REVIEW: ¡VIVAN LAS ANTÍPODAS!

Se estrena oficialmente ¡Vivan las Antípodas! de Víctor Kossakovsky. Lo que les paso a continuación es el primer artículo que redacté el año pasado luego de verla en el ciclo del Festival de cine de Mar del Plata en el MALBA, aggiornado a la estética actual del sitio. En unos días estaré subiendo un nuevo artículo sobre la peli en base a un nuevo visionado.

Buenos Aires 19 de Noviembre, 2011.

Apertura en Venecia y Mar del Plata 2011

El jueves por la noche se proyectó en el MALBA “¡VIVAN LAS ANTÍPODAS!” en el ciclo que presenta una selección de las películas del festival de Mar del Plata. Durante el festival se lo pudo ver al director, Kossakovsky, junto con la productora argentina Gema Juárez Allen. Además, el jueves 10 brindó una charla de dos horas y media, una suerte de master class más que generosa. Para quien escribe, el momento más importante claramente fue la entrevista que pudimos hacerle durante cuarenta minutos en el Hermitage, (una muestra de generosidad y humildad del director).

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Sinopsis

Pero basta de anécdotas y vayamos a la película. Como sabemos, la antípoda es el lugar de la superficie terrestre diametralmente opuesto a otro lado, es decir, el lugar de la superficie terrestre más alejado (wiki). A partir de este hecho, la película comienza a investigar las antípodas del mundo y retratarlas con una imponencia visual que asombra. Comienza por Entre Ríos, Argentina (antípoda de Shangai, China) mostrando las diferencias claves entre un lugar y el otro. Así encontramos las antípodas de Chile y Rusia; España y Nueva Zelanda; Hawaii y Botswana. No tiene sentido intentar explicar qué pasa en cada caso ni sus relaciones en este momento, de hecho no se puede contar con palabras más allá de un análisis que lejos está de pertenecer a una sinopsis. La potencia visual de la película debiera ser su mejor sinopsis, recomiendo ver el trailer y nada más.

Un poco sobre la peli

Las antípodas sugieren extremos y por ende opuestos insalvables. Sin embargo las inseguridades amorosas de una joven adolescente rusa en el Lago Bakai son igual de propias que  las de una argentina. Llegamos a Botswana donde una comerciante local se preocupa por el desorden que provocan los elefantes en su camino hacia el lago frente de su comercio. Por supuesto que en España no hay elefantes dando vueltas por ahí, pero luego de ver cada páramo con detenimiento encontramos que sólo hay diversidad, pero eso no nos hace distintos, sino que nos enriquece mucho más. Poder aprender de nosotros mismos alrededor del globo nos permitiría crecer y entendernos mucho mejor. Por eso, la diversidad no nos aísla en las antípodas sino que nos acerca. Entonces sí, ¡Qué vivan las antípodas!

No se puede explicar mucho más el film en palabras. Como el propio Kossakovsky dijo en sus diez reglas: no filmes si querés decir algo. Vayan al cine y disfruten de la película.

Stay tuned for more!