Entrevista a Mariano Fernández, co-director de El Hijo de Dios, un western bíblico futbolero

Un western bíblico futbolero. Sí, suena extraño. Un género tan de allá. Una pasión tan de acá. ¿Y para que meter a la religión en esto?. Sin embargo, El Hijo de Dios (analizada AQUÍ por Fede Cobreros), combina estos tres elementos tan dispares y nos muestra que la relación estuvo siempre ahí. Que son el uno para el otro.

En el pequeño pueblo de Betania el fútbol espontaneo está prohibido. Hay un partido en épocas de Pascua, en el que el imbatible equipo de la policía local se enfrenta a cualquier pobre victima que se le ocurra pararse en frente. Pero hasta allí llegan tres hermanos, que se unirán a un distinto del esférico para buscar lo imposible: derrotar al combinado de la ley, humillándolos en su propia cancha.

El Hijo de Dios se estrenó la última semana en las salas de nuestro país (todavía se puede ver en el Cine Gaumont), y por eso nos pusimos en contacto con Mariano Fernández, co-director de la película junto a Gaston Girod, quien nos contó sobre la génesis del proyecto, las dificultades a la hora de filmar fútbol y se animó a responder la pregunta que todos los cinéfilos futboleros nos hacemos: ¿por que el cine nacional no termina de abrazar al deporte?

Entrevista a Mariano Fernández, co-director de El Hijo de Dios

¿Cómo surgió la idea de combinar un deporte que es furor nacional como fútbol, con un género tan representativo de Norteamérica como el western, y con el agregado de un subtexto bíblico?

Es una idea de Gastón de hace mucho tiempo, en donde unos amigos llegaban a un pueblo, terminaban presos y para recuperar su libertad tenían que jugar un partido de fútbol. El personaje del comisario tenía características de sheriff de western, lo que de alguna manera le impuso el western a la película, de la misma manera que el planteo del duelo futbolístico. Lo bíblico surge del personaje que llega para salvar el partido, que era una especie de salvador maradoniano, el cual termino poniéndolo en el título a la película. Después sólo fue seguir jugando sobre cada uno de los elementos, combinándolos una y otra vez, medio como que se fue armando solo.

A pesar de ser un país futbolero, Argentina no se caracteriza por tener una gran cantidad de películas sobre el deporte ¿Le encuentran alguna explicación a eso?

No. Es raro, nosotros también lo pensamos cuando empezamos a trabajar el proyecto, nos llamaba la atención que no hubiera más películas sobre el tema. Pero en los últimos años salieron varias películas de fútbol, tal vez se este revirtiendo.

¿Que dificultades encontraron a la hora de filmar y montar el partido?

Fue lo más difícil de toda la película, nos tomó casi un tercio del rodaje, la mitad del tiempo de montaje, de sonido y de la música. El planteo del partido era emular las transmisiones de fútbol, copiando las posiciones de cámara, los valores de plano, usando cámara lenta. Cada vez que nos tocaba partido, invitábamos a amigos directores, camarógrafos o directores de fotografía, a que vinieran con sus cámaras, los ubicábamos en las posiciones y filmábamos. Llegamos a tener cosas filmadas a 8 cámaras.

¿Como encararon el proceso casting? ¿Era indispensable para ustedes que todos los actores sepan jugar al fútbol? ¿Los probaron en la cancha también?

Si, era muy importante que supieran jugar al fútbol, si bien no buscábamos que la rompieran todos sabíamos que no íbamos a poder actuar nunca la situación de fútbol. Cualquiera que haya jugado al fútbol alguna vez sabe que cuando alguien para una pelota o patea se nota enseguida si está familiarizado o no con. Queríamos el mayor realismo posible en el partido, porque gran parte de lo que queríamos filmar era documental, queríamos que jugaran de verdad. Estuvimos ensayando como 2 meses antes, juntándonos a jugar una vez por semana, para practicar con la pelota que era un globo y para ir planteando el enfrentamiento entre los equipos de policías y ladrones.

Por decirlo en términos futbolísticos, una co-dirección es como una dupla técnica ¿Cómo se dividieron el trabajo? ¿Fue difícil ponerse de acuerdo?

Con Gastón somos amigos hace mucho y este proyecto está dando vueltas casi desde que nos conocemos. La verdad es que nos llevamos súper bien, nos tomamos como 7 meses previos para trabajar en la película, porque tuvimos que hacer todo nosotros (el casting, los scoutings, terminar el guión, conseguir cosas), así que al llegar a rodaje teníamos la película súper hablada y con todo bastante claro. En rodaje él estuvo más con la parte técnica, porque también hizo la dirección de fotografía y yo estaba más planteando la puesta en escena y el trabajo con los actores. En post-producción nos vino bien ser dos, ya que tardamos como 2 años en terminarla y cada vez que teníamos que volver a montaje o a sonido o juntarnos por la música, siempre había alguno disponible para ir a trabajar.

¿Tienen nuevos proyectos juntos o separado de los que nos puedan contar?

Sí, estamos hace unos 2 años con un documental sobre el antropocentrismo y las dificultades para la comprensión de los mecanismos evolutivos, en donde Gastón está haciendo la foto y yo estoy co-dirigiendo con Leandro Calvo. A su vez seguimos con nuestros laburos free lance, Gastón está haciendo la foto de un documental de Ruben Blades y yo estoy haciendo la producción de una Opera Prima filmada en Cañuelas.