Críticas
REVIEW: Hambre de Poder
Una dramatización única sobre la persistencia y una gran lección sobre los peligros del capitalismo salvaje.
Todos hemos pisado un McDonald’s en algún momento de nuestra vida, y detrás de esa hamburguesa que te comés hay toda una historia de ambición, traición y persistencia ante la adversidad, pero de una manera distinta y desde luego desafiante.
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El tema de la película es claramente el de la persistencia y nos lo dicen en la cara. Es acá donde, más que Michael Keaton hablándonos directamente a nosotros, lo hace el guionista de la película diciendo: “Si estoy hablando de la persistencia, ¿Por qué elegí como sujeto de mi tema a un cag*dor de manual?” Primero, porque si hubiera sido una persona de bien, la película se hubiera sentido bien, pero el espectador se la olvidaría al poco tiempo, por el sencillo hecho de que personas de bien que llegan alto por simplemente persistir hay por millones. Esta es diferente, pero se ratifica la pregunta ¿Por qué justo este personaje? ¿No se corre el riesgo de promover la falta de ética como algo positivo?
Hambre de Poder es una historia sobre la persistencia que no existe en un vacío, que se sabe dónde está parada, donde el capitalismo salvaje está a la orden del día y si se comete la ingenuidad de ignorarlo, no tenerlo en cuenta, no entender el poder degollante que posee, las consecuencias pueden ser funestas.
Inspiración y advertencia, esos son los códigos con los cuales el guion proclama su mensaje a pesar de su poco agradable protagonista. Es Inspiración: Ray Kroc había tenido miles de ideas pero ninguna fue fructífera, y sin embargo siguió insistiendo hasta que dio con la idea (ajena) que lo encumbró, teniendo muchas cosas en contra. Es advertencia: Los McDonalds tenían una idea única, innovadora, espectacular, pero nunca supieron cómo venderla. Kroc si, y por eso los arruinó.
Kroc y los McDonalds son las dos contracaras del tema. El primero no paró ante nada, a pesar del ridículo y la humillación; los segundos, no estuvieron dispuestos a arriesgarse, no supieron responder a la frustración y aprender de ella. Esa falta de persistencia fue lo que les costó un enorme legado por no decir una seguridad económica incomparable.
Si salís del cine y te parece que Hambre de Poder es una mala película por estar mal filmada, poco creíble de actuación y algunas situaciones te parecieron inverosímiles, estás en tu derecho, es tu punto de vista y yo no te voy a llevar la contra. Pero si te parece mala porque propone una historia donde el mal prevalece, yo simplemente te señalo, arriesgando el uso de una frase hecha, que el mal prevaleció en esta historia porque el bien no quiso hacer nada al respecto. Esa es una moraleja que nunca está de más tenerla presente.
Por el costado actoral estamos hablando del rol más sólido que ha encarado Michael Keaton desde su resurgimiento con Birdman, y si me apuran diría que es el más solido de toda su carrera hasta la fecha. Él es la gran razón por la cual no se le puede sacar los ojos a la pantalla, a pesar de que lo que estamos viendo es a un g*rca absoluto y total. El guion necesitaba de un actor muy carismático para vender el difícil mensaje de la película, y a juzgar por los resultados, los realizadores no pudieron haber encontrado a un mejor vendedor.
En el apartado técnico, la recreación de época es milimétricamente precisa, haciendo hincapié en ese ideal de la América saludable e inocua, el American Dream, que dicho país intentaba proyectar durante los años 50.
Conclusión
Si viste el tráiler e indagaste un poco en Internet, alguna idea tenés de la verdadera historia, pero Hambre de Poder no es una película que se luce por lo que cuenta sino por como elige hacerlo. Si a esto le sumamos una labor interpretativa carismática, el resultado es una película que te va dejar pensando en el mundo en el que te movés… y en querer comerte una hamburguesa. Altamente recomendable.
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