Cine
Premios Oscar: Una Historia de Grandes Injusticias y Decepciones (1970-2014)
Bienvenidos a la segunda parte de Premios Oscar: Una Historia de Grandes Injusticias y Decepciones. Aquí nos estaremos concentrando en todo lo que ocurrió desde comienzos de la década del 70 (podemos discutir si es la mejor etapa que supo conocer Hollywood) hasta nuestros días. Si quieren leer la primera parte del artículo (que abarca entre los años 1929 y 1969) pueden hacerlo AQUÍ.
La década de los ochenta no comenzó para nada bien. Ese mismo año el drama familiar Kramer vs. Kramer se imponía a películas como All That Jazz de Bob Fosse, Apocalypse Now de Coppola, Desde el Jardín (último trabajo de Peter Sellers), Manhattan de Woody Allen y Alien de Ridley Scott. No quedan dudas que Kramer vs. Kramer es un buen film, pero lamentablemente no resistió el paso del tiempo tan bien como gran parte de las otras cintas estrenadas ese mismo año. Algo parecido ocurrió un año después, en 1981, cuando otro drama familiar se llevaba el premio por sobre El Hombre Elefante de Lynch, la superior secuela de Star Wars: El Imperio Contraataca y Toro Salvaje de Scorsese, quien perdería una y otra vez a lo largo de los años. Gente Como Uno, de Robert Redford, resultó ganadora. ¿Quién no conoce el tema principal de Carrozas de Fuego? El film ganó inmerecidamente el Oscar como Mejor Película en 1982 dejando atrás a Los Cazadores del Arca Perdida de Spielberg y el romance épico comunista Reds, de Warren Beatty. Un dato de color se dio en 1984, si bien la ganadora del Oscar fue La Fuerza del Cariño, una película que hoy se considera casi un clásico conseguía mas nominaciones a los premios Razzies a lo peor de Hollywood que a la preciada estatuilla dorada, estamos hablando de Scarface, de Brian de Palma y protagonizada por Al Pacino. Otro caso para indignarse fue el que ocurrió dos años después, en 1986, Out of Africa de Sydney Pollack le quitaba el premio de las manos a películas como El Color Purpura de Steven Spielberg, Testigo en Peligro de Peter Weir, Brazil de Terry Gilliam, Volver al Futuro de Robert Zemeckis y Ran, la última obra maestra de Akira Kurosawa. Ese mismo La Historia Oficial se coronaba como Mejor Película Extranjera y traía el primer Oscar para la Argentina. Los años ochenta no se iban a despedir tan fácilmente, el film bélico Pelotón, escrito y dirigido por Oliver Stone, se imponía frente a Hanna y sus Hermanas de Woody Allen, La Misión de Roland Joffé, Aliens de James Cameron y Terciopelo Azul de David Lynch. Mientras que en 1988 El Último Emperador se alzaba con el premio mayor y Los Intocables, de Brian De Palma, ni siquiera figuraba entre las nominadas a Mejor Película.
La década del noventa vio quizás más injusticias y decepciones que ninguna. La historia arranca bien temprano en el año 1990. Una película que, hasta ese momento, había cosechado muy pocos premios durante la temporada se hizo con el oro por sobre Nacido el 4 de Julio de Oliver Stone, Mi Pie Izquierdo de Jim Sheridan, La Sociedad de los Poetas Muertos de Peter Weir y Crímenes y Pecados de Woody Allen. La ganadora terminó siendo Conduciendo a Miss Daisy. Martin Scorsese sería robado nuevamente en 1991 cuando uno de sus mejores films, Buenos Muchachos, volvía a casa con las manos vacías ya que la Academia decidió entregar el Oscar a Kevin Costner y su bodrio Danza con Lobos. Algunos otros film que participaron de esa elección fueron Ghost y El Padrino III. Saltamos a 1995 y encontramos otro año donde había demasiadas cosas buenas para elegir. ¿Eligió sabiamente la Academia? La ganadora: Forrest Gump. Las perdedoras: Sueños de Libertad de Frank Darabont, Pulp Fiction de Tarantino, Quiz Show de Robert Redford y Ed Wood, el mejor film de Tim Burton. 1996 fue el año de Mel Gibson y su sobrevalorada Corazón Valiente, algunas de las películas que merecían mejor suerte fueron Il Postino de Michael Radford, Babe (SI, la del “chanchito valiente”), Casino de Scorsese y Los Sospechosos de Siempre de Bryan Singer. Otro de esos bodrios que a la Academia de Hollywood le gusta premiar se alzó con el Oscar en 1997, El Paciente Inglés de Anthony Minghella dejo a Fargo de los hermanos Coen y a The People vs. Larry Flynt de Milos Forman con las manos vacías. En 1998 la Academia se dejo encandilar por los millones de dólares en recaudación y lo records batidos por Titanic, entregándole la suma de, no más ni menos que, 11 Oscars incluyendo el de Mejor Película, dejando sin nada a otras ampliamente superiores como Mejor, Imposible de James L. Brooks, The Full Monty de Peter Cattaneo, Good Will Hunting de Gus Van Sant y con guión de Matt Damon y Ben Afflect, L.A. Confidential de Curtis Hanson y Boogie Nights de Paul Thomas Anderson. Los noventa se despidieron en una nota bien alta, en 1999 Shakespeare Apasionado le robaba el Oscar a Rescatando al Soldado Ryan de Steven Spielberg.
Así llega el nuevo milenio y con el uno de los actores más sobrevalorados de la historia: Russell Crowe, y aquí, con toda su sabiduría, la Academia le entrega los Oscars a Gladiador y Una Mente Brillante respectivamente, obviando por completo a films como Naufrago de Zemeckis y Requiem for a Dream de Aronofsky en 2001 y Mulholland Dr. de David Lynch, Memento de Nolan y Los Excéntricos Tenenbaums de Wes Anderson en 2002. El musical volvió a ponerse de moda en el 2003 gracias a la victoria de Chicago, quien inmerecidamente obtuvo el premio por sobre El Pianista de Roman Polanski. No existen dudas de que filmar tres películas juntas y del tamaño de El Señor de los Anillos en tan solo un año es un arduo trabajo, pero eso se decidió premiar al esfuerzo por sobre el resultado y El Retorno del Rey se llevó la estatuilla en 2004, a pesar de ser un film injustificablemente largo y redundante, la tercera parte de la trilogía fue elegida por sobre Rio Místico de Clint Eastwood y Perdidos en Tokyo de Sofia Coppola. En 2006 llega otro de eso momentos que solamente quienes votaron pueden saber que les estaba pasando por la cabeza en ese entonces. Crash, el buen film coral sobre el racismo en Los Ángeles se alza con un premio que nadie veía venir sobre películas sumamente superiores como Brokeback Mountain de Ang Lee, Munich de Steven Spielberg y Buenas Noches, y Buena Suerte de George Clooney. La Academia tomo una sabia decisión en el 2010 cuando no se dejo engañar nuevamente por James Cameron y sus espejitos de colores que fue Avatar, dándole el premio al film dirigido por su ex-esposa Kathryn Bigelow, The Hurt Locker. District 9 de Neill Blomkamp, Bastardos Sin Gloria de Quentin Tarantino y Up de los estudios Pixar también fueron algunas de las merecidas nominadas. El premio fue a lo seguro en el 2011 cuando El Discurso del Rey se lo llevó a casa y no se animó a galardonar a películas un poco más innovadoras como fueron Red Social de Fincher e Inception de Nolan. Llegamos al 2012, este año la ganadora fue El Artista, un film original y arriesgado para la época en que vivimos, mudo y en blanco y negro, definitivamente un buen film, pero no a la altura de películas como Medianoche en Paris de Woody Allen o Hugo de Scorsese, films visualmente hipnóticos y narrativamente impecables. En el 2013 el máximo premio fue para la discutida Argo, dirigida por Ben Affleck. Si bien aquel fue un año de buenas películas y podemos discutir la decisión de la Academia, lo cierto es que no había una lo suficientemente fuerte como para arrebatarle el premio al film producido por George Clooney. Las otras candidatas eran Lincoln de Steven Spielberg, Django Sin Cadenas de Tarantino y Life of Pi de Ang Lee. Nuestro recorrida termina en el 2014 con la elección de 12 Años de Esclavitud, de Steve McQueen. La controvertida cinta tocó, una vez más, la fibra más sensible de los premiadores. Vaya a saber uno si realmente pensaron que aquella era la mejor película o si simplemente se vieron moralmente obligados a elegirla (algunos votantes admitieron no haberla visto e igualmente la seleccionaron por su “importancia histórica”), pero la realidad es que casi cualquiera del resto de las nominadas era tan merecedora como la que finalmente resultó ganadora: El Lobo de Wall Street de Martin Scorsese, Nebraska de Alexander Payne, Philomena de Stephen Frears, El Club de los Desahuciados de Jean-Marc Vallée, Ella de Spike Jonze o Gravedad de Alfonso Cuarón.
Eso fue todo amigos, espero que hayan disfrutado de este repaso por la historia de los Oscars. ¿No están de acuerdo con algo? ¿Insulté alguna película que no debía? No dejen pasar la oportunidad de insultarme ustedes a mi entonces aquí debajo. Mientras tanto, ¿qué sorpresas nos deparará el 2015? En muy poco tiempo más lo sabremos.
Florencia
28/01/2015 at 14:05
Estoy de acuerdo con la mayoría de tus comentarios. La película “desde el jardín” es una maravillosa visión aplicable a gobiernos de todos los tiempos. Los cazadores del arca perdida fue y sera una película de culto de mi infancia…pero para el oscar??ahí te defiendo a carrozas de fuego, corro con antorcha y todo. Danza con lobos infumable. Creo que los que votaron se quedaron dormidos y les dio vergüenza admitirlo. Lo de titanic:un robo farolero.Avatar y the hurt locker: americanadas. Hay demasiadas. Para mi un excelente drama bélico es la película “cartas de iwojima” de clint eastwood. Los excéntricos tenembaun y hugo: me parecieron originales pero sobrevaluadas. Tal vez las vi con demasiadas expectativas por sus directores. Medianoche en París: una genialidad. Freno porque sino sigo de largo. Saludos!!
Josele
28/01/2015 at 15:30
No voy a defender las decisiones de la academia porque obviamente son cuestionable, como mínimo. Pero es cierto que muchas veces una película lo único que necesita es tiempo. Creo que si votaran hoy es imposible que no el den un Oscar a Buenos Muchachos o Toro Salvaje.