Críticas
REVIEW: El Bar
https://www.youtube.com/watch?v=X7qd1F02kus
Crítica realizada durante el BAFICI [19].
Perfecta química entre cine de género y crítica social
Cuando se combinan la mitología, la temática social y el cine de género, el resultado de dicho guisado invita a la curiosidad del espectador. Álex de la Iglesia ha basado su carrera en combinar estos tres elementos, que habitualmente no funcionarían por separado. Ahora con El Bar vuelve a ratificarnos que esto es posible cuando uno le presta atención a los detalles.
Un cortado y un casquillo…
El Bar es un film fluido, introduce a sus personajes sin perder el tiempo y una vez que se presenta el conflicto principal, la película no para de tirarles obstáculos a sus protagonistas. Luchan contra amenazas, tanto internas como externas, redoblando la apuesta y el riesgo a cada paso que da. Todo esto con la paranoia y la desesperación a flor de piel. Con la comedia y el drama yendo de la mano y colaborando en perfecta simetría
Otra cosa maravillosa que tiene la película es que ninguno de los personajes son unos santos. La narración saca a relucir en ellos el costado más egoísta e hipócrita que tiene la raza humana, por no decir que estos defectos pueden ser encontrados en todos los estratos sociales. A esto tenemos que sumarle una cuota de patetismo que termina de construir una necesaria multidimensionalidad. Al elegir este camino, se presenta la virtud coronante de la película: al no tener ningún personaje tribunero, se hace imposible anticipar hasta el final quien va a sobrevivir a toda esta debacle.
Ángel Amorós hace un excelente trabajo con la fotografía, con una cámara que sabe ubicarse en los rostros de los actores en el momento justo. A esto hay que sumar un montaje inteligente que sabe cuándo acelerar la marcha y cuando tomarse las cosas con calma para que la tensión conduzca al tiro de gracia. Pero el verdadero lauro se lo lleva la dirección de arte; les diría el porqué, pero es un detalle narrativo que conviene que el espectador vea por si mismo.
Todo el plantel de actores se destaca, tanto para los momentos cómicos como los momentos dramáticos. Blanca Suárez y Mario Casas entregan roles que si bien descansan en su belleza física, les presenta miles de desafíos para salir de su zona de confort y pasan la prueba con creces. Alejandro Awada, si bien oírlo hablar en castizo puede resultarles extraño, entrega una interpretación del arquetípico garca que uno se cruza en todos los caminos de la vida. Terele Pávez, actriz fetiche de De la Iglesia por antonomasia, aporta las mayores cuotas de comicidad y de malicia como la dueña del recinto.
Conclusión
El Bar tiene todo lo que se le puede pedir a una película que sea. Cine de género, comedia, drama, comentario social y un ritmo narrativo que no da tregua. No hay un solo momento aburrido en los 100 minutos de su duración, y si a esto les sumamos las sólidas actuaciones y puesta técnica, el resultado es una película altamente recomendable.
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