REVIEW: Flora no es un canto a la vida

Una narración sincera sobre uno de esos personajes que todos conocemos.

Crítica realizada durante el BAFICI [20]

Cada familia es una historia, y cada una tiene esos personajes que por su forma de ser se vuelven tan inolvidables como el más querible de los personajes ficticios. Ese es el retrato, la búsqueda en la que se inscribe el documental Flora no es un canto a la vida.

Hay tu Tía

Flora no es un canto a la vida narra los últimos años de Flora Schvartzman, tía abuela del director de la película, y su particular manera de ver el mundo.

Estamos hablando de una historia extremadamente intimista sobre un sujeto que en apariencia podría ser derrotista. El realizador, si bien muchas veces pone de lleno su preocupación, no pocas veces busca la comedia y la inteligencia detrás de la particular manera que tiene Flora de ver el mundo y -sobre todo- de ser ella misma. La película está hecha con un amor incuestionable hacia su sujeto, aunque no pocas veces amenace con dejar mal parado al que la realiza.

Es un relato tan intimista que incluso su manera de ser registrado lo es (videos caseros, videos de celular, videos de Skype). Hay quienes dirán que es un descaro estrenar en el cine una película basada en valores de producción tan bajos. Pero ese es también el punto: no embellecer lo que no es necesario que se embellezca.

Este es un film hecho con lo mejor del instinto de improvisación, con el instinto de saber que en determinado momento puede salir algo que ayude a la historia a avanzar hacia adelante. Lo que requiere un ojo afilado para la captura, así como gran organización y paciencia en la edición.

Conclusión 

Con Flora no es un canto a la vida, Iair Said consigue que por 64 minutos sintamos lo que él sintió toda esa porción de vida en que su Tía estuvo presente. Hacernos reír y pensar en todas las Floras que tenemos y hemos tenido en nuestras vidas.