Críticas
REVIEW: Marea Baja
Marea baja, segundo largometraje de Paulo Pécora (El sueño del perro), es -en palabras de su director- un policial negro ambientado en la espesa vegetación del Delta del Paraná.
Marea baja
Un hombre (Germán de Silva) le alquila una habitación a dos mujeres (Susana Varela y Mónica Lairana) a orillas del Delta. Es un ladrón y huye de sus cómplices, que lo buscan para cobrar una deuda. Su plan es escaparse a Uruguay, pero se queda unos días en el Delta, donde tiene escondido el botín de un robo anterior. Con el correr de los días, el extraño entabla una relación con estas dos mujeres y flota en el aire la tensión generada por este triángulo amoroso. Pero esa tensa calma no durará mucho tiempo, él sabe que lo están buscando.
A los tiros
También es necesario resaltar la poca cantidad de diálogos que hay a lo largo de la película y lo bien que se sostiene esa decisión. La construcción del suspenso está bien lograda y el paisaje del Delta tiene gran protagonismo a la hora de mantener este clima, con su vegetación, los sonidos extraños, la oscuridad, y la tensión se sostiene durante todo el film.
Lamento que semejante premisa me haya dejado con gusto a poco, que termine siendo una película casi sin sorpresas ni giros inesperados. Marea baja va de mayor a menor, y no es algo deseable para un thriller o policial. Con semejante misterio generado al comienzo, uno como espectador espera una resolución contundente, fuerte, y este no es el caso, el final no está a la altura del resto del film. Parece improvisado y un poco caricaturesco, los actores no se lucen, deja una sensación rara.
Conclusión
Marea baja parte de una interesante premisa, sin embargo, el resultado puede desilusionar y dejar con gusto a poco. Va de mayor a menor, con un final que no logra ponerse a la altura del resto de la película. Visualmente es impecable, el paisaje del Delta del Paraná está aprovechado al máximo y ocupa un lugar prácticamente protagónico. Imagen y sonido están al servicio del suspenso, que nos mantiene agarrados a las butacas durante sus 73 minutos.