Críticas
Sky Rojo (REVIEW)
Álex Pina regresa a Netflix con Sky Rojo, un thriller frenético que repite una fórmula vista hasta el hartazgo y arrastra demasiados contratiempos. Crítica a continuación.
Por @EmaJuarezOk
Fue allá lejos y hace tiempo que Álex Pina aterrizó en Netflix con La casa de papel, trayéndole a la plataforma una de sus producciones más exitosas a nivel mundial. Cabe destacar que la ficción originalmente tuvo su paso por Antena 3, pero el furor llegó recién cuando el líder del streaming adquirió los derechos, la editó y la lanzó a todos los continentes. Ahora, y tras la fallida y cancelada White Lines, le toca el turno de probar suerte con Sky Rojo, una propuesta que a priori busca traspasar varios límites, pero que a la larga solo resulta un entretenimiento banal y genérico.
¿Qué queremos ser, liebres o zorras?
Con un tratamiento visual que toma claras referencias del género exploitation, la serie narra las desdichas de nuestras heroínas mediante una concatenación de secuencias de acción, violencia y persecución, derivando en un producto que se preocupa en ser más excitante que profundo.
El elenco femenino de Sky Rojo, quizás su único acierto
Como no podía ser de otra manera en una serie de Pina, Sky Rojo nos introduce a la fábula mediante la voz en off de una de sus protagonistas y rápidamente, durante sus primeros minutos, nos muestran el punto de inflexión sobre el cual detonarán las complicaciones de la trama. A partir de este momento, podrá parecer que la creación de Álex Pina y Esther Lobato Martínez aumenta la apuesta a niveles altísimos, pero no se dejen engañar por los neones: aquí no hay nada que no hayamos visto antes sino que todos sus recursos se encuentran exagerados a niveles inimaginables.
La mayor fortaleza de la ficción, de algún modo, radica en sus protagonistas femeninas. Tanto Sánchez, como Prado y Espósito se cargan sus personajes a cuestas intentando sacar el mayor provecho de roles muy poco elaborados. Las tres actrices son los pilares de la serie y es gracias a ellas que este experimento no se derrumba a los pocos segundos de ver la luz.
Por otra parte, tenemos a los roles masculinos, de los cuales no hay mucho que se pueda destacar. De los hermanos criminales, interpretados por Auquer y Silvestre, a grandes creces destaca el primero, quien al menos busca aportar algunas matices a lo largo de la ¿evolución? del relato, mientras que el segundo solo se limita a repetir los patrones básicos de cualquier criminal estándar en productos de estas características, sin brindar razón alguna (más allá de mostrar músculos) que justifique su tiempo en pantalla. Constantemente, seremos testigos de incontables intentos por humanizar a estos delincuentes que poco desarrollo presentan y nula empatía generan. Y si a esto le sumamos la presencia de Etxeandia, quien cumple de manual con todos y cada uno de los estereotipos del villano de turno, la ecuación es simple.
Audaz, pero plástica
Desde el lado técnico y narrativo, este espectáculo a quienes sus creadores han bautizado como “pulp latino”, insiste en tomar como antecedente máximo al cine de Quentin Tarantino, punto que quizás (y salvando las distancias) respete desde lo visual, pero que de trasfondo nada comparte con las obras del director. Desde el uso de colores histriónicos para las inmediaciones del club y la utilización de luces opacas para el afuera, hasta las escenas de acción y una banda sonora interpuesta de manera inadmisible (solo por el hecho de usar canciones que seguramente se llevaron la mayor parte del presupuesto), todo en Sky Rojo resulta excesivo y chocante, a tal punto que termina cansando, pese a la corta duración de cada episodio.
El mayor error de Sky Rojo
Y si de problemas estamos hablando, queda para el final el más importante con el que se encuentra el estreno de Vancouver Media: la dualidad entre ser o no ser una reflexión sobre la trata de personas con fines de explotación sexual. En varias ocasiones se ha reflejado durante la promoción de la serie la esperanza de que esta arroje visibilidad sobre la mencionada problemática social, pero este producto carece de la observación que sugieren sus creadores y opta por banalizar estas situaciones.
Desde el vamos, es imposible negar el mal uso de las secuencias que deberían dar visibilidad al tema. Quizás podrían haber utilizado los flashback para potenciar el mensaje buscado o, al menos, establecer un trasfondo a estas posiciones, pero solo quedan en una anécdota de color que poco valor proporciona en cada oportunidad desperdiciada.
Así también, si hubiesen optado por cambiar el enfoque en los momentos que deberían ser cruciales y crueles, la cosa hubiera sido diferente y menos polémica. Pero los planos habituales ante una felación, la devoción y la mirada lasciva de las cámaras hacia sus protagonistas o el uso de frases forzadas y huecas no ayudan a que veamos una posible búsqueda por concientizar al público masivo de Netflix sobre temáticas tan necesarias; solo dan como resultado una producción vista hasta la saciedad que, a fin de cuentas, no ofrece más que un trasfondo superficial y hueco.
En pocas palabras
Sky Rojo deambula por la cuerda floja en todo momento. Insiste en ofrecer una mirada diferente sobre la explotación sexual pero termina cayendo en los ya conocidos problemas de toda idea de Pina. Una opción repleta de diálogos vacíos y lugares comunes disfrazada de pasatiempo frenético.
[imdb]https://www.imdb.com/title/tt8690776/[/imdb]
