5 películas que cambiaron de Directores con el rodaje empezado
Puede sonar un poco extraño en nuestro contexto donde los dueños de las películas suelen ser los directores, pero en una industria como la de Hollywood donde son los productores o el estudio los que toman las decisiones finales, no es poco frecuente que le den la edición final de la película a una persona diferente que cumpla mejor con las expectativas de los que firman los cheques. Un poco menos común -pero sucede de vez en cuando- es que estas diferencias exploten a mitad de un rodaje, generando varios casos donde un director abandona un proyecto a mitad de camino por elección propia o forzada. Estos son apenas unos pocos ejemplos de películas que cambiaron de directores con el rodaje empezado.
La Liga de la Justicia (2017)
Apenas seis meses antes del estreno programado para el tanque de DC, que funciona como secuela directa de Batman vs Superman a la vez que abre el juego para las futuras películas en solitario de varios de sus personajes, su director Zack Snyder confirmó que se alejaba de la fase final de la producción para lidiar con la tragedia familiar que implicó el suicidio de una de sus hijas. La muerte se había mantenido con bajo perfil hasta el momento, pero finalmente el director admitió que aunque creyó que el trabajo lo ayudaría a sobrellevar la pérdida, necesitaba tomarse un tiempo para estar con su familia. Al anunciarlo el rodaje estaba prácticamente terminado, por lo que el estudio convocó a Joss Whedon (con la experiencia de haber dirigido en la vereda de enfrente a Los Vengadores) para guiar la postproducción y algunas tomas adicionales que estaban previstas. Tanto el estudio como el director declararon que el reemplazo no implicaría cambios sustanciales en el producto terminado, sino que el trabajo de Whedon sería estrictamente finalizar la película tal como Snyder la había previsto. Ya sabemos cómo terminó todo.
Superman II (1980)
Pero esa no fue la primera vez que una película de DC tuvo que lidiar con un cambio en la dirección, aunque en el caso de Richard Donner su partida se debió a diferencias creativas con los productores. El plan era grabar las dos primeras partes de la franquicia al mismo tiempo, pero cuando llevaban tres cuartas partes de la secuela debieron hacer una pausa y dedicarse a terminar la primera entrega para el estreno. Sin embargo, durante ese tiempo los productores decidieron que querían darle el puesto a alguien que le dejara otro tono y además lo hiciera gastando menos dinero, por lo que cuando hubo que volver al trabajo Donner no recibió el llamado. En su lugar pusieron a Richard Lester, quien además de rodar las escenas que faltaban y editar la película tal como se vió en cines, conservó el puesto para Superman III. Lógicamente Donner no quedó contento con el trato recibido y hasta rechazó ser acreditado como co-director, hasta que en 2006 llegó a un acuerdo con Warner para editar en DVD su propio corte del material existente.
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Spartacus (1960)
El primer gran éxito de Stanley Kubrick no lo tuvo en el cargo desde el principio, silla que ocupó originalmente Anthony Mann. En palabras de Kirk Douglas (protagonista y productor de la película) el estudio hizo esta elección en contra de sus deseos, no por la visión creativa de Mann sino por considerarlo alguien capaz de hacer el trabajo de forma rentable. Sin embargo, a pocas semanas de comenzar el rodaje la producción ya estaba retrasada y pasada de presupuesto, por lo que el estudio decidió que Mann no estaba preparado para encarar un proyecto de esa escala. Para completar el proyecto que se convirtió en un éxito comercial pusieron al joven Stanley, quien por más que no la reconoce como una película estrictamente propia, recibió con este nombramiento un impulso innegable a su carrera.
El Mago de Oz (1939)
Antes de ser un clásico del cine de todas las épocas, El Mago de Oz pasó por muchas dificultades incluyendo una edición final con material filmado por al menos cuatro directores, lo que le garantizaría el trofeo a las películas que cambiaron de directores si es que existiera uno. El trabajo comenzó guiado brevemente por Norman Taurog, quien fue rápidamente reemplazado por Richard Thorpe. A las pocas semanas se vieron forzados a detener la producción cuando uno de los actores enfermó gravemente a causa del maquillaje utilizado, tiempo que los productores aprovecharon para ver el material filmado y tomar la decisión de que no se estaba llevando el rumbo que deseaban. George Cukor reemplazó entonces a Thorpe y tomó la importante decisión de rediseñar parte de la estética general de la película, incluyendo una reformulación importante de la imagen de la protagonista. Esto obligó a filmar nuevamente varias escenas, pero para entonces Cukor ya estaba dirigiendo Lo que el Viento se llevó y la silla de director fue ocupada por Victor Fleming durante la mayor parte del rodaje. Sin embargo, tampoco pudo terminar el trabajo y cerca del final debió ser reemplazado por King Vidor cuando el estudio le ordenó reemplazar una vez más a Cukor en Lo que el Viento se Llevó.
Curiosamente, las dos películas que se filmaron prácticamente en simultáneo con los nombres de Cukor y Flemming entre sus directores, fueron catalogadas en su momento como producciones demasiado problemáticas pero son recordadas hoy como dos de los mayores clásicos de la historia del cine.
WarGames (1983)
Con la guerra fría terminanda pero aún vigente, la guerra nuclear entre las dos superpotencias seguía siendo un temor latente para la sociedad, algo que este thriller tecnológico explotó con una buena dosis de entretenimiento. Pero no iba a ser siempre así, porque con una explicación que parece ser la más recurrente de boca de los productores, decidieron que el producto que estaba rodando Martin Brest iba a resultar mucho más serio y oscuro de lo que habían esperado, algo que suele espantar a los estudios pues amenaza con vender menos entradas. Por eso tras un par de semanas de trabajo lo despidieron y pusieron en su lugar a John Badham para que convirtiera al thriller de ciencia ficción donde el mundo corría serio riesgo de acabarse, en una película de aventuras adolescentes que se convirtió en fundacional para buena parte de la cultura hacker que vino después.
