Críticas
Curtiz (REVIEW)
Curtiz, cuando la anécdota le gana al drama.
El realizador húngaro Michael Curtiz tuvo títulos memorables en su filmografía, tales como Las Aventuras de Robin Hood, con la primera gran iteración cinematográfica de dicho héroe a cargo de Errol Flynn, o El Suplicio de una Madre, esa odisea del film noir que le supo dar a Joan Crawford su único Oscar. Sin embargo, el nombre de Curtiz está y estará eternamente asociado a una película, a un gran clásico: Casablanca, estrenada en 1942, que ganó el Oscar a la Mejor Película y donde Curtiz alzó la que fue su única estatuilla al Mejor Director. Curtiz es el biopic que intenta mostrar la cara oculta del clásico y del hombre que lo lideró.
A medida que pasan los años
Si bien en ese apartado tiene contenidos meritorios, estos son ensombrecidos por el detrás de escena de Casablanca, que probablemente sea la razón por la que cualquiera la daría Play en Netflix a esta película (aquí no se va a tirar la piedra y esconder la mano; esa fue la razón de quien esto escribe para verla). Pero incluso en ese plan, lo que hace atractiva y llevadera la película, es lo visual y lo anecdótico mas no lo dramático.
La presión de la burocracia gubernamental de hacer una película inspiradora en tiempos de guerra, y la búsqueda de un final que responda a esa meta son obstaculos reconocibles pero que no llegan a conmover. Atrae más la confusión entre las palabras “puddle” (charco, en inglés) y poodle. Atrae más el mostrar a Curtiz como un tipo que no le tenía fe a Humphrey Bogart y lo obligó a usar zancos. Atrae más ver cómo Curtiz ignora los reclamos de Ingrid Bergman, aparte de no poder (o no querer) discernir entre alguien que viene de Noruega y alguien que viene de Suecia. Atrae más la persistencia del director en tratar a Conrad Veidt como un verdadero Nazi, más que un actor interpretando a uno. Atrae más ver cómo discute con los gemelos Epstein para ver cómo se puede mejorar el guion.
Curtiz, por otro lado, tiene algunas particularidades visuales. Un sutil uso de la fotografía en blanco y negro evoca al estilo de Casablanca y tantas otras películas del mismo periodo. Sin embargo, hay breves apariciones de color, más precisamente del color rojo, que en el contexto de la película es señal de que se está filmando en el foro, pero que subtextualmente habla de la pasión, de aquellas cosas que verdaderamente mueven a los personajes de Curtiz y su hija.
Hay un breve momento de aparición del color azul: el de la luz de la sala de proyección, cuando Curtiz mira su película. Una manifestación en medio de la oscuridad, de felicidad, de plenitud de sentido.
Curtiz puede resultar de interés para aquellos que tengan curiosidad sobre la problemática realización de Casablanca. Sin embargo, el drama humano, el verdadero corazón de la película, a donde querían verdaderamente llegar, no consigue tener el mismo empuje que las anécdotas.
[imdb]https://www.imdb.com/title/tt6774588/[/imdb]