REVIEW: El Gigante de Hierro

Crítica realizada durante el BAFICI [18]

El retorno, grande y sonoro, de una película de culto.

Después de Los Simpson y antes de Los Increíbles, Brad Bird le demostró al mundo lo que podía hacer con un largometraje animado con El Gigante de Hierro. Aunque la taquilla no la trató bien en su estreno original de 1999, el tiempo la trató bien con el pasar de los años al punto de convertirse en una película de culto, y el presente BAFICI nos dio la oportunidad de gozar en una versión extendida. A continuación nuestra apreciación.

Iron E.T.

La historia de El Gigante de Hierro está ambientada en 1957, donde a poco de iniciada la carrera espacial con el lanzamiento del Sputnik, un misterioso y gigantesco robot proveniente del espacio choca en el pueblo costero de Rockwell. Allí se hace amigo de Hogarth Hughes, un niño de la localidad, quien lo ayudará a mantenerse oculto del Agente Kent Mansley, quien cree que es un arma de destrucción masiva.

Como guion, la película es entretenida y fluida. Con momentos de comedia y sentimentales en la misma proporción, a esto hay que sumarle unas más que apropiadas escenas de acción entrado el tercer acto cuando el robot protagonista debe hacerle frente al ejército. Respecto a las escenas cortadas, no son tantas como uno se puede esperar. Así que no hay mucho cambio en ese aspecto.

Por el costado técnico, la copia de la película se ve bien, con un uso de los colores que recuerda a los cuadros de Norman Rockwell; no por nada el pueblo donde transcurre la historia lleva su nombre.

En una nota aparte, debe decirse que es una experiencia que no tiene precio escuchar la música de Michael Kamen y ver en una gran pantalla al gigante decir “Superman” en la voz de Vin Diesel. Es algo que te saca lágrimas.

Conclusión

Hay un mundo de diferencia entre ver una película en video y apreciarla para la pantalla grande para la que fue concebida. Poder ver El Gigante de Hierro de esta manera es una experiencia única que los fanáticos de la animación —los chicos y los no tan chicos— van a saber disfrutar.