Su Casa (His House), film de terror de Netflix que reflexiona sobre el drama de los refugiados en Europa. Crítica a continuación.

La cruda realidad de los inmigrantes que intentan escapar de las crisis económicas y conflictos bélicos que azotan a sus países, hace tiempo viene siendo plasmada en la pantalla a través de relatos que denuncian las dificultades, discriminaciones y obstáculos que deben atravesar estas personas para hallar asilo. Sin ir muy lejos, en 2019 la excelente miniserie Years and Years de la BBC y HBO narró la odisea de un refugiado sin papeles en Inglaterra, culminando en uno de los episodios más desgarradores que se hayan visto el pasado año.

En esta oportunidad, el terror nos muestra su faceta de crítica social con un film que combina lo sobrenatural con las atrocidades terrenales vividas por dos inmigrantes africanos marcados por la masacre de su pueblo. Se trata de Su Casa (His House), estrenada inicialmente en enero en el Festival de Sundance y dirigida por el británico Remi Weekes que debuta aquí con su primer largometraje. Resulta una interesante subversión de la trillada temática de las casas encantadas que ya se encuentra disponible para ver vía Netflix.

Sean de los buenos

Bol y Rial (Sope Dirisu y Wunmi Mosaku) son una pareja originaria de Sudán del Sur que ha emigrado en barco ilegalmente a Gran Bretaña mientras huían de una sangrienta guerra civil desatada en su tierra. Tras permanecer en un centro de detención, el gobierno decide concederles asilo político bajo ciertas condiciones: no pueden trabajar ni mudarse del apartamento sucio y destartalado al que han sido designados entretanto evalúan su situación, de lo contrario serán devueltos a su país. Ateniéndose a las advertencias de su asistente social (Matt Smith), quien les aconseja “ser de los buenos“, la atormentada pareja debe intentar sobrevivir en este suburbio inglés entre las humillaciones de los vecinos, un subsidio indigno y el fantasma de Nyagak, la hija que han perdido en medio de su titánico éxodo por el océano.

A pesar de que Bol intenta desprenderse de su lengua madre y de todo aquello que represente su cultura ancestral, refiriéndose a su vida en el primer mundo como “un nuevo comienzo”, su esposa sabe que no podrán librarse tan fácilmente del oscuro pasado que los condena. La casa comienza a transformarse pronto en una prisión en donde los monstruos que habitan sus recuerdos y miedos más profundos acechan detrás de las paredes, dispuestos a atacar.

Los fantasmas que llevamos dentro

Weekes juega en esta película con el tópico de la casa embrujada, pero en esta ocasión no se trata de fantasmas que han permanecido allí antes de que la pareja llegara, sino que ellos los han traído consigo desde su partida del pueblo nativo. Bol confía en que despojándose de todas sus pertenencias y fingiendo ser uno de los típicos hombres blancos de clase media que observa en las publicidades, estos espíritus malignos se irán. Sin embargo, no parece ser en los objetos donde habitan estos espectros sino en sus recuerdos y en su sangre.

Al igual que en otros filmes de género como la iraní Under the Shadow, la historia se nutre de las leyendas orientales sobre seres misteriosos y fantásticos, en este caso la de un brujo nocturno denominado Apeth, que según las creencias de los protagonistas persigue a aquellos que han construido su hogar mediante algo robado. Ese “algo” es lo que ocasiona el giro de la trama.

His House cuenta con una sólida y muy palpable actuación de parte del dúo protagónico, logrando que empaticemos enseguida con la mochila que llevan a cuestas, el sentimiento de desarraigo y lo intrincado que puede resultar el tener que adaptarse a otra cultura para poder vivir. El giro de la historia también añade cierta complejidad a los personajes y al aspecto moral de sus acciones en un contexto terriblemente violento.

La película logra momentos interesantes cuando deja fluir su costado surrealista y nos introduce de forma creativa en las pesadillescas memorias de los personajes atrapados en medio de la guerra. La fotografía en color sepia, el ritmo pausado y la música inquietante pero no invasiva, acompañan muy bien en este sentido. Aún así, se nota que al director debutante le cuesta despegarse totalmente de todos aquellos clichés del género, como los previsibles jump scares, las puertas que se cierran solas y la utilización de un CGI que deja un poco que desear.

Más allá de las imperfecciones de Su Casa (His House), no cabe duda de que estamos ante un debut prometedor que articula el terror convencional y el drama con contenido social a través de un enfoque introspectivo y fresco. Toda una rareza para el catálogo de Netflix.

[imdb]https://www.imdb.com/title/tt8508734/[/imdb]

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Su Casa (His House, en Netflix – REVIEW)

Conclusión

Una película de terror con una mirada sensible y crítica hacia el conflicto de los refugiados, ofreciendo una interesante mixtura de géneros y actuaciones sumamente realistas. Contradictoriamente a la mayoría de los filmes sobre casas fantasmales, His House suma puntos cuando consigue escapar de los limites de las cuatro paredes para adentrarse en el horror del pasado traumático de los protagonistas.

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