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Críticas

REVIEW: Reinos

Crítica realizada durante el BAFICI [19].

Una historia de amor con la sutileza como principal mecanismo.

El romance en el cine tiene muchos rostros, pero la estructura es casi siempre la misma. No obstante, una vez cada tanto aparece una película que si bien no va a reescribir la metodología en la que se cuentan estas historias, propone lo mismo pero de una manera distinta y eso es lo que termina haciendo toda la diferencia.

Amor rudo

Jano y Sofía se conocen en la facultad, y progresivamente los encuentros devienen en una intensa relación basada en lo sexual. Los problemas se manifiestan cuando Jano efectivamente se enamore y esto entre en conflicto con las estrictamente sexuales intenciones de Sofía.

Reinos es una película que no le da todo digerido al espectador. Es una película que le da el suficiente material para que sume dos y dos en su cabeza. Que le plantea ciertas deducciones y luego se las confirma para que no quepan dudas. Es un guion que no cede jamás a la literalidad, en donde reina el subtexto tanto en la palabra como en la acción. Donde la psicología de los personajes está a la orden del día, con la soledad como temática principal, tanto metafórica como literalmente. Es sobre como el dolor se puede volver una necesidad patológica para poder sentir que la existencia de uno no está en vano.

Incluso con estas sutilezas, la película sigue estrictamente una estructura de tres actos, y salvo alguna ocasional meseta, se las ingenia para sostener un ritmo fluido.

La pareja protagónica, compuesta por Diego Boggioni y Daniela Castillo, dotan de una increíble sensibilidad a sus personajes, amén de llevar a flota la desafiante manera que tiene la historia de abarcar su trama y su tema, que requiere de una vida interior enorme, la cual tienen a mansalva.

Reinos tiene cuidadas composiciones de cuadro en cinemascope, haciendo una clara diferenciación entre lo social y lo íntimo. Cuando los personajes están con sus amistades los encuadres son amplios, como si uno fuera un testigo. No obstante, las escenas que tratan la intimidad de la pareja están filmadas de cerca, como si el espectador fuera participe de la acción.

Conclusión

Reinos es una película que no va a reinventar la manera en la que se narra un drama romántico, pero el admirable uso de la sutileza a la hora de explorar los sentimientos de sus protagonistas es algo para destacar, y la marca inequívoca de un cineasta que confía en la inteligencia de su público.

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