Críticas
REVIEW: The Master
Una odisea temática que cuestiona el concepto de religión.
Paul Thomas Anderson es uno de esos cineastas que es la viva prueba de que lo que no importa es la cantidad sino la calidad. Tiene pocas películas en su haber, algunas separadas por unos cuantos años, pero difícilmente haya una película de este realizador que, y esta es una opinión personal, no me haya gustado. El de Anderson siempre fue un cine más temático que de cualquier otra cosa, con personajes pintorescos al milímetro, reconocibles por el espectador, que son los elementos con los que Anderson demuestra o refuta sus tesis. Para su último título Anderson toca una vibra que más de uno va a reconocer: la de la religión. Más precisamente en dos aspectos; la misma como la necesidad de creer en algo y, al aceptar esa creencia, el control mental en el que se introduce sin darse cuenta.
¿Cómo está en el papel?
Esto, palabras más palabras menos, es el argumento de la película, ya que no sigue la estructura de introducción, nudo y desenlace en el sentido tradicional, aunque no quiere decir que no la tenga y no la siga en ese orden. Como en todas las películas de Anderson, no hay lo que se dice una progresión sino que cada escena es un cuadro en una larga galería donde la actitud de los personajes es lo que domina la acción.
La película tiene, entre otros temas y como mencionamos anteriormente, el rol que tiene el control mental en la religión (se sospecha
¿Cómo está en la pantalla?
Las actuaciones de Joaquín Phoenix y Philip Seymour Hoffman son excelentes; aunque muchas veces es más la del primero que la del segundo. Una de las mejores escenas de la película es una donde Hoffman le hace unas preguntas a Phoenix y el solo ver sus expresiones entre pregunta y respuesta llama la atención por lo que dicen con sus rostros más allá de la palabra.
Conclusión
Un título desafiante que indudablemente no es para todo el mundo. Si querés ver a dos grandes actores hacer lo que saben hacer mejor, mírala. Si te gusta el cine de Paul Thomas Anderson, mírala; mantiene la línea de sus anteriores trabajos. Si querés ver una interesante puesta sobre las religiones extraoficiales, mirala. Es una película muy difícil de catalogar y explicar en pocas palabras; pero, por otro lado, también lo es la temática en la que se mueve. Es una de esas películas de las cuales al salir te preguntas que fue lo que acabaste de ver… aunque ya lo sabes.
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