Anime Recomendado: Tokyo Ghoul

Un éxito rotundo de hace pocos años, una serie de anime que recorre en dos temporadas los diferentes estados anímicos de un personaje al que le sucede de todo, en un mundo dividido entre Ghouls y Humanos, y donde él se halla, precisamente, tambaleándose en el medio.

Sensatez y Sentimientos y Ghouls

El género gore, del que por cierto no soy muy fan, ha formado parte del anime casi desde sus inicios. Como en el caso de Tokyo Ghoul, se ubica de a momentos en un segundo o tercer plano, dejando lugar a una trama más policial y hasta dramática.

Tokyo Ghoul fue el éxito de la Shueisha Young Jump, Misma de One Punch Man,  durante el 2011, llegando a un anime dividido en dos temporadas, con dos arcos argumentales muy bien marcados, allá por el 2014 y 2015 respectivamente.

Con ingredientes propios de los Shonens, Tokyo Ghoul nos abre en su primer capítulo un Japón atestado de demonios o Ghouls, bestias de apariencia humana (con excepción de sus ojos, que se vuelven negros y rojos), que comen carne humana para sobrevivir.

Kaneki, el protagonista en cuestión, que sufrirá más penurias que el peso argentino, es un estudiante universitario huérfano, cuyo único vínculo significativo es su mejor amigo Hide. Un día en una cafetería, su amigo lo anima a invitar a salir a una chica, que no resulta ser otra cosa que un Ghoul que intenta comerlo. Un accidente (ponele) hace que sea aplastada por las vigas de un edificio, y Kaneki resulte gravemente herido. Ante éste hecho, él recibirá los órganos de Rize, la ghoul que lo había atacado, y de esa forma se transformará en un híbrido entre ghoul y humano.

Dado que no puede vivir con comida humana y con una desesperación atroz, entra en escena el café Anteiku, con apariencia de barcito de San Telmo, pero atendido por ghouls que guardan las apariencias a fin de tener una existencia pacifica. De ésta forma, Kaneki aprenderá más sobre el universo de los Ghouls, que no todos son crueles y despiadados, aunque algunos otros sí y serán lo que le pondrán trabas, pinzas, y demás cosas horrendas.

“Shinji, entra en el maldito robot!” // “Kaneki ¡Cómete al maldito humano!”

Quizás lo más tedioso de la serie es el primer tratamiento que se hace del personaje principal, Kaneki Ken. Éste personaje reúne todas las características que odiamos de otros protagonistas decisivos para una serie, sea Shinji de Evangelion, sea Eren de Shingeki No Kyojin. Kaneki rechaza su condición de semi ghoul, pero al mismo tiempo sufre pasivamente maltratos psicológicos y fisicos espeluznantes. Dichos maltratos, que, a riesgo de spoilear, darán un giro en el último episodio, generando así un nuevo arco argumental totalmente diferente en ese aspecto, pero vacío en muchos otros. Es que éste anime al principio nos resultará algo denso, pero muy pronto la trama comienza a plagarse de misterios y escenas de suspenso, además que comenzamos a empatizar con otros personajes secundarios que no se espera como Amon, el detective por ejemplo. Con esto me refiero a que sí, los miembros de Anteiku son muy lindos y agradables, pero su estructura como personajes es bastante caótica, con mucha relevancia en algunas partes, y en otras pasan sin pena ni gloria, cuando podrían haberse explotado un poco más. Casos como Touka chan, que pasa de chica ruda onda Androide 18, o Mikasa (shingeki no kyojin) a carmelita descalza. O el profesor de la universidad que termina vendiendo café.

Pero, más allá de estos exabruptos, la serie funciona. La animación, aunque con grandes censuras, cuya importancia o no será a gusto del comensal (valga la redundancia), se ve muy bien lograda, con grandes detalles en el armamento de los detectives llamados “kinkes” o bien, los kagune de los ghouls una especie de tentaculo personalizado según el portador. Un primer opening genial, que recordará a épocas gloriosas de Psycho Pass, y una segunda temporada que si bien no esta a la altura de la primera debido a sus grandes diferencias con el manga, funciona en la totalidad.

En Conclusión, Tokyo Ghoul es un recomendado para ver así de un tirón, reúne suspenso, drama y acción por doquier, y la psicología de los personajes te obliga a buscar en el manga. Un anime de dos temporadas que debe ser juzgado como un todo, y que te deja ese sabor amargo de su final.