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Alta Peli

Críticas

La Muerte de un Perro (REVIEW)

Encontrar su casa desvalijada solo alimenta la paranoia de un matrimonio uruguayo que solo necesita un empujoncito para desbarrancar.

La Muerte de un Perro trae el desastre en la vida de un veterinario. Crítica a continuación

Recién jubilada, Silvia (Pelusa Vidal) aún intenta ajustarse a esa nueva realidad de tiempo libre. Planea un viaje con Mario (Guillermo Arengo), su esposo veterinario que no parece tan entusiasmado con la idea de dejar de trabajar para estar con ella.

Mientras Silvia empieza a alimentar su paranoia encerrada en una casona vacía y sospecha que la mujer que trabaja allí limpiando está en complicidad para robarle con gente que pasa mendigando, la muerte de un perro al cuidado de Mario -en una situación algo confusa- lo pone en la mira de un grupo de vecinos que lo acusan de maltrato animal.

Por eso, cuando su casa es desvalijada con indicios de encono personal contra ellos y deben refugiarse algunos días en casa de su hija, no tardan demasiado en caer en un espiral de desconfianza y violencia exponiendo con facilidad la hipocresía de su supuesta civilidad de clase media bien educada.

La Muerte de un Perro uruguayo

En su primer largometraje de ficción, Matías Ganz cruza elementos del thriller y el policial en lo que es esencialmente una comedia negra con crítica social. Con silencios incómodos e ironía, La Muerte de un Perro va construyendo un clima agobiante que va encerrando a los protagonistas en su propia oscuridad, generada por ellos mismos a fuerza de prejuicios y decisiones impulsivas.

La trama es bastante simple y avanza a paso cansino, pero lejos de caer en la estaticidad siempre está pasando algo, aunque en general no se haga explícito. La Muerte de un Perro no responde todas las preguntas que plantea la trama y varias veces nos muestra las consecuencias de acciones que no vimos, pero insinúa posibilidades para que cada cual se decida por la opción que le parezca más viable.

La película no va a ofrecer una respuesta clara de cuánto de lo que vemos es negligencia, coincidencia o planificado. Tampoco dónde está la línea entre la indiferencia y la maldad ni de qué lado se paran realmente los personajes, quizás porque justamente el punto es que seamos nosotros mismos quienes cuestionemos lo que estamos viendo para decidir.

Son esas indefiniciones lo que vuelven más interesante a La Muerte de un Perro, mientras habla de los miedos de esta clase media que vive en su burbuja e imagina amenazas donde no siempre las hay. O tal vez sí las hay y lo que ve Silvia no es un fruto de su imaginación diseñado para distraerla del aburrimiento y la apatía que alimentan su matrimonio.

Destacan particularmente los dos protagonistas de La Muerte de un Perro; al igual que el resto del elenco cuentan gran parte de lo que necesitan decir sin recurrir a los diálogos, algo que por supuesto tampoco sería posible si no estuvieran rodeados por una propuesta visual pulida que en parte hable por ellos, eligiendo qué y cómo mostrar las pequeñas señales que van construyendo el mundo que los rodea.

Estreno en Cine.Ar

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La Muerte de un Perro (REVIEW)
Conclusión
Su ritmo algo cansino no impiden que La Muerte de un Perro resulte una efectiva comedia negra con algunos toques de suspenso.
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