Los límites entre realidad y fantasía se funden en Amor de Gata (A Whisker Away), un nuevo y simpático intento de Netflix por emular el estilo del maestro Miyasaki. Crítica, a continuación.

Muge Sasake es una joven obsesivamente enamorada de su compañero Hinode. Un día de festival, un extraño personaje le ofrece una máscara que le permite transformarse en gato, lo cual abrirá la posibilidad de acercarse a su niño amado, desconociendo el potencial peligro que la aguarda.

No es casual que el título en inglés de la última importación animesca de Netflix, A Whisker Away, sea un guiño directo a Spirited Away, la obra maestra de Hazao Miyasaki.

Studio Colorido no es Ghibli, pero le encantaría serlo. Sin dudas, Amor de Gata recuerda lo suficiente a aquella película ganadora del Oscar y también a Mi Vecino Totoro (1998) por su ritmo lánguido y animación elegante. Hasta podríamos argumentar que funciona como una reinterpretación de The Cat Returns (2002).

Tampoco es aleatorio que Netflix recientemente haya subido a su catálogo gran parte de las películas de Studio Ghibli. Hay una estrategia de marketing muy clara que termina de redondearse aprovechando dos puntos de venta importantes: la fantasía infantil y los gatitos (Internet ama a los gatitos).

Un problema para la Gran N será poder apurar el doblaje latino, ya que actualmente solo es posible ver la película en su idioma original (japonés) y con subtítulos. Esto disminuye notablemente las posibilidades de atrapar al público infantil.

Amor de Gata: nada nuevo en el horizonte

En toda su fantasía y romance juvenil, Amor de Gata comprende muchas lecciones (o, dependiendo de la audiencia, recordatorios) que quiere impartir. Va un poquito más allá de “un humano no querría intercambiar vidas con un gato”, pero tampoco mucho más…

Sí es verdad que toca temas de bullying, depresión e inmadurez. Hay un leit motiv sugestivo en el hecho de utilizar máscaras (literalmente) para ocultar el dolor. Pero tampoco es que haga algo realmente novedoso con su tratamiento.

En todo caso, es una obra extraña si queremos analizarla como “aleccionadora” para los más chicos (Netflix la califica como “para mayores de 7 años”). La conducta de la protagonista hacia Hinode, su enamorado, podría constituirse fácilmente como “acoso”. Su relación realmente no se siente auténtica o convincente, al menos durante la primera mitad.

Amor de gata – El nuevo animé de Netfilx

Sobre la segunda parte, el enfoque general se torna más interesante al incorporar la mitología de los gatos a la historia y colocar un par de giros argumentales atractivos. Amor de Gata presenta algunos conceptos mágicos que van construyendo una mitología propia, particularmente cuando un gato real ingresa al juego.

De todas formas, en ningún momento de su duración sentí que estuviera encontrándome con algo verdaderamente destacado. No genera la misma sensación que cuando uno mira otras películas notables de Studio Ghibli o cualquiera del gran Makoto Shinkai (Your Name, Weathering With You, Garden of Words, etc).

En un mundo de gatos…

Amor de Gata es una película contemplativa pincelada con toques de melancolía. Sus elementos de fantasía externos tocan acordes conocidos sobre el amor adolescente y el pasaje hacia la adultez.

Aunque la historia pueda ser encantadora a la vista, el desarrollo tiende a demorarse innecesariamente, apuntando más a la elegancia tonal que es un sello distintivo de Studio Ghibli, pero acá no da exactamente en el blanco.

Hay algo de cuidado en cómo se aborda la depresión e incomodidad en las etapas tempranas, pese a que todo queda en el plano superficial frente a una aventura surrealista ambientada en un mundo felino. Sabiamente para esta crítica, la película no intenta explicar la naturaleza grande y misteriosa de los gatos. Porque querer conocer lo impenetrable es una locura demasiado poderosa.

Amor de Gata (A Whisker Away) está disponible en Netflix