Críticas
Método Livingston (REVIEW)
Método Livingston: Documental disfrutable sobre un carismático pensador.
Crítica realizada durante el BAFICI 21
La arquitectura tiene mucho de artístico y de social. Al combinar esos aspectos es inevitable que salga a la luz algo de humor. A Método Livingston, si bien es un incuestionable testimonio sobre un pensador que llevo su oficio a otro nivel, uno no puede evitar señalarlo como un claro ejemplo donde el humor es indicio de inteligencia.
El Hombre y su Método
Sepan disculpar la insistencia de este escrito en hablar del sentido del humor del sujeto de este documental. El registro general y las imágenes de archivo crean indefectiblemente el retrato de un verdadero pensador que no temía decir lo que pensaba, al extremo de que si tenía que llevarle la contra a un conductor como Bernardo Neustadt no tendría ningún prurito en hacerlo.
Pero el documental, donde brilla mucho más (donde las risas se escuchaban más fuerte), es cuando ilustra el carisma que tenía su sujeto para hablar de su oficio y de la sociedad que lo rodeaba. Cuando no produce risas por lo indefectiblemente acertado de sus comentarios, al espectador se le dibuja una sonrisa socarrona, esa que te hace mirar para adentro y no poder evitar coincidir con él.
Esta es la historia de un caballero que aunque entrado años era muy dinámico y fluido, por lo que no sorprende que el ritmo del documental también lo sea. Los 72 minutos se pasan volando y no aburren nunca, siendo esto último un elogio que no se le da seguido a un documental. Mucho mérito de ello va para su realizadora, quien con mucha pericia sabe capturar el momento exacto, la palabra justa y en el contexto adecuado.
La estética agradable a los ojos y la buena narración se dan la mano en Método Livingston, algo que no pasa muy seguido en el formato, al menos no sin el agregado de artificialidades excesivas.
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