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Críticas

Hasta el hueso (REVIEW)

Hasta el Hueso (To the Bone) es la nueva película original del servicio de streaming más popular.

Un retrato de la anorexia

Esta película hizo su debut en el Festival de Cine de Sundance de este año y rápidamente llamó la atención del público, no sólo por su temática, sino también por la manera en que Marti Noxon -escritora y directora del film- abordó el tema.

La californiana Marti Noxon ya había ganado notoriedad como guionista de la serie Buffy la cazavampiros, pero aquí además de sentarse en la silla de directora por primera vez, decide encarar una historia mucho más real con ciertos tintes autobiográficos.

El argumento de Hasta el hueso sigue a Ellen, interpretada por Lily Collins (hija del cantante Phill Collins, que interpreta a Red en Okja), una joven que es forzada a unirse a un grupo de ayuda para personas con trastornos alimenticios. En esta nueva terapia, estará bajo los cuidados del doctor William Beckham (Keanu Reeves), y aprenderá a lidiar con su condición mientras conoce a otros que sufren los mismos problemas y con quienes formará lazos emocionales que le ayudarán en el camino de la recuperación.

La película de Noxon fue  halagada por mantener una visión no romantizada sobre  la anorexia, brindando así una perspectiva realista.  Sin embargo, a pesar de haber abordado la enfermedad con verdadera sinceridad, sobre todo teniendo en cuenta que la directora confesó haber atravesado este tipo de trastornos, muchos han tildado a Hasta el hueso de banalizar e incluso embellecer el problema, acusaciones similares a las generadas por 13 Reasons Why respecto al suicidio (leé todo sobre dicha polémica, ACA), señalando a ambas como acercamientos superficiales y frívolos referentes a temas tan graves.

Una perspectiva fresca

Si bien el tema de la anorexia no es uno fácil de abordar, es interesante que una cineasta se anime a proporcionar una perspectiva fresca respecto al tema, utilizando un poco el humor para suavizar el duro tono de la historia, y así lograr que se hable de forma menos temerosa sobre él.

Antes de comenzar, vemos en pantalla una aclaración:

Esta película fue realizada por y con personas que han enfrentado desórdenes alimenticios e incluye caracterizaciones realistas que podrían impresionar a la audiencia.

Y aunque al principio parezca exagerado, la aclaración es necesaria. Los estragos de estos trastornos en el cuerpo son brutales y están retratados con el mayor realismo posible. Ya en la primera escena se distinguen -de forma borrosa- a dos cuerpos muy flacos, que casi parecen esqueletos, caminando hacia la cámara.

Lily Collins, nuestra protagonista, se vio obligada a perder gran cantidad de peso para encarnar a Ellen, obligándole a recordar lo que ella misma padeció, al igual que la directora. La anorexia deja fuertes marcas en el cuerpo: ver la columna vertebral de Collins traumatizada por tantos abdominales realizados, es una imagen que no podrán quitar sencillamente de sus retinas (al igual que la escena en la que vemos a Collins, o lo que queda de ella, desnuda, recostada en una montaña).

La importancia de la contención

Ellen es hija de una familia disfuncional, su padre está siempre ausente (de hecho no lo vemos en toda la película), su madre se confesó lesbiana y se fue a vivir a Phoenix con su nueva pareja. Cuando Ellen no está rehabilitándose en alguna clínica, pasa el tiempo con su madrastra (Carrie Preston) y su media hermana Kelly (Liana Liberato), mientras cuenta las calorías de los pocos alimentos que ingiere.

Su madrastra, Susan, no sabe bien cómo lidiar con la enfermedad y es quien le consigue a Ellen una cita con el doctor Beckham (un desperdiciadísimo Keanu Reeves que sólo aparece unos 20 minutos), reconocido por sus terapias alternativas para tratar con trastornos alimenticios.

Esta parece ser la última oportunidad de Ellen para mejorar. Por ello, y por pedido de Kelly (que parece ser quien mejor sabe lidiar con la enfermedad) se interna en un centro (que ya no es un hospital, sino un caserón) junto a otros chicos con problemas similares. Mediante procedimientos ligeramente arriesgados, Ellen comprenderá que debe dejar de esperar que alguien la salve y se confrontará con la culpa que carga por dejar de ser persona y convertirse en un problema (especialmente para su familia).

La incisiva reflexión que plantea Hasta el hueso fue juzgada de antemano por muchos, con sólo haber visto el tráiler, porque este parece anunciar una comedia juvenil con gags de humor negro (gris, mejor dicho, no llega a compararse con el humor negro) que busca abordar el problema de una manera digerida y sin compromiso real. Sin embargo, la película no es nada de eso.

Tenemos que hablar de los trastornos

A pesar de su estructura narrativa convencional, es fuerte y desgarrador ver crudamente los efectos de esta enfermedad en los cuerpos y en las actitudes que toma cada paciente. Lily Collins brinda su mejor perfomance hasta la fecha, e ingresa en la lista de aquellos actores profesionales que dejan el cuerpo a favor de un buen papel (la directora aclaró que trabajó en todo momento bajo la tutela de un nutricionista que la ayudó a perder peso de forma segura)

A primera vista, Hasta el hueso tiene el tono de las series de Netflix dirigidas a jóvenes. Por eso es valorable lo que intenta hacer: tratar con respeto y crudeza un tema sensible, aprovechándolo para que todos discutamos qué son y cómo tratar los trastornos alimenticios. La propia Noxon expresó durante su paso por Sundance:

Al hacer este trabajo quería que se hablara más de este tema; actualmente hay millones de personas que mueren por esta enfermedad en todo el mundo y quizá no es lindo lo que vemos, pero es algo real.

Mostrando cuerpos horrorosamente marcados por la enfermedad, no busca hacer llorar al espectador ni apela burdamente al golpe bajo: plantea un viaje con Ellen, un viaje a través de la anorexia. Y sí, la película es desgarradora, pero a veces se siente llamativamente cálida, tal vez debido al trabajo de fotografía de Richard Wong.

Quizás hubiéramos preferido conocer más la historia de los compañeros de Ellen en el centro de rehabilitación, y el personaje de Keanu Reeves debiera tener algo más de presencia y justificación dentro de la trama para que no quede como una mera incorporación publicitaria. Tal vez la pequeña historia de amor planteada puede parecer descolocada, si bien también es una realidad que todos las atravesamos cuando tenemos la edad de Ellen.

Aunque hay ciertas escenas que parecen desencajadas (la visita al museo, la lluvia como arte y como motor para hacernos sentir vivos, por ejemplo) son 107 minutos que no se tornan densos, especialmente por no encarar la temática desde la solemnidad. Sabemos que el refugio en los estereotipos es el peor tratamiento de un tema, y en Hasta el hueso eso no ocurre.


[imdb]https://www.imdb.com/title/tt5541240/?ref_=fn_al_tt_1[/imdb]

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Conclusión
Lo que es cierto es que Hasta el hueso plantea una mirada íntima y empática a un problema conocido y dificultoso de representar en el cine. No pretende mostrar un mensaje positivo, sí una moraleja: que esta enfermedad no sólo afecta a la persona que la padece, amigos y familiares se convierten también en víctimas indirectas e impotentes porque no saben cómo solucionar el mal que sufre su ser querido. A lo mejor la respuesta puede hallarse en el valor.
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