Críticas
REVIEW: Sicario
Con una excelente labor de Emily Blunt, lo nuevo canadiense Denis Villeneuve se perfila como uno de los mejores thrillers del año.
El horror… el horror…
Difícilmente estemos descubriendo a esta altura la calidad actoral de Blunt, pero siento la necesidad de recamar esta interpretación como una consagratoria. Es un rol muy diferente a cualquiera en que la hayamos visto hasta ahora, sin dudas el mayor desafío de su carrera y del que sale triunfante. Un escalón más abajo podríamos ubicar a Benicio Del Toro y su interpretación del misterioso -y silencioso- Alejandro, un papel que no escapa demasiado de otros roles en los que supimos ver al actor de Traffic, pero que bajo el mando de Villeneuve adquiere una mística especial. Su personaje es, en definitiva, otra cara de la misma moneda, alguien que completó el circulo y ya se encuentra en el mismo lugar emocional al que se dirige Blunt. Pero mejor no ahondar más en esto, ya que el film se reserva unas cuantas sorpresas y hablar de más sobre su personaje podría arruinarlas. También resulta un acierto la elección de Josh Brolin como Matt, un clásico yankee que se despeña como jefe de las operaciones de dudosa legalidad. Un papel que no tiene un arco tan atractivo y definido como el de Blunt o Del Todo, pero al que Brolin le aporta todo su experiencia y termina elevándolo sobre el material original.
Sin lugar para los buenos
Vivimos en un presente donde las historias de narcos y cárteles de droga están a la orden del día. Series, documentales, libros y películas, la oferta es tan grande como la demanda. Y ¿en que punto se diferencia Sicario del resto? Principalmente en que no glorifica a ninguno de los dos bandos. Hay una escena promediando el segundo acto en donde Brolin tiene que sacarle información a un peso pesado de un cártel mexicano. Cuando el sospecho no accede a contar lo que sabe por las buenas, Matt, el personaje de Brolin, relaja y con una sádica sonrisa en su cara se prepara para el espectáculo. Es ahí cuando entra en escena Alejandro (De Toro), caminando lenta pero firmemente por el pasillo, con bidón de agua en mano y silbando el himno norteamericano, listo para hacer el trabajo sucio de la nación que lo contrató. Para combatir a un monstruo hay que convertirse en uno, parece ser el lema que mejor lo define. En definitiva, nuestra única héroe en este lío es Kate Macer, la oficial del FBI interpretada por Blunt, que empieza como el clásico arquetipo de la dura mujer policía que la luchó desde abajo en un mundo dominado principalmente por varones y con la sola intención de hacer el bien, pero que en el camino se irá dando cuenta que el bien y el mal son relativos. El tagline de la primera temporada de True Detective decía algo como: Toca la oscuridad y la oscuridad te tocará a ti. Y eso es exactamente lo que pasa acá. No hay lugar para los buenos, porque tarde o temprano dejás de ser uno.
Conclusión
Con su nuevo film, Denis Villeneuve logra un thriller que de seguro no pasará desapercibido. Violento, elegante, ambiguo, inmersivo, con un ritmo preciso y escenas memorables de las que seguiremos hablando hasta días después de haber visto la película. Una obra potente y cautivante de la que no podemos quitar los ojos de la pantalla y que posicionan al realizador de Incendies, La Sospecha y El Hombre Duplicado, como uno de los más destacados de la actualidad. Tiene un gran trabajo de fotografía a cargo del veterano Roger Deakins, buenas actuaciones de Del Toro y Brolin, pero es Emily Blunt quien verdaderamente termina brillando.