Connect with us

Alta Peli

Críticas

REVIEW: Liebig

Después de su paso por el Festival de Mar del Plata 2016 se estrena Liebig, primer trabajo como director de Christian Ercolano, que recolecta los recuerdos de los trabajadores de la planta de procesamiento de carne que le dio vida al pueblo durante más de medio siglo.

La época dorada

Como tantos otros pueblos y ciudades, Liebig nació en Entre Rios rodeando a  una industria que necesitaba darle alojamiento y servicios a la gente que trabajaba en la planta procesadora de carne, la cual producía principalmente carne enlatada en conserva para exportación.

Durante más de medio siglo, la pujante industria creció hasta dar trabajo directo a miles de personas, e indirectamente a muchos otros que vivían con sus familias en lo que describen como una ciudad en miniatura, que contaba desde principios de siglo con servicio de electricidad, cine, biblioteca, entre otras cosas poco frecuentes para asentamientos de esa índole.

Aunque de menor escala y fama que su gemela en Fray Bentos, la planta industrial de Liebig fue el centro de la vida de cada poblador de la ciudad, desde su fundación hasta que finalmente cerró a finales de los setenta; todos debían de una forma u otra su sustento a la empresa que alcanzó el punto más alto durante la Segunda Guerra Mundial, debido a que su Corned beef era el producto base de las raciones militares británicas.

Por eso no es mucha sorpresa que cuando sus dueños ingleses decidieran venderla (después de años de declive en las ventas) y sus nuevos dueños no hicieron más que desmantelarla hasta que quedó abandonada, el pueblo se detuviera junto con las máquinas.

El Liebig Latente

La historia que le interesa contar a este documental no es tanto una de datos históricos y fechas, sino más bien una de recuerdos y experiencias personales de quienes pasaron gran parte de su vida trabajando en la planta, hoy jubilados mayormente de edad avanzada que dan testimonio de la época dorada de la ciudad en un contraste tácito con una actualidad bastante menos reluciente.

Como muchos documentales, Liebig tiene una importante carga política además de histórica, pero elige concentrar su mirada en la gente común en vez de los grandes hechos históricos. La historia de Liebig es referente de muchas otras similares que ocurrieron en todo el país y que muchas veces se cuentan como simples numeros o nombres perdidos, despersonalizadas; pero el efecto es bastante más potente cuando la historia se escucha de boca de quienes les pusieron el cuerpo durante décadas y hoy solo pueden añorar los buenos tiempos que han visto desmoronarse frente a sus ojos sin poder hacer nada.

El director muestra con paciencia y respeto a sus entrevistados, que en general manejan ritmos o códigos que podrían impacientar a un público más joven o urbano. No opina explícitamente, pero muestra cómo incluso entre trabajadores había estratos que no guardan exactamente el mismo recuerdo de la benevolencia de la empresa. No repregunta, pero deja de manifiesto la nula organización obrera que aunque durante mucho tiempo pareció no ser necesaria, cuando una verdadera crisis llegó el pueblo quedó paralizado sin saber siquiera cómo intentar conservar sus empleos: un día que aún sigue en la memoria como el más trágico de la historia del pueblo.

La narración del documental es principalmente emotiva y en segunda instancia histórica, una decisión correcta para lograr una mejor conexión con su público.


[imdb]https://www.imdb.com/title/tt6306030/?ref_=nv_sr_1[/imdb]

¿Te gustó lo que leiste? Ayudanos a seguir creciendo! 
-

Conclusión
Aunque el material es bastante breve y podría beneficiarse de un mayor trabajo de investigación y entrevistas, el documental es lo suficientemente ágil como para comunicar su mensaje antes de perder el ritmo.
Nota de lectores0 Votos
0
65
Total

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

More in Críticas

Trending

To Top
Salir de la versión móvil