Werewolves Within, el clásico juego de roles salta de pantalla. Crítica a Continuación

El pequeño pueblo Beaverfield lleva meses dividido, desde que una empresa les hizo una generosa oferta a cambio de permitir que un gasoducto atraviese sus bosques. La votación está reñida entre quienes quieren aceptar el dinero y quienes se niegan a dañar el hermoso paisaje natural que los rodea.

En ese estado encuentra a sus extravagantes pobladores Finn Wheeler (Sam Richardson). Llega para convertirse en el nuevo Guardaparques de Beaverfield justo cuando una tormenta amenaza con aislar al pueblo del mundo exterior y dejarlos atrapados con su peor amenaza: los propios vecinos. El alegre guardaparques establece una rápida amistad con Cecily (Milana Vayntrub), la encargada del correo local que aunque no lleva mucho más tiempo que él en el pueblo ya aprovechó su trabajo para conocer a todo el mundo. Es la persona ideal para llevarlo por un tour introductorio de cada personaje de esta historia.

Cuando finalmente la tormenta golpea al pueblo, los generadores de energía eléctrica son extrañamente saboteados y Finn descubre el cadáver de un vecino que todos creían que se había fugado con su amante un mes antes; la paranoia se apodera de todos.

Alguien  parece estar cazándolos y todo el mundo tiene un sospechoso preferido para acusar.

Werewolves Within, todos contra todos

Oficialmente, Werewolves Within es la adaptación del juego de realidad virtual de Ubisoft, el estudio que ya produjo la excelente serie Mythic Quest también con temática gamer y la no tan exitosa adaptación de Assassin’s Creed. Sin embargo, la relación con el juego es apenas conceptual y es totalmente irrelevante si alguien lo conoce para entender o disfrutar de la película.

La estructura de Werewolves Within es la de un whodunnit en tono de comedia de terror, poblada de personajes y situaciones absurdas en cada esquina que dejan en segundo plano la resolución del misterio.

Todo el mundo tiene una hipótesis y algunos de ellos están más que dispuestos a aprovechar la oportunidad de saldar viejas deudas, desempatar la votación o simplemente cobrarse venganza por las ofensas que algún otro habitante de Beaverfield les hizo en el pasado. Y en eso está el mayor punto de contacto con el juego: las peleas y desconfianzas terminan matando a más aldeanos que el supuesto lobizón.

A pesar de ser una producción de relativo bajo presupuesto, Werewolves Within lo disimula bien concentrando la mayor parte de la acción en unos pocos lugares y reduciendo a lo realmente necesario el uso de efectos especiales. Hay algo en el estilo del director Josh Ruben que hace pensar en una versión rústica de Edgar Wright, especialmente por cómo usa el montaje con fines cómicos de un modo que claramente intenta copiar al de La Trilogía del Cornetto, aunque sin alcanzar el mismo nivel de sutileza.

Por más que es efectiva en todo lo que se propone, Werewolves Within también deja una leve sensación de haberse quedado en el camino. Mientras que por un lado el ritmo de la primera mitad se siente un poco estirado, en el último acto todo se resuelve de forma un poco apresurada, saltando de una muerte a otra eliminando potenciales sospechosos en pocos minutos, sin dar tiempo de correr la sospecha al siguiente.

Tampoco le juega del todo a favor la decisión de mantenerse dentro de un tono demasiado limpio y prolijo, dejando la duda sobre cuánto hubiese beneficiado a Werewolves Within el atreverse a un humor un poco más crudo, quizás cercano al estilo de What we do in the Shadows. Siendo que Taika Waiiti es otro de los directores que Josh Ruben ha citado entre sus influencias (y que uno de los personajes más graciosos es justamente el mismo actor que interpreta a Guillermo en la serie, Harvey Guillén) no suena nada descabellado.

[imdb]https://www.imdb.com/title/tt9288692/[/imdb]

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Werewolves Within (REVIEW)

Conclusión

Aunque con varios filos rústicos a los que les hubiera venido bien un poco más de trabajo, Werewolves Within es una más que efectiva comedia de terror que tarda en tomar impulso pero que cuando lo hace, no se detiene.

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