Críticas
REVIEW: Un Golpe de Talento
Un titulo decentemente narrado a pesar de su predictibilidad.
Si hay una cosa que las películas sobre deporte nos han demostrado es que aun a pesar de todas las evidencias que comprueben lo contrario, lo improbable puede pasar. La última persona o el último equipo del mundo que uno piensa, puede terminar teniendo pasta de campeones. Este tipo de películas se llaman en los Estados Unidos, muy adecuadamente, “crowdpleasers” (placer de multitudes). Lo que sí, son armas de doble filo, principalmente porque al tener un final anunciado —en particular las basadas en hechos reales como el título a ser reseñado—, tienen que construir un suspenso hacia un final que el espectador percibe como feliz sin importar la victoria o derrota deportiva. El cómo se maneje eso es lo que marca la diferencia entre una película excelente o moderadamente buena.
¿Cómo está en el papel?
La mejor manera —o al menos, la más resumida— de definir a Un Golpe de Talento sería “Jerry Maguire en la India”, solo que sin tanto Show me the Money y elevando un poco la melosidad que esa peli tenía sabiamente controlada. Por sus propios meritos, la película sabe manejar la enorme predictibilidad que lleva a cuestas a base de buenos arcos de personaje y situaciones cómicas (la gran mayoría explotando el concepto de “pez fuera del agua” a más no poder) que te sacan una sonrisa por lo menos.
Pero lo que no puedo evitar destacar es el subtexto positivo que transmite la película, y con esto no me refiero a la tesis del “talento que se encuentra donde menos se lo espera” (aunque uno de los pocos momentos brillantes de la peli es el cómo establece esta tesis a través de la cantante Susan Boyle), sino de la importancia de divertirse haciendo lo que a uno le gusta, tratando de olvidar —o por lo menos darle su justo lugar— al enorme negocio que hay detrás de todo y que ejerce presiones innecesarias tanto como inmerecidas.
¿Cómo está en la pantalla?
Un Golpe de Talento está bien filmada y bien editada, mucho no voy a criticar por ese costado. Lo que si voy a destacar es la banda de sonido de A.R. Rahman, que es la segunda vez que lo oigo en una peli desde Slumdog Millionaire.
Sin embargo me veo obligado a destacar que las dos mejores actuaciones de la película son las de los intérpretes secundarios. Bill Paxton, como el entrenador de los chicos, y Alan Arkin como el cazatalentos que ayuda a reclutarlos. Pero tienen una contra, y esa contra es mas a causa del guion que del talento de ellos, me estoy refiriendo a que no les dan tiempo suficiente para lucirse o los ponen en el marco de algunas escenas que cualquier actor podría hacerlas y no gente de su talento.
Alan Arkin se pasa la mitad de la película dormido y tiene dos o tres líneas de dialogo interesantes. Mi punto es que no es un rol que exija mucho a nivel interpretativo, y no necesitaba de alguien con el talento de Arkin. Uno intuye que el estudio quería hacer sentir cómoda a la contraparte de la vida real teniendo a un actor de peso haciendo su papel.
Pero en quien me quiero detener es Bill Paxton. La vida, la sabiduría, la serenidad y la simpatía que le sabe insuflar a su personaje de entrenador en lo poco que aparece es tal que te da rabia que no tenga más presencia en el metraje. Llegas a sentir que el personaje se merece una película propia, si y sólo si Bill Paxton lo interpreta.
Conclusión
Aunque predecible pero llevadera gracias a su labor interpretativa, Un Golpe de Talento es un digno exponente del cine shampoo; entretenido, cumplidor y para pasar el rato. Quedará a criterio del espectador si esos son meritos suficientes para pagar por verla.