Balance Series 2014: Fracasos y Decepciones

Series 2014: fracasos, decepciones, despropósitos. Ya el compañero Lisandro se ocupó aquí de lo concerniente a la pantalla grande y ahora yo voy por la chica, esa cajita alguna vez llamada boba que trabajó incansablemente por quitarse ese mote de encima y lo consiguió, aunque algunas de las producciones que detallaremos hacen a la televisión casi que involucionar.

Los completos desastres

Series que venían a comerse la competencia y que parecía nos iban a dejar pegados a la pantalla desesperados por un nuevo episodio. Pero sólo lograron darnos sueño.

Believe

Alfonso Cuarón acababa de ganarse un Oscar por Gravity y promocionaron su serie hasta el hastío. Un hastío que se apoderó de nosotros sólo con ver un par de episodios de esta historia -ideada por el propio Cuarón- sobre una niña con poderes extraordinarios perseguida por una misteriosa agrupación y de un hombre que es ayudado “por los buenos” a escapar de prisión con el objetivo de que sea él quien la proteja (¡Si es re obvio que es el padre!). Cada semana la niña y su protector protagonizaron diferentes historias tratando de sobrevivir, al tiempo que intentaron ayudar “a creer” a otros personajes con tramas que iniciaban y cerraban en el mismo episodio.

Aburrida, sin sentido, otro más de esos shows grandilocuentes con una gran premisa inicial que no hay forma de mantener más de un par de capítulos. Cancelada justamente.

Almost Human

Su último episodio se emitió en marzo de este año y podríamos copiar y pegar para esta serie lo que dije de Believe. Sólo que saquemos a Cuarón y pongamos a J.J. Abrams en otro de sus fracasos televisivos post Lost (bueno, también era productor de Believe). Un drama policial futurista, con dos agentes de la ley -uno de ellos cybor, pero con sentimientos- al frente de casos procedimentales que ni el gran presupuesto podía hacer decentes con esos guiones simplones. Lo destacable era la química entre su dupla protagónica (Karl Urban y Michael Ealy) pero no alcanzó. Habían iniciado como el plato fuerte de Fox, y nada: cancelada.

Crossbones

La historia se centró en el mítico Barbanegra (John Malkovich) y en su rival, Tom Lowe (Richard Coyle), que fue enviado para ejecutarlo. Eran Malcovich y el creador de Luther, Neil Croos, juntos en una de piratas. Tenía todo para triunfar pero al plomo que resultó no lo salvó ni Malcovich sobreactuando como raramente sucede en él. Es que tenía que ponerse loco para que el barco no se hunda, pero encalló estrepitosamente.

Chata, encima llego después que Black Sails (no es una joya pero al lado de esta sí, y tiene al menos una propuesta estética clara). Cancelada.

Rosemary’s Baby

Inentendible adaptación de la novela de Ira Levin que ya había llevado al cine Roman Polanski. Zoe Saldaña y Patrick J. Adams fueron el matrimonio que traería al mundo al hijo de Satanás, pero no logró crear una atmósfera adecuada, ni generar terror de ningún tipo. Como que se le notaba mucho la esencia de telefilm.

No pudo igualar en nada a la película con Mia Farrow, innecesaria. Trajeron la historia a nuestros tiempos modernos y perdió sentido hasta la trama (¿y ese carrito de bebe de los años 60 en estos tiempos por qué?). Mostraron sangre para sustituir la ausencia del terror psicológico pero no enganchó.

Tan malo que dolió: Crisis

Gillian Anderson triunfó en la tv inglesa con The Fall y la pegó con su pequeña participación en Hannibal. No se entiende como aceptó este intento de thriller que fue tan berreta que daba risa. La tensión se la olvidaron en algún lado del set, las actuaciones eran para llorar de malas (Dermot Mulroney lamentable).

Intentó ser una de conspiraciones políticas pero fue terriblemente inverosímil. Trató sobre el secuestro a un grupo de adolescentes hijos de las familias más poderosas de USA, incluido el del mismísimo Presidente del país del norte. Diálogos ostentosos, todo era un desastre. Cancelada por suerte.

El mayor fracaso del año: Rake

Absolutamente nadie se enteró de la existencia de esta serie con Greg Kinnear (Pequeña Miss Sunshine) a la cabeza. El protagonista interpretaba a un abogado con bastantes problemas; un Dr. House pero de temas legales. Remake de una serie australiana muy exitosa, no la vio ni el loro y se coronó como la serie menos vista ¡en la historia de Fox! Acabó emitiéndose los sábados en horario marginal porque al canal le interesó poco menos que al público.

El pésimo año de las comedias

Unas tras otras, las comedias televisivas iban apareciendo y muriendo. Malas ya desde la idea, efectuadas sin gracia, condenadas al ocaso la mayoría.

Canceladas: Bad Teacher (un HORROR así con mayúsculas inspirado en la película con Cameron Diaz), Dads (de Seth MacFarlane, que inició en 2013 por lo que no cabría en este año, pero como culminó y fue levantada en 2014 sirve recordar es de lo peor que la tv hizo en mucho tiempo), Selfie, Surviving Jack, Friends with Better Lives (una de amigos que se creen con mejor vida uno que otro, con protagónico archipromocionado del ex Dawson James Van Der Beek), Bad Judge, Manhattan Love Story (la primera cancelada de la nueva temporada), Mixology (robo a mano armada a la genial inglesa Dates, intento desastroso de los guionistas de Qué pasó ayer), A to Z (excelente comedia, pero fracaso al fin. Dolor en el pecho me da verla acá).

Clichés, chistes viejos, situaciones que ya vimos mil veces, esfuerzos sobrehumanos por hacerse los graciosos.

No canceladas pero deberían hacerlo: Mulaney (abandonada en horario marginal, la cancelación es inminente), Undateable, Partners (la de Kelsey Grammer y Martin Lawrence). Y podríamos seguir nombrando sitcoms truncas hasta mañana

La mala noticia

The Bridge cancelada. Después de una excelente segunda temporada, que superó con creces a la primera y logró una autonomía que muchos envidiarían respecto a la serie de origen (la nórdica Bron/Broen) el canal FX decidió darla por finalizada. Una verdadera pena.

Pérdidas de tiempo

Red band Society (cancelada) y Extant dos producciones de Spielberg que no supieron generar interés alguno; Forever que no movió un pelo a nadie; Legends (renovada) vendía “la no muerte” de Sean Bean pero preferimos que muera antes que continúe ese bodrio; Stalker (ya me leyeron desplegar mi ira con esta serie aquí, no lo voy a repetir porque me altero y me hace mal a la presión); The Last Ship (tenía que ser Michael Bay); Z Nation que prometía zombies a lo Sharknado y resultó con menos ritmo que los momentos lentos (trato de ser leve) de The Walking Dead.

Intelligence, el regreso de Josh “Sawyer” Holloway que resultó más una despedida; The Musketeers (basada en el libro de Alejandro Dumas), deslucida, sin química, demostrando que la Tv inglesa también puede fallar y hacer plomos gigantes; Gracepoint (cancelada), Killer Woman (las Mujeres Asesinas de Pol-Ka, producidas por Sofia Vergara, sin respetar la idea unitaria del show nacional).

Más y más decepciones

La llegada de AMC a Latinoamérica nos despertó mucha curiosidad y expectativas pero el canal emitió absolutamente todo doblado, sin tener los derechos de sus reales tanques (emitidos por otros canales de cable) y hasta promocionaron con bombos y platillos la llegada de The Divide pero al tiempo que en EE.UU anunciaban su cancelación.

Constantine, Gotham y Halt and Catch Fire prometían todo, pero el hype les jugó en contra. La primera pende de un hilo, las otras dos continuarán tranquilas, y si bien tienen su base de fans que las defienden, están lejos del ruido que pensaban realizar.

Despedida sin gloria

True Blood, un final intrascendente, una última temporada que ni por asomo logró igualar los mejores momentos de la serie. Sin Alan Ball, el showrunner inicial, perdieron el rumbo y el cierre definitivo fue todo lo malo que las últimas temporadas auguraban. Si hasta se despidieron como si fuesen Los Benvenuto. Malísimo.