Críticas
Black Box (REVIEW)
Black Box, una caja negra de la consciencia. Crítica a Continuación
Después de un accidente de tránsito donde murió su esposa y él mismo fue declarado con muerte cerebral por un breve período de tiempo, Nolan (Mamoudou Athie) tuvo una recuperación física milagrosa, pero con importantes secuelas neurológicas.
Cargado de frustración e impotencia, finalmente Nolan acepta participar de un tratamiento experimental con una reputada neuróloga (Phylicia Rashad) que está convencida de que utilizando su prototipo Black Box, basado en la hipnosis, puede llevarlo a revivir recuerdos bloqueados en lo profundo de su mente. Y si logra acceder a los suficientes, el resto debería resurgir y revertir la amnesia de Nolan.
El sistema parece dar rápidos resultados incluso en la primera sesión de Nolan, si no fuera porque mientras está en trance es repetidamente atacado por una extraña criatura. Los recuerdos que revive no se parecen del todo a la vida que le contaron que llevaba antes del accidente.
Black Box, una doble vida y un hombre roto
No es lejano al estilo Blumhouse presentar películas de pocos recursos confiadas a directores de poca experiencia, como lo es el debutante Emmanuel Osei-Kuffour. Es una fórmula que no siempre funciona, pero que tampoco falla estrepitosamente: en pocas palabras, ese es el resultado con Black Box, un producto que se mantiene siempre al borde de la corrección sin llegar a explotar del todo.
La premisa es simple y no muy novedosa, pero está contada desde un lugar donde no cuesta mucho empatizar con los personajes y sus miedos. Se demora un poco de más en confirmar información que ya es bastante evidente, pero se guarda algunos detalles relevantes extra para el final (el cual, de todas formas, es el que se ve venir desde un buen rato antes).
Black Box no abusa del sobresalto ni de su principal recurso para generar inquietud en el público: esa criatura extraña que se muestra poco pero que molesta desde el sonido de su andar. Y tiene sentido, porque no es su andar contorsionado lo que más asusta a Nolan, sino la posibilidad de que esté protegiendo la entrada a una serie de recuerdos demasiado dolorosos o peligrosos de recordar. El prototipo Black Box parece bastante efectivo en extraer sus recuerdos, pero eso que está guardado podría convertirlo en otra persona cuando salga a la superficie.
Como suelen hacer otras películas que usan la ciencia ficción para explorar las conexiones entre memoria e identidad, dentro de Black Box Nolan no solo tiene que descubrir quién fue, también quién quiere ser.
Estreno en Amazon Prime Video
Pingback: The Lie (Juego Perverso), de Blumhouse | Crítica AP
Pingback: Nocturne, de Blumhouse | Crítica, AP