Otros papeles por los que Brad Pitt se merecía un Oscar

En la última entrega de los premios Oscar, la número 92, finalmente Brad Pitt consiguió su estatuilla dorada. El galardón lo recibió por su personificación de Cliff Booth, el amigo, doble y chofer de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) en la novena película de Quentin Tarantino, Había una vez en Hollywood. Pero al igual que le pasó a su compañero DiCaprio, creemos que el gran honor otorgado llega algo tarde: por eso aquí va nuestra selección de otros papeles por los que Brad Pitt se merecía un Oscar.

Esta no es la primera vez que Brad Pitt ha sido reconocido con el premio más sobresaliente de la industria del cine: se llevó a su casa una estatuilla en 2014 pero como productor, por la película 12 años de esclavitud. Sin embargo, ahora a sus 56 años le llegó el galardón que siempre mereció como actor.

El rubio de Oklahoma tiene una de las carreras más eclécticas que podremos encontrar, a lo largo de la cual demostró que no es solo una cara bonita (y un cuerpo… si hasta recibió el título de “Sexiest Man Alive” otorgado por la revista People).

A lo largo de los años, mientras todos estaban ocupados en enamorarse de su aspecto físico (cómo evitarlo) y su vida amorosa de alto perfil (desde Gwyneth Paltrow hasta Jennifer Aniston y Angelina Jolie), Pitt construyó cautelosamente el currículum de un actor con mayúsculas.

Fue nominado al Oscar por interpretar a un paciente mental con conciencia social (12 Monos), también por ponerse en la arrugada piel de un hombre que envejece hacia atrás (El curioso caso de Benjamin Button), y en el 2012 por personificar a un innovador gerente general de béisbol (Moneyball).

Además, logró encajar perfectamente en roles como un boxeador irlandés incomprensible, un vendedor de jabones anarquista, un guerrero griego, un comandante de tanques de la Segunda Guerra Mundial, un astronauta con problemas, vampiro seductor y hasta (spoiler) La Muerte.

La Academia a menudo otorga el premio al “buen trabajo” (casi como una palmadita en la espalda) a un actor que nunca ganó pero que tuvo una carrera digna, como al protagonista de Había una vez en Hollywood, Leonardo DiCaprio, cuando fue elegido mejor actor por El Renacido hace cuatro años (nunca olvidaremos la escena con el oso). Sabemos que Brad Pitt se merecía un Oscar hace tiempo, pero no es novedad que la Academia tarda en darse cuenta y reconocer la capacidad de ciertas figuras, sino fíjense estos casos en esta nota.

Pitt, un actor legítimamente destacado, encontró en Cliff Booth el papel para conseguir su primera victoria. Pero no esperen encontrar uno de esos papeles comprometidos en los que el actor pone todo de sí (no adelgazó ni engordó para el papel, ni se encerró en una comuna). Personalmente, creo que la escena más destacable de Brad Pitt en Había una vez en Hollywood es aquella que tiene lugar en el vasto y desértico complejo de Manson (y, obviamente, la escena donde se sube al techo a arreglar la antena).

El premio se lo llevó recién en 2020, además de llevarse el Globo de Oro, el SAG y el BAFTA, pero estamos segurísimos de que se lo merece hace más de 20 años. Aquí va nuestra lista de otros papeles por los que Brad Pitt se merecía un Oscar.

Otros papeles por los que Brad Pitt se merecía un Oscar

David Mills en Seven (1995)

Seven, o Pecados Capitales, es la película con la que David Fincher demostró que no era solo un buen director de videos musicales. Te mantiene al borde de tu asiento durante toda su narración. Brad Pitt interpreta quizás al personaje más identificable de la película: al igual que él, estamos intrigados, frustrados y horrorizados, además de desesperados por descubrir quién está detrás de todos los asesinatos sangrientos.

Pitt es el novato Detective Mills, un joven recién casado que comienza a trabajar con el veterano Detective Somerset (Morgan Freeman). Ambos investigarán una serie de particulares asesinatos. Ofrece una actuación desgarradora, sobre todo cuando la película llega al clímax; vemos su colapso doloroso y su transformación en ira. Nunca olvidaremos esa escena final con los ojos llorosos y el arma en la mano.

Es importante recordar que cuando Brad Pitt rodó Seven tenía solo 32 años y era un ídolo adolescente. Otro dato: no se limitó a interpretar, parece que gracias a su insistencia la película mantuvo su final, en contra de los deseos del estudio horrorizado ante un desenlace tan deprimente.

Jeffrey Goines en 12 monos (1995)

12 monos es una extraña película dirigida por Terry Gilliam, debo confesar que la primera vez que la vi (con 12 jóvenes años) no la entendí.

En un futuro devastado por una enfermedad, un prisionero llamado James Cole (Bruce Willis) se ofrece como voluntario en un experimento científico que tiene como finalidad viajar al pasado para saber qué provocó la situación en la que se vive.

Brad Pitt interpreta aquí a un paciente mentalmente enfermo, nervioso, antisocial y extremadamente convencido de sus ideas. Con los ojos muy abiertos durante toda la película, recita a toda velocidad líneas como:

“Ya no somos productivos, ya no nos necesitan para hacer cosas, todo está automatizado. ¿Para qué estamos aquí? Somos consumidores, Jim. De acuerdo, compra muchas cosas y serás un buen ciudadano, pero si no compras muchas cosas, si no compras, ¿qué es lo que eres? Pregunto, ¿QUÉ? Un enfermo mental“.

Ver a Brad interpretar a este personaje loco, tan defensor de su filosofía única, es una de las partes más interesantes del film. Su actuación se intensifica con primeros planos incómodos, en ángulos inclinados, y la inquietante codificación de color verde-amarillo de la película.

Benjamin Button en El curioso caso de Benjamin Button (2008)

David Fincher dirige la historia nominada a 13 Oscars. Sigue a Benjamin Button, un hombre que nace viejo y va volviéndose más joven a medida que pasan los años. Se tiende a menospreciar el amplio retrato de esta vida en reversa, que se apoya principalmente en las capacidades actorales de Brad Pitt, el buen maquillaje y el gran CGI.

Está basada en un cuento corto de F. Scott Fitzgerald. A lo largo de tres horas, Pitt pasa por todo un proceso admirable de efectos especiales: se encoje, envejece y se rejuvenece. Pero más allá de los trucos, demuestra una gran capacidad actoral en este papel único.

Las facciones de Brad, mejoradas por computadora, combinadas con su aura natural, ayudan a crear un personaje que funciona perfectamente en cualquier estadio de la vida de Benjamin. Logramos ver el mundo a través de sus ojos.

El curioso caso de Benjamin Button es una fábula melancólica que cuenta la experiencia inusual de este personaje mientras experimenta alegría y tristeza, amores perdidos y encontrados, y el significado de la atemporalidad. Una reflexión sobre la naturaleza efímera del amor y de la vida (un poco larga por cierto).

Tyler Durden en El Club de la Pelea (1999)

Y otra vez la dupla Fincher/Pitt en una película extraordinaria, adaptación de la novela de Chuck Palahniuk. Se destaca sobre todo Edward Norton, pero cualquiera que la haya visto sabe que Brad Pitt y su Tyler Durden no se quedan atrás.

Tyler personifica la trascendencia a los rincones más profundos de la conciencia humana. Un vendedor de jabones, difusor de una ideología nihilista y de odio a los convencionalismos sociales y económicos, al consumismo; un personaje que exalta la libertad más radical, la fuerza más feroz. Irreverente, perspicaz, despreocupado, la mejor descripción para Tyler es: Las mujeres quieren acostarse con él y los hombres ser como él.

En El club de la pelea, Brad Pitt resulta una parodia de su propio atractivo sexual. Es la respuesta anárquica a una sociedad que pasa la mayor parte de su tiempo anhelando el status quo. Durden es casi una caricatura de todo lo que los hombres pensaban que querían ser.

El Tyler Durden de Pitt siempre tendrá un lugar en nuestros corazones, al igual que la frase “Tenemos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos”.

Teniente Aldo Raine en Bastardos sin gloria (2009)

Para mí, la actuación definitiva de Pitt. En su primer encuentro con Quentin Tarantino, su teniente Aldo Raine es básicamente un Brad Pitt de gesto estreñido, con bigote y una curiosa ambición por los cueros cabelludos nazis.

Astuto, inteligente y violento, el teniente funciona maravillosamente debido a cómo Pitt equilibra la caricatura con la figura de alguien que sabe que está en el lado correcto de la historia. No mires Bastardos sin gloria esperando encontrar a Pitt muy seguido, sus escenas son contadas pero brillantes, y Tarantino permite que todo el elenco tenga su momento de encanto. Además, Brad hace más con la palabra “buongiorno” (y GOR LA MI) de lo que la mayoría de la gente hará en toda su vida.

Estos son para nosotros los otros papeles por los que Brad Pitt se merecía un Oscar antes de haberlo ganado por su Cliff Booth. ¿Cuál agregarías?