Críticas
REVIEW: Idilio
Crítica realizada durante el BAFICI [17].
Un peculiar, sencillo y atrapante relato sobre el amor y el desamor.
¿Cuántas veces hemos escuchado a esas amigas o amigos nuestros hablarnos en confidencia de cómo sufren por las indiferencias o impericias de sus parejas. ¿Cuántas veces hemos pensado que la extensión y el detalle de cómo surgió, se desarrolló y concluyo esa historia haría una buena película? Nicolas Aponte A. Gutter nos contesta estas preguntas en el más sencillo de los modos, pero con la mas solida de las narrativas con Idilio.
Canción de Amor Desesperada
El guión tiene una clara estructura narrativa clásica. Aunque, por obvias razones, no va a ganar puntos por originalidad, definitivamente lo compensa generándole mucha curiosidad y atención al espectador. El conflicto entre lo que sufre Camila y lo que aconseja Sebastián sostiene con mucha dignidad el metraje de la película. Aunque el foco esta puesto casi íntegramente en Camila, la narración cambia el punto de vista a medida que la historia evoluciona y llega al fin del viaje emocional de la protagonista.
Atreverse a ser sencillo
Por el costado técnico Idilio no podría ser más sencilla. Cada uno de los episodios esta casi siempre compuesto de un plano fijo, en blanco y negro, en donde Camila le cuenta su historia a Sebastián, casi como si se tratara de la entrevista de un documental, aunque el director de la película tiene la suficiente pericia de saber donde debe cortar el relato para evitar el tedio.
Cada uno de los capítulos está separado por un tema musical que se despliega en su totalidad con una pantalla en negro. No voy a negarlo; la primera vez me cayó mal, pero conforme avanzaba el relato y la elecciones musicales se presentaron tan intensas como agradables, uno las acepta, y si uno escucha lo suficiente, uno puede percatarse de que las canciones no fueron elegidas al azar, sino que hablan volúmenes sobre el sufrimiento de la protagonista.
Podríamos decir que Idilio logra muchos de sus meritos por obra y gracia del apartado actoral. Paula Carruega, quien da vida a Camila, se pone al hombro casi exclusivamente la totalidad de la película. La credibilidad, naturalidad y la intensidad de su interpretación es lo que hace que el espectador siga toda la película hasta el final. Un desafío del que sale airosa tanto ella como el director.
Conclusión
Utilizando un relato tan viejo como el tiempo mismo, pero valiéndose de un mecanismo narrativo tan sencillo como desafiante e inteligente, Nicolas Aponte A. Gutter nos entrega una película que engancha al espectador y no lo suelta. Conseguir ese interés, esa curiosidad, con una extrema economía de recursos no es poco. Para nada. Una grata sorpresa en este BAFICI.
