por los bomberos que participaron del operativo y las pericias realizadas posteriormente por otras fuerzas.

Así como la prensa masiva se desvive por mostrarse preocupada por la corrupción política, Enrique Piñeyro lleva tres películas intentando transmitir algo que resulta muy incómodo: quedarse con que la corrupción es sólo cosa de políticos, ignorando la cometida por otras áreas del Estado y por empresas privadas, es negligente. El caso retratado en El Rati Horror Show es sólo el más evidente y mejor documentado de una larga serie de denuncias contra el accionar criminal de las fuerzas de seguridad y la desidia judicial, pero también contra el papel de complicidad que cumplen los medios al juzgar mediáticamente sin mayor investigación que la información brindada por la propia policía y olvidándose del caso en cuanto aparece uno nuevo que llame la atención. Lo que muestra esta película resulta más preocupante y aterrador que cualquier otra historia con fantasmas en CGI porque es creíble, real y frecuente, aunque otros casos no tengan la suerte de volverse tan públicos.

Tras la gran repercusión que tuvo y el rol fundamental que cumplió visibilizando el caso, los derechos del documental “El Rati Horror Show” fueron abiertos por el autor para que pueda ser exhibido con libertad en la web, por lo que se encuentra legalmente disponible en YouTube. Es de visionado obligatorio no sólo por el contenido sino también por su atractiva y clara forma de presentarlo.

 

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