La Serie Freud de Netflix, mejor mirarla sin pensar en Freud

Reparto de la serie Freud de Netflix: Robert Finster es Sigmund Freud; Ella Rumpf es Fleur Salomé; Georg Friedrich es Alfred Kiss; Anja Kling es la Condesa Sophia von Szápáry; Philipp Hochmair es Viktor von Szápáry; Nadiv Molcho es Eli Bernays; Brigitte Kren es Lenore; Christoph F. Krutzler es Franz Poschacher. Crítica, a continuación.

Poster de la serie Freud de Netflix

Es un secreto a voces o un mito tal vez que Netflix reserva los viernes para sus grandes estrenos. Es el día indicado para esos shows que, desea, consumamos cual devoradores seriales durante el fin de semana. Los demás días va presentando las series en las que menos confianza tiene, esas que pagó de antemano y al ver el resultado dice “bueno, qué le vamos a hacer, podía fallar y falló”. Entonces, las va tirando casi a escondidas para que sirvan como necesarias engrosadoras del catálogo, pero al mismo tiempo, se pierdan en él. Existen excepciones, claro, como en toda regla. A Freud la estrenaron un lunes, lo cual sería -según ese mito- como condenarla al olvido, porque ¿quién está de humor un lunes para arrancar una serie austríaca de época con episodios de una hora real?

No contaban con que ese lunes 23 de marzo pautado para su estreno caería en medio de una pandemia global, con miles de millones de personas encerradas en sus hogares revisando hasta el último rincón de la plataforma. La serie de Netflix Freud recibió así una atención para la cual no estaba preparada, convirtiéndose ello en su mayor mérito y a su vez, en su condena.

Mérito porque se colocó ante una audiencia global enorme, que no tenía otra cosa que hacer más que comer, dormir y dejar que empiece a reproducirse automáticamente el próximo episodio. Condena porque se expuso ante una atención y un nivel de análisis que no es capaz de resistir.

La serie Freud de Netflix, ¿Freud el médico?

Robert Finster, el Sigmund Freud de la serie Freud de Netflix

La sinopsis de la serie Freud de Netflix reza: “Mientras lucha por hacer despegar su carrera y alimenta su interés en la cocaína, Freud termina involucrado en un cruento crimen y en una fascinante sesión espiritista”.

Cualquier espectador no informado sobre la serie, que no haya escrito “trailer de Freud Netflix” en el buscador de google, pensará “al fin llegó la serie que el padre del psicoanálisis se merecía” o inocente y razonablemente, “por fin llega una serie que ahonde en la vida de uno de los hombres más influyentes y que quiso darle significado a nuestros sueños redefiniendo el mundo moderno”. Grosero error, porque la serie es en realidad un thriller criminal sobrenatural con mucho terror.

La relación entre Freud y la cocaína mencionada en esa sinopsis nada tiene que ver con el interés del doctor en utilizarla como instrumento terapéutico. Lo que veremos es un personaje adicto a ella, desesperado por consumir una solución que manchará su oscura barba a niveles burdos. Así pasa con el resto de los elementos que la mayoría de los mortales escuchamos mencionar sobre Freud y que, sin ser especialistas en su obra, fuimos incorporando: se usarán pinceladas a groso modo, pero la esencia del show no es analizar la vida de Sigmund Freud ni el alcance de sus estudios.

Sigmund Freud, detective hipnotizador

Sherlock Freud, perdón Sigmund Holmes, perdón Sigmund Freud, es en esta serie un doctor que acaba trabajando como detective de crímenes que tienen mucho de sexual y que le sientan como anillo al dedo al personaje. No faltarán desnudos, escenas sexuales gratuitas y muchos genitales en primer plano, al nivel de confundirte sobre si el letargo de la cuarentena te llevó sin querer (¿o tal vez es lo que inconscientemente queríamos? Haga su magia, Freud) a ingresar en el servicio de Pornhub gratuito por estos días.

Ese investigar crímenes en la Viena de 1880, con bases en la psicología, buscando en las profundidades de la mente humana los motivos para el sadismo y la perversión, acercan la serie a ser una especie de The Alienist, comparación que tampoco es algo por lo que deba sentir gran orgullo (he reseñado esa serie ACA). También hay algo de The Knick, pero solo en el trabajo de cámara y uso de la banda sonora elegido por Steven Soderbergh para retratar el trabajo en un hospital de principios de siglo, sin nada de la profundidad para indagar en los inicios de la ciencia médica.

Lo que hiciera Seth Grahame-Smith con su novela llevada al cine Abraham Lincoln: cazador de vampiros, es lo más cercano a una explicación rápida de las bases de la serie Freud en Netflix. Reimaginar al personaje en un contexto que tome elementos de lo real, pero insertándolo en algo completamente nuevo, en este caso sesiones espiritistas y el mundo del ocultismo. Aquí entra en juego otra semejanza que a muchos le sonará a mera copia: la protagonista femenina es Fleur, una muchacha conectada al espiritismo de innegable parecido, tanto físico como en el tratamiento del personaje, a la Vanessa Ives que interpretó de manera magistral Eva Green en Penny Dreadful.

La Vanessa Ives de la serie Freud de Netflix

De ese choque de influencias, surge un coctel que raya el mamarracho, pero al que resulta casi imposible escapar, sea porque es realmente entretenida o porque nos gana la curiosidad de saber a dónde va a ir a parar semejante engendro.

La vida de Freud, sus obsesiones, los temas que terminarán siendo su obra, están en la serie como adornos de una trama criminal que esconde una conspiración política que por momentos es inentendible, la cual al ser finalmente explicada resulta demasiado simple para haber recibido tanto desarrollo. Lo mismo ocurre con infinidad de personajes secundarios presentados, a los cuales resulta casi imposible identificar pero que, a fin de cuentas, no importan demasiado.

No quedarán afuera las alusiones a los sueños, la labor del inconsciente, los actos fallidos, las pulsiones, la culpa, la familia y el judaísmo, pero todo se convierte en algo secundario, pues lo central aquí son los asesinatos que el doctor y la espiritista deberán develar, poniendo el foco en una figura mitológica húngara relacionada con las almas y lo paranormal. Lo mismo corre para la relación de Freud con la hipnosis y su uso para curar la histeria: los orígenes del psicoanálisis que de allí se desprendieron, aquí son empleados como simple ayuda para la parte esotérica del argumento.

Pareciese por esas líneas que hay que tener mucho conocimiento previo o un master en psicología para captar todo y seguramente más la disfrutarán (u odiarán, lo más probable) quienes los posean, pero que la serie funcione radica en su sentido de puro entretenimiento, algo que debería primar al sentarse frente a un show de este estilo.

Mirar la serie Freud de Netflix, una pulsión de muerte

Crítica de la serie Freud de Netflix

Hacia el tercer capítulo ya queda claro quién es el villano. No spoilearé, pero cualquiera con más de dos series encima lo descubre en el episodio 1, ante un nivel de sobreactuaciones que gritan “acá está el malo de la serie”.

Por lo tanto, el seguir viendo dependerá de esa pulsión que desarrolló Freud (el verdadero) respecto a la tendencia de todo lo vivo (¿nosotros espectadores?) por volver a un estado inerte (¿el sillón de nuestro living?). También podría estar jugando aquí la pulsión de vida, que vendría a ser nuestra autoconservación al no salir de casa para escapar del COVID-19.

Disculpen el desvarío de esta crítica, pero estoy tratando de convencerme a mí mismo de que fue una buena idea haber llegado al final de esta serie.

¿Habrá temporada 2 de la serie Freud de Netflix?

Por el momento, no lo sabemos y viendo cómo Netflix cancela series actualmente, nadie puede asegurarlo. Si bien la trama es cerrada y puede verse como miniserie, nada quita exponer a Freud ante un nuevo caso a investigar, el que lo ayudará a desentrañar, de paso, entre sexo y cuerpos mutilados, los misterios de la mente que terminarán siendo sus grandes aportes a la psicología moderna.

[imdb]https://www.imdb.com/title/tt8667956/?ref_=ttfc_fc_tt[/imdb]