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Películas de Vampiros

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La debacle narrativa de un género: Películas de Vampiros

¿Se acuerdan de Crepúsculo? la película pseudo vampírica que dejó tambaleando y en jaque a todo un género que supo ser grande, terrorífico, groso y majestuoso pero que hoy sobrevive gracias a proto-adolescentes que caminan, corren, hablan y se transportan en cámara lenta con ventiladores que le tiran viento en la cara todo el tiempo.

Así es, ya saben de qué hablo, por políticas de Alta Peli, no se puede nombrar ni hablar de esta saga de películas. Pero si puedo hablar de lo MAL que le hizo al género de vampiros.

Un Poco de Historia: Películas de Vampiros

La historia (e IMDB) dicen que el primer Drácula del cine fue un tal Paul Askonas, austríaco el señor, en 1921. Tan solo un año antes del GRAN Max Scherck y su conde Orlok o sea Nosferatu, de F.W. Murnau, quien por problemas de derechos, le tuvo que cambiar el nombre.

Luego en  1931 vendría el primer Drácula de Bela Lugosi, y en los años sucesivos El Conde, seria llevado a la vida por John Carradine, Christopher Lee, nuestro querido Gianni Lunadei, siguiendo por acá el Genial Narciso Ibañez Menta, Cesar Romero quien fuera el Guasón en la serie de Batman de los 60s, Jack Palance, David Niven, Morgan Freeman, Klaus Kinski (interpretando a Nosferatu), Frank Langella, Alan Oppenheimer (voz de Skelletor), Gary Oldman, Peter Fonda, Mark Hammil, Leslie Nielsen, Gerard Butler, Dominic Purcel, y veinte mil tipos mas. Obviamente el SEÑOR DRACULA es Christopher Lee, quien interpretó a nuestro querido Conde en 13 oportunidades entre 1970 y 2012.

Evidentemente el nivel de EPICIDAD que tiene la lista que les acabo de enumerar, merece respeto, admiración y sobre todo que se cuide al personaje y al género.

Otros Vampiros y otras películas de Vampiros

Si bien El Conde es el vampiro original y único, ha habido muchos vampiros en la historia del cine y por lo general todos ellos han respetado en mayor medida al género groso y épico al cual pertenecen. Quizás el que mas se le venga a la mente es el Gran Blade de Wesley Snipes, Vampiro con todas las letras! Groso, cojonudo y malevo!

Otros quizás recuerden al vampiro de Eddie Murphy en aquella fallida película de Wes Craven, Vampire in Brooklyn. O como olvidarse de la joya de Roman Polanki “La Danza de los Vampiros” que peliculón! O “Del Crepúsculo al amanecer” de Tarantino y Rodríguez.

Obviamente imposible pasar por alto a Brad Pitt, Antonio Banderas y Tom Cruise con sus colmillos, los cuales mas de una chica en las butacas soñaron con que les hincaran.

Y llegando mas acá, nos encontramos con Ángel, de la serie Buffy, o la saga Underworld, además de las series True Blood o Vampire Diaries.

Digamos, el género dentro de todo siempre fue tratado con bastante respeto.

Un Crepúsculo que se siente como Ocaso

Todo cambio con la llegada de la saga innombrable, (casi como Voldemort, no hay que nombrarla). Los vampiros de pronto fueron adolescentes emos, los cuales sufrían por todo, con camisas semi abiertas que vuelan al ritmo de un viento inverosímil mientras caminan en cámara lenta, y los cuales al exponerse al sol, no sólo no se mueren, desafiando a mas de 100 años de historia vampirística, y a la historia que Bram Stoker escribió en 1897, si no que brillan como si se hubieran revolcado en brillantina.

Uno entiende que hay adaptaciones y reinvenciones, esas son las que nombré en el párrafo de arriba. Esta saga es una aberración al género, y lejos de resucitarlo, lo destruyó por completo condenando a vampiros como el de Gary Oldman o Christopher Lee al olvido y destierro. Hoy por hoy, alguien de 20 años no vio en TODA su vida un vampiro como la gente. Y si bien por supuesto que pudo haber visto “Drácula” de Coppola, no hubo un solo estreno en 20 años con un Drácula aceptable.

Siguiendo con las inconsistencias adolescentes (de 300 años), el regodeo del sufrimiento, de la mano de una actriz que nació sin la enzima que sintetiza la posibilidad de sonreír, y de la mano de un actor que me cae bien por su honestidad brutal, quien una vez dijo “Si yo no actuara en la saga “$#%%&#”, probablemente la odiaría con toda mi alma” (genio). Es la catástrofe narrativa la que termina por echar a tierra todo el género, basada en una saga de best sellers escritos por una autora acusada de plagio en varias oportunidades. Es la que terminó instalando un género detestable, aburrido y meloso de novela berreta, que no hace mas que lastimar y aberrar un género de por si desdibujado.

Si bien la novela original destila erotismo por todos lados, este es descrito en gente adulta, grande, en todo sentido. En edad, en cuerpo, en alma. No siendo el caso de estas historias blanditas e insulsas, donde si bien hay una adolescente con el tic de morderse los labios como una idiota y otro adolescente que brilla, el cual tiene varias decenas de años, cometiendo algo mas cercano al delito y corrupción de menores (el 250 años, ella 17 años).

¿Y ahora?

No va a ser extrañada, pero mi miedo esta depositado en el futuro. ¿Se instalará este genero asqueroso y repugnante de vampiros? Si bien han aparecido joyas en los últimos años como la genial película sueca del 2008, “Låt den rätte komma in” conocida como “Déjame Entrar” donde hay un amor similar al de los dos pánfilos de los que vengo hablando, pero donde ella, la vampira en cuestión se muestra más de una vez como verdaderamente es, una vieja siniestra y decrepita. Recordándole al espectador como son las cosas, algo que el buen Cedric Diggory no hace en ningún momento.

Cruzo los dedos por que algún día vuelvan los vampiros de la vieja guardia, aquellos a los cuales el sol les hacia mal, a los cuales el ajo los alejaba, aquellos a los cuales los crucifijos le resultaban repulsivos y solo una estaca en el corazón podía matar.

Creo que es nuestra culpa que estos vampiros hoy plaguen nuestras pantallas, con una 5ta película a punto de estrenarse, porque sí conservan algo de los viejos vampiros. Los vampiros no entran donde no son bienvenidos, no entran a menos que se los invite y lamentablemente gran parte del público, ha invitado a los vampiros con pecho de glitter a quedarse. Y contra eso no hay crucifijo que valga.

Se que gran cantidad de mujeres me van a odiar y que muchos novios utilizaran esta nota como pergamino de excusa para no ir al cine con su pareja a sufrir por última vez de la inexpresiva actuación de esta muchacha, pero como dije, en algún punto es culpa nuestra que esto exista. Es por eso que como escarmiento, tal vez nos merezcamos sufrir una vez más esta aberración de película. Quizás aprendamos y nunca más paguemos por ver algo así. Solo nos queda fantasear con que el Gran Conde un día vuelva para hacer callar esta nueva ola de vampiros tiernitos y le ordene a sus criaturas de la noche que se los devore en un festín de sangre, carne y brillantina.

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