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Entrevistas a los protagonistas y directora de HASTA QUE ME DESATES

Entrevistas a los protagonistas y directora de HASTA QUE ME DESATES

Con motivo del estreno de Hasta que me Desates (REVIEW, ACA), de Tamae Garateguy, tuvimos la oportunidad de hablar con su directora y sus protagonistas para que nos cuenten los detalles sobre la realización de esta nueva propuesta del cine nacional.

Rodrigo Guirao Díaz

¿Cómo llega este guion a vos?

Llega a través de Miguel Forza de Paul, el guionista de la película, quien fue también mi primer profesor de actuación. Nos teníamos en Facebook y me comentó que estaba escribiendo este proyecto con Tamae Garateguy y que pensaron podía ser para mí. Como yo estaba rodando una serie en México, quedamos en hacer una prueba por Skype con Tamae.

Llega el guion por mail y al leerlo veo que es una historia fuerte. Me dio un poco de miedo porque nunca había hecho algo así. Pero por otro lado de eso se trataba: necesitaba un desafío, necesitaba aprender de algo que descansara más en el proceso que en el resultado.

Luego hablé con Tamae, y me encantó su propuesta, cómo deseaba filmar la película, cómo deseaba retratar a la ciudad y a los personajes. Siempre nos dio la confianza de ver el material y poder volverlo a hacer si lo deseamos. Fue un proceso de aprendizaje constante.

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¿Qué fue lo que te hizo decirle sí a este personaje?

Un personaje con este morbo, esta atracción hacia los muertos me parecía retorcido desde mi punto de vista personal. Entonces me planteé cómo podía abordarlo como actor, cómo puedo abarcar escenas tales como la muerte de un paciente de cirugía en plena operación y que eso excite al personaje, y sobre todo hacerlo sin ningún tipo de prejuicio.

¿Cuál fue el principio guía que te dio la directora?

Ella me lo pinta como un tipo aparentemente perfecto, que esconde este morbo desde una perspectiva hipócrita. Al pisar el set por primera vez y empezar a pasar las escenas me doy cuenta, y le cuento a Tamae, que esto es una historia de amor y por ahí debería ir el personaje.

¿Cuál de todas las escenas fue la más desafiante para vos?

Hay una escena con Paula Carruega, quien interpreta a la esposa de mi personaje, que quiere acostarse con este pero ve que sus intereses están en otro lado. Es una escena donde hay muy poco texto, donde explota el conflicto y está más dominante el personaje.

¿Qué ves de vos mismo en este personaje?

Trato de darle mucho de mí a cada personaje en cada proyecto. Trato de trazar un paralelo con mis propias emociones, inquietudes y deseos. Trato de dar la mayor verdad que puedo.

 Martina Garello

¿Cómo llega este guion a vos?

A Tamae la conozco desde hace unos años, ella vio algunas de mis cosas en el Teatro Independiente y en Danza. Fue después de ver uno de estos espectáculos donde me comenta que dado que la protagonista de esta historia era una bailarina, el guion estaba siendo perfilado para que fuese yo. Tengo confianza total en ella y en el arco dramático que me ofreció este personaje. Ojalá me vuelvan a tocar personajes así, con tantas posibilidades expresivas, de transformación física y los lugares que atraviesa el personaje a nivel emocional.

¿Qué te hizo decirle que sí a este personaje?

Las escena cuando va por segunda vez al consultorio del Doctor Quintana y le dice que se quiere morir. Pero fundamentalmente fue el hecho de que fueran personajes muy físicos, no tanto por lo exhibitorio de las escenas eróticas, sino por la expresión corporal. Es un personaje que pasa de la inmovilidad, de deambular por la casa en pijama, a salir a la calle y encontrar el mundo sado.

Hay algo de sufrimiento físico y emocional, y como ella como no puede lidiar con ese dolor emocional se maltrata físicamente, y a través de ese dolor puede poner afuera toda la perdida que tiene y por la cual no quiere vivir más.

¿Cuál fue el principio guia que te dio la directora?

En una frase: “No doy más”. La mujer sufre mucho más, a veces, que el hombre. Es un personaje que está entregado y resignado. Pasa de la inacción al reviente total. No es todo lo que uno planea, sino de lo que se atraviesa en esos planes y en este caso es el Dr. Quintana. Y mi personaje se enamora de él estando en el peor momento de su vida.

¿Qué ves de vos en este personaje?

Particularmente el hecho de que baile, había muchas escenas que filmamos antes del rodaje, ensayos que quedaron y con los que Tamae me ayudó muchísimo para bordar el personaje.

Tamae Garateguy (directora)

¿Cómo llega a vos este guion? 

En realidad, llega la idea primero. Está inspirado en algo que me provocó un corto documental danés que vi como jurado de un festival llamado Letting You Go. Cuenta la historia de una joven en Dinamarca, donde la eutanasia es legal, que no desea vivir más y le pide a su padre que la acompañe en esa transición. Yo voy con esta premisa a Miguel Forza de Paul, guionista de la película, y le dimos vuelta cambiándolo de un vínculo padre e hija a una historia de amor romántico entre una mujer que quiere morir y un cirujano plástico con una extraña excitación cuando se mueren sus pacientes.

¿Cómo trabajaste la propuesta visual de la película?

El criterio visual vino de dos personas, Sheila Szulanski, directora de arte y Margarita Garello, diseñadora de vestuario. Determinamos que las escenas diurnas, en particular la vida familiar del Dr. Quintana, tienen que haber colores pasteles, suaves; el rosa y el celeste para significar la norma de lo que es el varón y la mujer. Por otro lado, todo lo que es noche, lo prohibido si se quiere, tiene una búsqueda visual más intensa, más estallada de color.

¿Cómo trabajaste la fotografía de la película?

De una obstrucción sale la creatividad. No teníamos presupuesto para carros de travelling. Era plantar trípode y ver que potencial narrativo te puede dar el plano sin mover la cámara. ¿Qué podemos hacer con el foco? ¿Qué podemos hacer con los espejos? ¿Cómo podemos trabajar la tensión? Todo nació de esa obstrucción.

Yo vengo del uso de la cámara en mano, más del documental donde hay una sensación de urgencia. Esta fue la primera película donde dije que el trípode fijo tiene que dominar todos los encuadres de la historia.

Ese deseo de mantener la tensión también te dice cuándo cortar a otro plano y cuando no. Por ejemplo la escena donde el personaje de Paula Carruega quiere tener sexo con el personaje de Rodrigo Guirao, que ocurre casi todo en una sola toma. Cuando el montaje estaba en sus primeras etapas, en más de una oportunidad nos miramos con la montajista diciendo que esto no lo podíamos cortar por las sensaciones que estaba transmitiendo la escena.

¿Cómo trabajaste la dirección de actores? ¿Hubo ensayos? 

Es mi especialidad, todos los directores tenemos un metié que nos pesa más que otro, fotografía, montaje, etc. El mío es la actuación. Yo no hice ensayos, soy más de pensar cuestiones laterales, no tanto de la escena. Percibo esa confianza en los actores, entienden que es una cuestión técnica sencilla, de “mirá para allá, mirá para acá, movéte, quedate quieto”. Trabajo mucho con los actores, y creo en mostrarles lo que filmamos en el acto para saber cómo lo pueden hacer mejor.

En el rodaje en concreto, siempre llego al set con una idea clara de la puesta en escena, pero siempre estoy abierta a lo que pueda pasar en el momento, que pueda ser mejor de lo que me imaginé inicialmente

¿Cómo trabajaste las escenas de sexo?

La confianza que los actores depositan en vos es fundamental. Ellos lo que quieren es que sea creíble. Entonces constantemente les consulto “¿Te estás viendo bien? ¿Te gusta cómo te ves? ¿Se ve intenso?”. También que tengamos claro si es una escena de sexo que excita o una que genera sufrimiento. Al dirigir, le estas abriendo a un actor tu mundo sexual, que para algunos puede ser perverso.

En el momento del rodaje de la escena en sí, soy precisa. Les digo a los actores qué acción tienen que construir plano a plano, y les digo cuánto dura, por qué y cuánto se muestra del cuerpo en cada plano. En mi experiencia, a los actores no les preocupa la desnudez tanto por coquetería, sino porque se vea fluido el cuerpo, si funciona dentro de la escena, si es hot. Para eso sí hacemos un ensayo, y si al verlo queda bien, entonces queda marcado el camino que tenemos que seguir.

Yo les digo a todo el reparto que en mis escenas, no hay solo una entrega física, sino una entrega emocional. Las escenas de sexo pueden ser todo un desafío ya que tenés que estar desnudo, ser fluido corporalmente y estar en una emoción profunda. Es un trabajo de confianza que se va construyendo. Acepto muchas veces el juego que me proponen los actores, ya que ellos muchas veces saben cosas que los directores no, y ellos deberían tratar de entender ese conocimiento.

¿Tenés algún proyecto en carpeta después de esta película?

Estoy en post producción de Las Furias, una película que rodamos en Mendoza con Guadalupe Docampo, Nicolas Goldschmidt, Juan Palomino y Daniel Araoz.

Con un agradecimiento a Luciana Calbosa por facilitarnos estas entrevistas.

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