La chica sin nombre (REVIEW)
La chica sin nombre: En este peculiar thriller policial de origen belga, una médica se obsesiona con el caso de una mujer muerta luego de enterarse de que falleció poco tiempo después de tocar la puerta de su consultorio pidiendo ayuda.
Culpa y redención
La chica sin nombre (título original: La fille inconnue) es una co-producción entre Bélgica y Francia un tanto extraña. Aunque tiene un indudable tinte policial (hay un muerto, un misterio, varios sospechosos) se desenvuelve como un pequeño drama donde el énfasis está puesto en la moral, el sentimiento de culpa y la redención espiritual.
Adèle Haenel realiza una labor fantástica como la protagonista, una médica muy humana que, en un momento de miedo y egoísmo, opta por no atender a una mujer afroamericana que le pide ayuda en su consultorio a altas horas de la noche.
Al día siguiente descubre que la mujer falleció y comienza un peligroso viaje para encontrar al culpable.
La chica sin nombre: Forma y contenido
Desde el apartado técnico, aunque La chica sin nombre no rompe ningún molde, en general cumple satisfactoriamente. La cámara es mayoritariamente en mano y con primeros planos que le brindan intimidad a la historia.
Es interesante la ambientación elegida por los directores Jean-Pierre y Luc Dardenne, (los hermanos Dardenne), la sombría ciudad industrial de Seraing, cerca de Liège (donde los directores se criaron).
En La chica sin nombre, la protagonista se encarga de atender a los pobres, desahuciados y solitarios. Ella misma es una solitaria. El pueblo, habitado en gran parte por gente de la clase trabajadora, no hace más que intensificar el estilo híper realista y de consciencia social de la historia, haciendo que la forma se adapte adecuadamente al contenido.
[imdb]https://www.imdb.com/title/tt4630550/[/imdb]