El recorrido de Kryptonita: Una reflexión

Con 60 mil espectadores en sus primeros cinco días, podemos decir con tranquilidad que el recorrido de Kryptonita pasó su primera prueba. Los productores jugaron las pocas fichas que tenían para apostar sabiamente y les está generando un rédito que aunque no descomunal es de destacar, sobre todo cuando la mayoría de las películas argentinas que se estrenan consiguen ese número o una fracción durante todo su recorrido comercial. Pero lo más importante que dejan en claro estos números es que la película no paso indiferente, y para una película argentina, con actores talentosos sin duda (Lautaro Delgado y Diego Cremonesi, adelante de todo en mi opinión), pero que no motivan una gran convocatoria (salvo Diego Capusotto), es todo un logro.

Con una campaña publicitaria precaria, que empezó con la presentación del teaser durante la última PopCon. Hay algunos que dicen que la producción se apresuró en presentar la película a fin de año. Pero puede percibirse la corazonada que tenían y la razón que terminaron teniendo en el pronóstico.

Se presentó en la Competencia Argentina del último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, con todas las funciones a sala llena, al extremo que se sobrevendieron localidades. Esto fue una prueba piloto, un test screening de los que hacen en Hollywood, pero a la usanza argenta que les demostró que la gente quería la película y el momento es ahora.

Estrenar una película requiere de una enorme estrategia y muy sabiamente los productores de Kryptonita se inclinaron por la fecha del Jueves 3 de Diciembre, a las puertas de un fin de semana largo de cinco días.

Y lo bien que les salió. El jueves de su estreno comenzó el recorrido de Kryptonita con 5000 espectadores, repitiendo la cifra el viernes, para empezar a duplicar sus números conforme pasaba el fin de semana largo.

Kryptonita, para mí, es visualmente decente, con un nivel actoral superlativo (salvo Nicolas Vásquez, cuyo personaje fuerza mucho el “E Ameo” de su personaje para mi gusto) pero con un guion desigual (exposición de 50 minutos para 30 minutos de acción). Pero no es la película en si lo que quiero destacar, sino el enorme nivel de apoyo que está recibiendo de la gente y de la crítica especializada. Cierto, están los inconformistas que naturalmente, y en su derecho, hablan sin ningún tapujo de los defectos de la película. Pero hay algunos que, a pesar de su inconformismo natural, se limitan a decir que hay que ver la pelicula, que hay pagar la entrada, que a la peli le tiene que ir bien.

¿Pero porque tanto tanto tantísimo apoyo para una película a pesar de los defectos que pueda tener? Porque saben que el recorrido de Kryptonita no va a ser ni por lejos el de la mejor película argentina del año o de la historia del cine nacional, pero es una película que tiene el potencial para ser una bisagra, una bisagra que les va a decir a los que tienen el poder de decisión a nivel financiación que estas películas son buscadas, que no son de nicho, que queremos cine patrio de género. Que del mismo modo que queremos dramas puros, comedias costumbristas y documentales deprimentes, también queremos acción, queremos ciencia ficción, queremos terror. Resumiendo: Queremos variedad. Porque solo con variedad de géneros y de narraciones podemos empezar por lo menos a pensar en un proyecto de industria.

Lo que ocurrió este fin de semana largo fue un gesto de inteligencia tremendo de parte del público, que decidieron no esperar a la oportunidad perfecta, sino que eligieron a un estandarte (en este caso la película de Nicanor Loreti) para defender lo que quieren ver en el cine nacional. Que entendieron que solo hay una manera de hacerles entender a dicha gente que quieren un cambio, y no lo mismo de siempre.

Dentro de unos días empieza la segunda semana de exhibición de la película, donde se enfrenta a una prueba todavía más decisiva: El boca a boca del público que vio la película en la primera semana a los potenciales espectadores que podrían hacerlo en la segunda. Muchos de ellos serán gente que ocultara sus reservas respecto de los fallos de la película (que están cabeza a cabeza con sus virtudes), pero como diría la versión norteamericana de El Fede, “Hay cosas más importantes que la verdad; la gente merece que se recompense su buena fe.”

Yo me incluyo entre ellos. Vayan a verla y saquen sus conclusiones. El público siempre tiene, tuvo y tendrá el poder. Pero pocas veces su respuesta será tan influyente en el futuro del cine nacional como la que están teniendo para con el recorrido de Kryptonita.

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