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Críticas

REVIEW: El Vuelo

Zemeckis vuelve al live-action con un film fuertemente temático pero no por eso menos narrativo.

Hay un director del cual debo decir que es uno de los pocos, poquísimos exponentes de lo que considero un uso RESPONSABLE de los Efectos Visuales, y cuando digo RESPONSABLE digo utilizarlos como herramientas narrativas en pos de acciones que no puede hacer la cámara, (No como otros). Ese director es Robert Zemeckis. Sólo por Volver al Futuro, ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? y Forrest Gump ya merece estar en el panteón de los grandes. Después de Náufrago, Zemeckis se dedicó a hacer películas en Motion Capture como El Expreso Polar, Beowulf y A Christmas Carol. Justo cuando pensábamos que Zemeckis iba a hacer estas películas el resto de su carrera, hace un giro de 180 grados, respecto de TODO el cine que hacía hasta ahora y nos entrega, con una narración ingeniosa, una historia sobre la adicción y la responsabilidad.

¿Cómo está en el papel?

flight_Es la historia de Whip Whitaker (Denzel Washington), un piloto de aerolínea que gusta del alcohol y las drogas ––claro está, en exceso––, y que sin embargo salva con sus maniobras a 102 pasajeros de morir en un horrendo accidente aéreo. El tipo es consagrado como un héroe por cuanto medio de comunicación se te ocurra, pero ––que siempre lo hay–– cuando le hacen unos análisis, le encuentran un nivel elevadísimo de alcohol en sangre; lo que complica in extremis su situación ya que con el pasar de los días se mueren seis de los pasajeros. Dichas muertes podrían costarle a Whip la cárcel por homicidio no premeditado.

El guión es una enorme travesía temática, que más que tratar sobre las dificultades de la adicción; trata sobre la responsabilidad que uno debe asumir ante sus acciones. Es una travesía donde Whip constantemente se convence a si mismo que es un héroe, y tiene razones para verse como tal, pero las utiliza como una excusa para seguir bebiendo y drogándose (excursus: no sé por qué se me ocurre un ejemplo argentino que da exactamente con este perfil), cayendo en una espiral descomunal de autodestrucción y mentiras a rolete que le cuesta amigos viejos, amigos nuevos, romances viejos, romances nuevos, al punto de llegar a una conclusión inevitable.

Este guión tiene una GRAN cosa a favor y una GRAN cosa en contra. Lo que tiene a favor, y es un ejemplo digno de comparación con la mejor viveza criolla, es como nos meten en esta28FLIGHT_SPAN-articleLarge-v2 historia de adicción y responsabilidad. Porque este personaje y este conflicto son dignos de una de esas películas que pasan en Historias del Corazón con Virginia Lago, o un calco de Adiós a Las Vegas. Cualquier otro guionista, confiado de tener a un actor de peso en el protagónico, hubiera asimilado alguno de estos dos modelos, pero no John Gatins. Una maniobra inteligente del guionista de esta película (y de Zemeckis, pero ya llegaremos al rol que tuvo en este truco de magia) fue el hacer al espectador cómplice de Whip durante una gran parte de la misma. ¿Pero cómo conseguir esa complicidad? Sencillo, agarra al adicto en cuestión y lo pone en una profesión donde la adicción te puede costar todo, profesionalmente hablando, y lo pones a hacer una maniobra de salvataje ––compleja y bordeando en lo inverosímil, pero no por eso imposible–– digna del mejor cine catástrofe. Inicialmente, uno compra eso y lo apoya a Whip, deseando que se salga con la suya. ¿Pero qué pasa? A medida que se desarrolla la trama, el salvataje se vuelve menos un genuino acto de heroísmo y más una justificación para seguir con sus excesos y evadir sus responsabilidades, convirtiendo a Whip en un antihéroe en la más categórica definición de la palabra.

FLIGHTLo que tiene en contra es como se retratan esas adicciones. Están hechas de un modo tan grosero que bordean en la parodia. La película no tiene ni cinco minutos de empezada y Whip toma, fuma un “porro”, aspira cocaína y se da con el oxígeno de los aviones. Esto es por decir una sola escena. Comentaba, jocosamente, con la gente del staff que lo único que le faltaba al personaje es tomar vodka de un zapato de mujer como hizo Krusty el Payaso en una ocasión. Esta falta de sutileza es la que hace que la historia pierda una cuota razonable de credibilidad y lleva a la película a convertirse menos en un retrato dramático serio sobre la responsabilidad respecto de las adicciones y más a una publicidad de Luchemos por la Vida.

Pero a pesar de las abolladuras arriba mencionadas, este avión llega a buen puerto. La manera ingeniosa en la que nos supieron meter en la historia nos hace disfrutar el viaje a pesar de todo.

¿Cómo está en la pantalla?

FLIGHT-Image-02Zemeckis es uno de esos directores que, en sus mejores títulos, ha entregado películas donde el viaje emocional del personaje va a la par de la estructura argumental. En El Vuelo, el viaje emocional lo es todo, y uno podría pensar, a priori, que a Zemeckis no le da el pine para dirigir un trabajo tan introspectivo. Les puedo decir con toda seguridad que Zemeckis sale más que airoso, y por más razones de las que se puedan imaginar.

La palabra clave para definir el trabajo de Zemeckis en esta película es sutileza. Zemeckis elige sus puestas y mueve la cámara de unthumbnail_6766 modo muy sutil, cosa que aplica a su dirección de actores; claro ejemplo de esto es una escena en donde Denzel Washington tiene una conversación en las escaleras de un hospital con un enfermo de cáncer y la que será su interés romántico. Dicha escena esta entre lo mejor de película. Pero claro, a esta película no le llaman El Vuelo porque sí. La escena del accidente no es una como Máxima Velocidad, donde un vehículo hace un giro increíble se mantiene por un segundo y luego vuelve a donde estaba. No, no, no, Zemeckis pone panza arriba el avión y te mantiene ahí con una tensión que solo un narrador hecho y derecho sabe pilotear. El cómo ejecuta esta tensión y como la sostiene, es su parte en el truco de magia que John Gatins concibió en el papel, y nos vuelve inmediatamente cómplices de Whip Whitaker, hasta que este cruza la línea.

Cabe destacar el fundamental uso de la música que hay en esta película. Pero no hablo solamente de ritmo para acompañar el montaje, sino de jugar con el volumen (metiéndonos en la percepción del personaje), y sobre todo si uno presta atención a las letras se da cuenta que esas canciones no están ahí por accidente. Las letras reflejan claramente por lo que está pasando Whitaker.

Film-Review-Flight-Denzel-Washington-1En el apartado actoral, tenemos una interpretación brillante de Denzel Washington en un rol muy complejo, cuya personalidad gana y pierde al espectador al mismo tiempo. Un antihéroe de aquellos, cuya dificultad para empatizar es lo que lo hace definitivamente solvente, probando por enésima vez su descomunal rango como actor.

Por otro lado tenemos buenas interpretaciones de Don Cheadle, Kelly Reilly (a la que recordaran de Sherlock Holmes) y un John Goodman en el rol de un dealer que se roba la película cada vez que aparece.

Conclusión:

Un regreso triunfal al cine de carne y hueso de un director, que a pesar de elegir una historia muy “enrostrante” en su retrato sobre la adicción, no se puede evitar aplaudirlo por ir en un camino radicalmente opuesto al de toda su filmografía. Por elegir este camino menos transitado y una vez terminada la película, rogás que Zemeckis continúe en esta senda más adulta que ha adquirido; solo que con un guion que sea tan sutil como la dirección que efectuó en esta película.

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