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Críticas

Bright (REVIEW)

Bright, la primera producción de Netflix pensada con lógica de tanque y aspiraciones de franquicia. Crítica sin spoilers

El policía veterano Daryl Ward se prepara para su primer día de vuelta al trabajo después de ser herido cumpliendo el deber, evento del que acusa a su novato compañero Nick Jakoby por no haberle sabido cuidar la espalda y luego dejar escapar al delincuente, algo que algunos aseguran fue de forma intencional.

A pesar de los esfuerzos del novato por lograr la aceptación de sus compañeros, nadie quiere trabajar con él. Ni siquiera Ward, hasta que son forzados a enfrentar un gran peligro juntos e inician una relación de confianza. Hasta ahí, Bright suena como una buddy movie de policías cualquiera, salvo por el detalle de que Jakoby es el primer orco en lograr entrar a la policía de Los Ángeles, sumando el desprecio de su especie a la desconfianza que ya tenía de parte de elfos y humanos.

En el mundo de Bright la magia y las criaturas fantásticas son cosas reales, pero el uso de la magia está fuertemente regulada. Incluso el gobierno tiene un equipo especial dedicado a rastrear y contener a los escasos individuos con la afinidad mágica innata que les permite manipular una varita, un poderoso artefacto por el que mucha gente está dispuesta a asesinar. Entre ellos figuran los Inferni, una secta de elfos renegados dedicada a traer de la tumba al Señor Oscuro (derrotado dos mil años antes por una alianza entre todas las razas) que se encuentra en guerra secreta con el Escudo de Luz, otra organización secreta que se prepara para enfrentarlo cuando regrese.

Como debe ser, durante su patrullaje de rutina Ward y Jakoby llegan por casualidad al sitio donde minutos antes ambos grupos se enfrentaron dejando un tendal de muertos y una joven elfa como única sobreviviente que está desesperada por esconder una varita robada. Sin poder confiar ni siquiera en sus compañeros, pero decididos a no dejar que caiga en manos de ninguna de las facciones criminales que la pretenden, el dúo se embarca en una lucha por la supervivencia en las calles de Los Ángeles.

Cabarets y dragones en Bright

Aunque la trama suena genérica a simple vista, Bright se propone antes que nada construir un mundo que le dé contexto. Lo logra con mucho éxito, con el agregado de tener la astucia de no pretender explicar todo sino que profundiza solo en lo que necesita para contar su historia. Del resto va dejando trazas listas para seguir ampliando el universo en posibles secuelas, con señales creíbles de que hay muchas cosas que aunque no se vean en la pantalla están escritas en algún lado.

Este tipo de película en otras manos hubiera empezado con un flashback medieval o una voz en off relatando la historia del mundo, pero en Bright esa puesta en contexto lo hace una serie de grafitis e imágenes de la vida cotidiana mientras pasan los créditos; un minuto alcanza para dejar claros los rasgos principales del pasado y el presente del mundo, con una nada sutil alegoría a la estructura social del mundo real. Esa voluntad de contar desde la imagen no se queda ahí: todo en Bright aporta algo a la historia, desde el vestuario y las prótesis hasta detalles desparramados por los distintos escenarios donde ocurre la acción. Incluso la elección de la banda sonora colabora a construir el mundo y definir personajes; después de todo no es accidente que los orcos tengan debilidad por el Death Metal.

Pero por más que el comentario social está presente, David Ayer no se olvida que con Bright está haciendo una película de acción. Todo sucede a lo largo de una noche frenética durante la cual los dos policías deben enfrentar peligros de todo tipo en secuencias de acción claras y entretenidas, con pretensiones de realismo mientras no haya nada sobrenatural en escena, tomándose los pequeños descansos necesarios entre tiroteos y persecuciones como para no sobrecargar.

El desarrollo de los personajes y la trama en sí no es de lo más original. Will Smith hace el mismo papel de siempre, pero destaca Joel Edgerton como el iluso y joven orco que pretende cambiar la forma en que el mundo ve a los de su especie. Aunque en Bright vemos la historia desde los ojos del humano, Ward es bastante bidimensional y claramente es el orco quien recibe más atención del guión para darle profundidad al personaje y la crítica social que pretende encarnar: convence de su extrema juventud e inocencia solo con sus actitudes, generando empatía desde su primera aparición, en contraste de su hosco compañero con muchos más años de calle vistiendo el uniforme.


[imdb]https://www.imdb.com/title/tt5519340/?ref_=nv_sr_1[/imdb]

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Conclusión
No logra escapar de varios lugares comunes del género y desafina cuando intenta agregarle humor explícito a la trama, pero Bright es una muy buena película de acción con un guion sólido, actuaciones correctas y un mundo fantástico original que deja mucho material para futuras secuelas.
Nota de lectores2 Votos
53
80
Total

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