Cine
Entrevista a Moroco Colman, director de Fin de Semana
El Cine Cordobés desembarca en las salas argentinas de la mano de Fin de Semana, debut en la dirección de Moroco Colman, que pasó recientemente por la Competencia Argentina del BAFICI [19]. A continuación el realizador nos concedió una entrevista donde profundizamos sobre su opera prima.
¿De dónde nació la idea de la película?
La idea en realidad viene de un corto de 2009. En realidad, comencé al revés, yo filme en mi casa, pero no porque fuera mi casa, sino porque el contexto donde vivo me encantaba para hacer una película. Es una casa cerca de un lago, una casa de piedra cerca de la montaña, y es todo un contexto que me encantaba para contar una historia de dos personas que se encontraban.
Cuando empecé a escribir el largo, tomé algunos elementos del corto y sume algunas cosas personales como el fallecimiento de mi padre, las peleas que tuve con mi familia y el vínculo que tuvimos que reconstruir.
Entonces, como que la película había empezado con ciertos lineamientos del corto, pero luego, en el proceso de escribir el largo, que toma muchos años, de alguna manera la historia me encontró a mí. Me encontró en esta cuestión personal de reconstruir este vínculo familiar.
El vínculo entre las dos protagonistas no queda del todo claro, es un misterio buscado y hay mucho trabajo de guion y dirección para que quede abierto a la interpretación del espectador.
¿Qué te motivó a hacer un uso tan marcado del subtexto en el desarrollo narrativo?
Me parece que en la película, los personajes hay mucha información que no tienen. Se encuentran después de mucho tiempo y está bueno respetar eso de que la información que no tienen tampoco la tiene el espectador. Por otro lado, es muy difícil pensar en un público, entonces lo que yo hice fue ponerme en el lugar del público y preguntarme que película me gustaría que me cuenten y como quisiera que me la cuenten. Entonces me pareció interesante no darle todo servido al espectador, sobre todo cuando uno ve mucho cine y empieza a hilar la trama. Al espectador no le doy todo servido, lo tengo perdido, y cuando una película me hace eso me parece que me tiene más atento, porque no logro cerrar los vínculos de los personajes, no sé bien lo que está pasando y eso es una herramienta narrativa muy potente para mantener agarrado al espectador.
¿Cuáles fueron las motivaciones específicas de la iluminación de cada segmento? ¿Por qué específicamente el Claroscuro, el Rojo & Azul y la luz natural?
La primera parte, en formato cuadrado (4:3), que falta imagen a los costados, es una cosa descolorida, con un montaje abrupto y con un sonido mono. Todo eso aporta a contar esa parte más cruda de la historia que es mucho más cruda que los dos posteriores. El que sabe un poco más de cine se va a dar cuenta del cambio de color, pero la idea es que los que no sepan tanto lo perciban de un modo sensorial.
La segunda parte, la del casino y la discoteca, la trabajé con dos colores bien saturados y me parece que sumaba a la expansión del personaje de Carla, a raíz de no poder llegar a la otra persona. En medio de todo ese derrotero, hay una expansión del personaje y por eso expando la pantalla y la cuento con esas otras herramientas y no me quedo atado al formato anterior. Cambia también el montaje, que es mucho más acelerado y la mezcla sonora pasa a ser 5.1 por ser toda musical. Tiene un trabajo sonoro muy marcado para que se note la diferencia con la primera parte.
La tercera parte, cambio el ratio de vuelta a un 16:9 con luz natural, que es lo que el ojo humano ve. El montaje es un poco más lento, más amable y hay un poco más de plano secuencia. Los encuadres están trabajados de otra forma, con ellas compartiendo el plano, mientras que en las otras dos partes cada una estaba encuadrada por separado.
El problema era cómo unir estas tres partes, ya que no quería que fuera impostado. Entonces recurrí al cuadro a cuadro, una manera sutil para ir predisponiendo al espectador al otro bloque, como para que se dé cuenta del cambio una vez que ya está adentro. Ese era mi gran desafío.
También busqué elementos de unificación entre los tres bloques, tales como usar un lente de 50mm para toda la película, porque es una historia humana y elegí esa lente que es la más acorde a lo que ve el ojo humano. El diafragma tampoco lo cambié para unificar los fondos. Otro elemento de unificación fue el tipo de plano, son todos primeros planos, sean uno o más en el encuadre el primer plano está siempre presente. El otro elemento fue la música, en las tres partes está el Jazz o el Saxo como unificador.
¿Cómo abarcaste la dirección de actores? ¿Hubo ensayos? ¿Cuánto tiempo y cómo los desarrollaste?
El casting fue muy largo y complicado, porque era muy complejo encontrar actores que estuvieran dispuestos a hacer desnudos y escenas de sexo explícito. Por otro lado, busqué estas actrices porque quería que tuvieran esos rasgos de carácter fuerte en la vida real. Las dos tienen la voz rasposa y esa cosita medio masculina que me pareció interesante trabajar.
Lo que me paso con Maria y Sofia es que yo cambié el guion y empecé a escribir para ellas. Si la película se la llevás al actor y no al revés lográs que el actor se mimetice más con el personaje, haciendo la actuación más natural.
Respecto a la dirección de actores, como yo tenía unos encuadres muy cerrados y no los quería marear con lo de los ratios, les decía que tenían cierto lugar para moverse. No hice tantos ensayos porque quería trabajar más en el momento del rodaje. Pero teníamos unos diálogos que se respetaban y trataba de trabajar a partir de situaciones normales. Marcaba los movimientos y a partir de ahí íbamos construyendo la escena con cada retoma.
Otra cosa muy importante, es que rodamos la película cronológicamente, que es complicado con los presupuestos que uno cuenta, pero permite manejar los momentos como tienen que ser, no mareas a los actores y los ayudas mucho.
Sobre la escena del sexo oral arriba de la lancha, ¿Qué te motivó a querer abarcar esa escena de una forma explícita? ¿Cómo lo trabajaste con los actores?
La cultura argentina es demasiado puritana, y si mostrás los genitales se horrorizan y te llaman provocador. Las escenas de sexo son parte nuestra, son algo cotidiano y lo tenés que mostrar como son. Me pasa de ver escenas de sexo en el cine argentino que se evaden y hasta quedan poco creíbles. Es un vínculo que se está construyendo entre dos personas y el sexo en la película tiene su justificación; esa cosa violenta que ambos personajes disfrutan. Como ese vínculo es importante, yo la voy a mostrar tal cual es.
¿Cómo viviste esta primera experiencia dirigiendo un largometraje?
El gran problema acá es el presupuesto y las semanas de rodaje que disponés. El tiempo vale oro. Por eso hice una gran planificación, como quien va a la guerra, metiéndome mucho en producción, para que el tiempo no se me pierda en los traslados y puestas de cámara, que llevan mucho tiempo. Todos los decorados de la película los reproduje con un programa de Arquitectura en 3D casi igual a la realidad, y haciendo un guion técnico de más de 1000 hojas, así arrancaba el rodaje sabiendo donde va todo para no perder tiempo.
Usé muchas puestas de cámara; quería tener muchas opciones de angulación en los actores, por lo que trabajé con dos cámaras. Todo el rodaje lo trabajé de esta manera, las cuatro semanas que duró.
¿Tenés alguna historia en carpeta para tu siguiente película?
Si, la tengo, no puedo decir de qué se trata todavía porque es un tema muy delicado de Córdoba. Pero ya hay guion y el proyecto ya está presentado en el INCAA.
Desde AltaPeli.com agradecemos a Moroco Colman por el tiempo que nos dedicó con esta entrevista y a Denise Salvador que pudo hacerla posible. Fin de Semana se estrenó el pasado 4 de Mayo en salas selectas del país.
