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Magia a la luz de la luna

Críticas

REVIEW: Magia a la Luz de la Luna

Woody Allen regresa con Magia a la Luz de la Luna, una comedia liviana y de brillante ejecución.

Stanley Crawford (Colin Firth) es un ilusionista conocido artísticamente como Wei Ling Soo. Egocéntrico, cascarrabias y arrogante, dedica su tiempo a desenmascarar fraudes perpetuados por supuestas mediums. Es por eso que un amigo lo contacta para viajar al sur de Francia  e investigar a una joven llamada Sophie Baker (Emma Stone) quien dice poder adivinar el pasado de las personas y comunicarse con sus seres queridos en el más allá.

It´s a kind of magic

Magia a la Luz de la Luna es la película número 44 en la extensa y envidiable filmografía de Woody Allen. Habiendo comenzado a filmar en seguidilla y casi sin parates desde el año 1966, se siente lógico que esta comedia romántica protagonizada por Colin Firth y Emma Stone llegue en este determinado momento de su carrera. Algunos podrán decir que el guionista y director neoyorquino se repite a si mismo desde hace años. Otros dirán que, como todo autor, indaga una y otra vez sobre los temas que lo inquietan. Lo cierto es que con esta película Allen vuelve plasmar su particular visión del mundo, aunque esta vez se siente como la obra de una persona que está llegando a los 80 años y logró sacar sus propias conclusiones de la vida.

Magia a la luz de la lunaMagia a la Luz de la Luna resulta como una suerte de acompañamiento espiritual de su exitosa Medianoche en París. Ambas transcurren a comienzos del siglo (o por lo menos una gran parte de Medianoche…) en Francia y ambas tratan sobre amores imposibles. Mientras que en la película protagonizada por Owen Wilson la gran imposibilidad para el romance con Marion Cotillard era el tiempo, aquí lo que divide a los intérpretes son sus mismas filosofías de vida. Obviamente la magia a la que hace referencia el título también juega un papel primordial en este film, pero puede no llegar a ser como lo imaginamos.

Como suele ocurrir en casi todas las comedias dirigidas pero que no protagonizas por Woody Allen, siempre hay un actor que se pone en la piel de ese neurótico personaje “allenezco”. Muchos hicieron un gran trabajo (como Jason Biggs en Anything Else o Larry David en Whatever Works) y otros no lograron captar su sentido del humor (como un desdibujado Kenneth Branagh en Celebrity). Aquí Colin Firth se luce como Stanley Crawford, con una divertida interpretación que saca a relucir su gran timing para la comedia y logra conquistarnos a pesar de interpretar a un personaje sumamente arrogante y egocéntrico. Al mismo tiempo Emma Stone le aporta todo su encanto a la pitonisa Sophie Baker, aunque no es nada muy alejado de los roles en la que la solemos ver.

También debemos destacar que si Magia a la Luz de la Luna funciona, es en gran medida gracias a como se ve en pantalla. El vestuario, los escenarios y los paisajes naturales están hermosamente iluminados por Darius Khondji, director de fotografía nominado al Oscar por Evita quien tambien trabajó con David Fincher. El film resulta una verdadera delicia para nuestros ojos y se ubica fácilmente como uno de los trabajos más pintorescos de Allen.

Conclusión

Magia a la Luz de la Luna no será una de las comedias más recordadas de la carrera de Woody Allen, pero es una película que, aunque sin grandes pretensiones o aspiraciones, logra sobresalir en todos y cada uno de sus aspectos. Colin Firth y Emma Stone forman una adorable pareja de opuestos que se atraen y ayudan a darle vida a un guión que propone apartar a un lado la racionalidad y dejar entrar algo de magia a nuestras vidas.

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1 Comment

1 Comment

  1. Arte En Psicoanalisis

    26/11/2014 at 01:24

    En este film están todos, los muertos que se comunican con la médium, el psicoanalista, la magia, hasta una cita de Nitzche vinculado con lo irracional, el engaño de las palabras y por supuesto el amor, en el medio de la escena.
    Y aquí es el momento donde el protagonista sucumbe a la magia del amor, los poderes de la médium, provocan esa ilusión que el mago no poseía, a partir de lo cual hasta se conecta con la naturaleza, y oye el canto de los pájaros.
    Y si el racional mago era totalmente calculador, poco afable y con un sentido del humor de acida ironía, la joven bruja era todo lo contrario; encantadora, espontánea, amante de la naturaleza y muy cálida.
    Los dones de cada uno enamoran a su partenaire. En sus opuestos se juntaron con algunas coincidencias. El mago fue en busca de develar un misterio y se introdujo en otro con voz de mujer.
    Los dos están divididos en su mundo amoroso, el Mago tiene una novia moderada, y totalmente racional y por otro lado está la Médium más joven, embustera y porque no irracional.
    A su vez la Espiritista cuenta con la propuesta de matrimonio del joven millonario, que le canta todo el tiempo canciones y la pondría salvo de la pobreza económica. Mientras que el Mago es un sujeto de mal carácter, racional y no disfruta del gusto por la naturaleza como ella.
    Los psicoanalistas tenemos nuestras explicaciones acerca de estas uniones amorosas, ya Freud en su momento destacó que el amor se despliega en ese espacio entre el objeto especular, narcisista y el objeto reconocido en su alteridad, que por ser ajeno desencadena el impulso hacia lo que apetece tener.

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