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Críticas

REVIEW: El Cuento de la Princesa Kaguya

https://www.youtube.com/watch?v=9lDrkokymLQ

Crítica realizada durante el BAFICI [17]

Sabía de El Cuento de la Princesa Kaguya por haber competido en el ultimo Oscar en la categoría de Mejor Película Animada. Muchos me habían dicho que era una injusticia que esta película perdiera ante un émulo (entretenido, pero émulo al fin) de la animación japonesa como lo fue Grandes Héroes. Así que cuando me dijeron unos amigos de ir a la función de apertura en Parque Centenario, me pareció propicia la oportunidad para verlo por mí mismo. Debo decir que pocas veces he visto una película tan conmovedora, no solo por la historia que cuenta, sino por la pasión que se le imprime a la técnica utilizada.

Una Princesa en el Bambú

El Cuento de la Princesa KaguyaUn anciano cortador de bambú encuentra en uno de dichos brotes a una pequeña princesa, y junto con su esposa deciden criarla como su hija. A medida que esta crece en una preciosa señorita –en un tiempo anormal–, sumado a las riquezas que el cortador encuentra en el mismo brote de bambú, deciden mudarse a la capital para darle una mejor vida y convertirla en una verdadera princesa. Pero a medida que pasa el tiempo y descubre la belleza que puede existir entre tantas sombras, comienza a develarse lentamente el porqué está ella aquí.

Basada en la fabula del mismo nombre, el guión de El Cuento de la Princesa Kaguya es uno de cocción lenta pero justificada. Su desarrollo y su desenlace podrán parecer para muchos demasiado fantasiosos. En lo personal, no lo creo así; Isao Takahata establece las reglas con una firme mano narrativa, y una vez establecidas se deja llevar por el corazón.

Es una película que practica lo que predica: encontrar la belleza entre tanta oscuridad. Encotrar el amor (familiar y/o romántico) entre el cinismo y el interés. Encontrar el lugar en el mundo de cada uno. En resumen: lo que a uno le hace verdaderamente falta para hallar la felicidad. Una búsqueda nada fácil, y que la película nos lo recuerda y nos lo hace sentir.

Hay momentos dramáticos muy intensos, pero también los hay humorosos. Posee un desarrollo de personaje muy rico y tan claro en sus ideas, que no nos toma mucho darnos cuenta que la historia no pasa tanto por lo que experimenta Kaguya, sino por cómo cambian las vidas de aquellos que la rodean.

“Toda buena historia es sobre una transformación” reza un viejo adagio guionistico. Pocas películas he visto en mi vida a las que le calce tan bien esa definición como a El Cuento de la Princesa Kaguya.

Técnica Japonesa.

Pocas cosas admiro en la técnica cinematográfica como cuando un director hace un uso responsable de los efectos visuales. De hacer práctico todo lo posible y dar paso a la computadora para hacer cosas que de otro modo serían imposibles. El Cuento de la Princesa Kaguya esta dibujada íntegramente a mano, y animada de la misma manera salvo por una secuencia en el tercer acto. Cuando recomendé esta película había dicho que uno tiene la sensación de que te estuvieran dibujando la película delante de tus ojos. El resultado final es eso y mucho más. En esos trazos hay tanta dedicación, tanta pasión, tanto arte, que podes tener tus discrepancias con la historia, pero no podes negar el corazón, la belleza, y el descomunalmente comprometido oficio que hay en cada encuadre. Párrafo aparte, merece la utilización de la banda sonora, desde la exquisita partitura musical –que le da ese plus de sentimiento– hasta la enorme fidelidad en la creación de los efectos de sonido.

Conclusión

Sabés que una película está bien por algo muy sencillo. Cuando en vez de levantarte e irte, te quedas un ratito más en la butaca tratando de asimilar lo que acabas de ver. Cuanto más prolongado se vuelve ese pequeño momento reflexivo, te percatás que también estas asimilando como te sentís en ese momento. Ese sentimiento es la prueba inequívoca de que una película te dejó algo; que no es una mas. Que trasciende la simple excelencia narrativa y técnica, y se queda con vos mucho tiempo después que termino. El Cuento de la Princesa Kaguya no es solo una excelente ejemplo de buena animación, es directamente un ejemplo de buen cine. Muy buen cine.

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