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Stan Lee y los autores detrás de nuestra cultura popular

Stan Lee fue, sin lugar a dudas, el creador más importante de la historia de los cómics. Pero, curiosamente, ya nadie lee su trabajo de forma directa. Lo que se consume son los personajes que creó, no las palabras que realmente escribió. Como él, son muchos los autores detrás de nuestra cultura popular.

Nuestros superhéroes son diferentes

Si bien Stan Lee se caracterizó por ser la cara visible de Marvel Comics, fue muy poco lo que concibió o escribió por sí mismo. De hecho, gran parte de sus historietas pertenecen exclusivamente a los años ´60. A partir de la década del ´70 permaneció como editor y redactor en jefe para Marvel.

Lo que es más importante: sus legendarias creaciones –Spider-Man, los Cuatro Fantásticos, Hulk, los X-Men– son el resultado de esfuerzos colaborativos junto a Jack Kirby y Steve Ditko.

Sí debemos reconocerle que trajo a la mesa ideas revolucionarias respecto a la manera de diseñar a los superhéroes. El primer rasgo fundamental de Stan Lee fue que sus superhéroes eran distintos. A diferencia de los de DC Comics, que son básicamente dioses viviendo entre humanos, Marvel presentaba personajes más realistas, con debilidades y conflictos con los que uno podía relacionarse.

Las historietas de Spider-Man lo mostraban combatiendo villanos y salvando a Nueva York, pero a Peter Parker también le costaba llegar a fin de mes, ocultar su identidad y tenía conflictos amorosos típicos de un adolescente. Esta idea tan simple sería una influencia clave para autores posteriores.

 

Autores detrás de nuestra cultura popular

La cuestión es que hoy Stan Lee se encuentra en una posición llamativa, culturalmente hablando. Es inmortalizado por los personajes que creó, ¿pero quién lee sus comics de los años ´60? Nadie. Porque incluso esos libros no han envejecido para nada bien.

Sin embargo, su cuerpo de trabajo, la esencia de su obra y sus personajes siguen siendo adaptados, reinterpretados y reinventados como si fueran atemporales.

Un caso comparable, aunque a menor escala, es el de Edgar Rice Burroughs. Un escritor al que, allá por 1912, se le ocurrió la historia de un niño que se criaba en la selva por una tribu de monos porque sus padres habían fallecido de forma trágica. Sí, estamos hablando de Tarzán.

El olvidado creador del ícono de la cultura popular que es Tarzán influyó a muchísimos escritores pero la novela original no te la lee ni el fan más acérrimo.

De Jedis y guerras intergalácticas

Burroughs también concibió a un pequeño personaje llamado John Carter (quien apareció en la excelente novela de ciencia ficción Una princesa de Marte, de 1917).

El relato sigue la historia de un soldado (John Carter) quien despierta misteriosamente en el planeta Marte. Allí, debido a las diferencias gravitacionales, tiene la habilidad de dar saltos gigantes y una fuerza sobrehumana.

En la novela (que si no la leyeron se las recomiendo) existe una tribu de guerreros de alto rango llamados “Jed”, soldados que –oh, casualidad– poseen habilidades psíquicas. Si creen que son muy parecidos a los Jedis de George Lucas, no están errados. Burroughs lo hizo primero, y todo lo demás es un remix.

Gracias al mundo creado por Edgar Rice Burroughs, años más tarde llegarían Avatar y hasta Pocahontas. El propio James Cameron admitió que el conflicto de su taquillera película estuvo influenciado por la saga de John Carter, que se compone de una decena de libros.

Hasta dibujos animados como He-Man –con esa loca fusión entre lo futurista y lo medieval – le deben mucho a Burroughs.

Adiós, Stephen Hillenburg

Otro de los autores detrás de nuestra cultura popular, que falleció recientemente a la edad de 57 años, es Stephen Hillenburg, creador de Bob Esponja y todos sus divertidos personajes.

Si bien trabajó en animación por casi 20 años, la gran proeza de Hillenburg consistió en fusionar sus dos pasiones: la biología marina y la animación.

En 1993 estaba trabajando para Nickelodeon, escribiendo y dirigiendo episodios de todas nuestras series animadas favoritas, como La vida moderna de Rocko y Rugrats. En 1999 llegó el fantástico mundo subacuático de SpongeBob SquarePants (Bob Esponja en nuestros lados). El resto de la historia ya la conocemos.

El mito vampírico de Bram Stoker

El escritor irlandés Bram Stoker escribió su novela Drácula en 1897. Si bien se sabe que no fue la génesis del mito vampírico (hay relatos previos, como “El extraño misterioso” de 1860 que ya eludían a los vampiros), fue él quien convirtió a su antagonista en el vampiro más famoso.

La novela, escrita en forma epistolar, es muy buena y sigue cosechando a sus fans. Pero seamos honestos: hoy estos monstruos chupasangre y seductores son más conocidos en la cultura popular por videojuegos, series de TV y decenas de películas, sea para bien (Entrevista con un vampiro, Let the Right One In) o para mal (la saga Crepúsculo).

Los largometrajes sobre vampiros son tan antiguos como el origen del cine. En esta nota hicimos un recorrido anacrónico del género. Si existe el género es gracias a uno de los más grandes autores detrás de nuestra cultura popular. En 2018, por citar un ejemplo contemporáneo, tuvimos la impecable segunda temporada de Castlevania, que se nutre muchísimo de la creación de Bram Stoker.

La culpa la tiene Disney

Sigamos pensando en estos creadores de obras atemporales. ¿Hans Christian Anderson es más conocido por ser el autor de “La Sirenita” o por ser el autor que inspiró a La Sirenita de Disney? ¿Qué versión tenemos nosotros más presente en el imaginario colectivo?

En el último tiempo se estrenaron dos películas relacionadas con A.A. Milne, creador de Winnie-Pooh. No mucha gente conoce la historia detrás del oso amante de las siestas y la miel. Lo cierto es que Milne solamente publicó dos libros infantiles: Winnie-the-Pooh (1926) y el segundo, que finalizó abruptamente la historia de estos personajes: The House At Pooh Corner (1928).

El tema es que, en 1966, Disney adquirió los derechos del personaje y tuvo la potestad para comercializar más libros, series animadas, películas y todo tipo de merchandising. Hoy ubicamos mucho más al personaje que al autor.

Algo bastante similar le sucedió a J.M. Barrie con su relato sobre el niño que no quería crecer, Peter Pan.

Cuando los fans no lo dejan ir

Pero el caso de Stan Lee es peculiar porque los autores en general no suelen vivir lo suficiente como para ver a su propia obra sobrepasarlos en popularidad y pasar a formar parte del mundo. El único caso parecido que se me viene a la mente es el de Arthur Conan Doyle.

La historia detrás del creador de Sherlock Holmes es archi-conocida. Por aquella época, el escritor tenía su fama ganada por los catorce relatos originales del detective británico. Sin embargo, él pensaba que el personaje lo estaba distanciando de otros trabajos que él considerada importantes. Por eso decidió arrojarlo por una catarata en el famoso cuento “El problema final”.

Paradójicamente, el gran problema final es que los fans no querían dejar morir a su ídolo. El público se quejó y llegó a enviar cartas amenazantes a él y a su familia para que fuera resucitado. El regreso de Sherlock tuvo que hacerse una realidad, por lo que el relato “La casa deshabitada” brindaba una explicación sobre la fingida muerte.

Hoy la obra completa de Holmes –lo que afectivamente se conoce como “El canon holmesiano”– está formada por 4 novelas y 56 relatos. Pero sabemos que Sherlock ya es un personaje de la cultura popular que va mucho más allá de la creación original de Conan Doyle. Hablo mucho más sobre todo esto en este post detallado.

Palabras finales

Al final del día, los fans –que somos los dueños colectivos de la ficción– siempre queremos más de aquello que nos gusta, incluso si el creador original ya no está físicamente para brindarlo. No nos importan los autores detrás de nuestra cultura popular mientras se sigan perpetuando las creaciones, obras ideas y conceptos.

Muchísimos escritores han continuado la esencia de la obra de Stan Lee del mismo modo que se ha hecho con Superman (creado por Jerry Siegel) o Batman (creado por Bob Kane). Quizás lo que se sentía diferente sobre Stan Lee, por sobre cualquier otro autor, es que parecía genuinamente feliz de ver cómo sus personajes siguieron creciendo.

Excelsior!

¿Te gustó lo que leiste? Ayudanos a seguir creciendo! 
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2 Comments

2 Comments

  1. Wonxvb

    29/11/2018 at 01:44

    Bram stoker escribió Drácula en 1897

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