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Cinco Series Inglesas que tienen que ver

Cinco Series Inglesas que tienen que ver

No solo de dramas vive el hombre. No todo puede ser sangre, crímenes sin resolver, muertes que te dejan pálido o cliffhangers para arañar las paredes de desesperación. Hay que reir amigos. Y acá van cinco series inglesas que no defraudan llegadas de las tierras de John, Paul, George y Ringo.

Lo bueno (o terrible según como se lo mire) es que son series cortitas y al pie, un puñado de pocos episodios, encima de poca duración, que les aseguro dejan con ganas de más. Acá van cinco series inglesas que tienen que ver.

Cinco Series Inglesas que tienen que ver

Uncle

La formula “adulto inmaduro + niño sabelotodo pero marginado” ya la hemos visto mil veces, pero de vez en cuando la química hace su trabajo y la fórmula da excelentes resultados. Esto sucede con Uncle (y no es extraño que al ver que la fórmula “vive” la tv norteamericana haya salido a revisar cajones para ver qué tenían del estilo: así apareció la versión serie de “Un gran chico” aquella película de  2002 con Hugh Grant, Toni Collette y un pequeño Nicholas Hoult. La peli es muy buena; de la serie pasen de largo).

Andy (Nick Helm) es un músico frustrado, treintañero, perdedor total, irresponsable a más no poder. Es el tipo menos recomendable para, en el día más oscuro de su vida, tener que hacerse cargo de su sobrino Errol (Elliot Speller) un niño de 11 años tímido, inteligente, aislado del resto de los pibes de su edad, al que si vio para el nacimiento es mucho decir.

Como sucede en estos casos, el rechazo inicial se va revirtiendo a fuerza de complicidad y situaciones graciosas.

Ustedes se preguntarán ¿por qué ver esto? Porque el resultado es maravilloso, con un tono que oscila entre lo divertido, lo emotivo y lo grosero que se diferencia años luz de otras propuestas de su género. Los personajes secundarios son brillantes: Sam, la madre de la criatura -interpretada por Daisy Haggard, vista en Episodes- o el padre travesti de la ex novia del protagonista la rompen. Y ni que hablar de los momentos musicales: videoclips salidos de la imaginación de Andy que aparecen de la nada dedicados en su mayoría a Gwen, la chica que lo abandonó.

https://www.youtube.com/watch?v=UZC7A88eOP4

Hay dos temporadas de 6 episodios de media horita cada uno.

The Wrong Mans

Mismo caso anterior: 2 temporadas de 6 capítulos de media hora.

Cuenta la odisea en la que se ven involucrados 2 compañeros de laburo cuando uno de ellos, Sam (Mathew Baynton), encuentra un teléfono celular tirado en el lugar donde ocurrió un accidente.

El teléfono suena y al atender arranca una historia que de un simple secuestro pasa a una de intriga internacional con un ritmo tan ágil que parece que los episodios durasen 10 minutos.

Comedia de enredos, tan absurda como divertida, mezclando risas con persecuciones al mejor estilo de una de James Bond. A cada paso la trama da un giro sorprendente y en cada capítulo se va complicando aún más por los líos que van armado sin querer estos dos tipos comunes (el otro amigo es nada menos que James Corden) devenidos en héroes que nada tienen que ver con el mundo criminal en el que aparecen metidos y del que pareciese que no hay forma de salir con vida. Brillante.

My Mad Fat Diary

Los adolescentes en la Tv suelen ser pintados o como completos tarados o como oscuros seres destinados a una vida miserable, pero pocas veces se ha logrado un retrato que plasme su verdadera esencia. Para terminar con ello llegó esta serie que cuenta la historia de Rae (Sharon Rooney, sin dudas una de las grandes revelaciones de los últimos años), una joven de 16 años que pesa más de 100 kilos y acaba de salir de una institución mental.

“Esto era todo. Esto era mi oportunidad. Todo lo que tenía que hacer era simplemente ser normal”

Tengas 16, 30 o 50 años la serie engancha y emociona sobre todo por su sinceridad. A las cosas se las llama por su nombre y te hacen pasar, casi sin darte cuenta, de la risa a tener los ojos llorosos (dale, decí que lloraste como una nenaza)

Los intentos de Rae por insertarse en el difícil mundo adolescente, por sentirse parte del nuevo grupo de amigos -al que cae sin buscarlo pero al que quiere pertenecer a toda costa- son el eje de la historia. Para eso no le queda otra que ser “ella misma” y afrontar el mundo con sus imperfecciones (que las tiene y muchas) y sus errores (que no para de cometerlos, como todo adolescente que lo único que quiere es encajar)

Hay mucho en común con el “Girls” de Lena Dunham, no solo en el exceso de kilos de la protagonista, sino en esto de ser “la voz de una generación”. Una voz sin pudores, sin mentiras, burda de a ratos, pero con una maestría para generar ternura  que sorprende.

Son pibes de 16 años creciendo, descubriéndose a ellos mismos, descubriendo lo duro que es el mundo que los rodea, descubriendo el sexo del cual hablan como si fuesen expertos pero que esta más en su imaginación que en la vida real.

Está inspirada en el libro “Mi fat, mad teenage diary” que escribió Rae Earl basándose en su complicada adolescencia. Y la serie adopta estética de diario íntimo con unos aportes de animación geniales.

Un bonus: transcurre en los ’90. Ya ha pasado un tiempo prudencial para que la tele comience a encargarse de estos años. Tiempos de aceptarse como uno es, tiempos de Oasis, Blur, Radiohead, o Bjork. Está excelentemente ambientada y al ser Rae una melómana perdida, la música noventosa invade todo y es el alma de la protagonista y de la serie. La banda sonora te vuela la cabeza y las referencias a películas de la época están por todos lados (la comparación de Rae con un dinosaurio de Jurassik Park es increíble)

Es la serie de/con adolescentes más madura y a su vez infantil que ha dado la tele en mucho tiempo: de esa mezcla surge la magia que te hace morir de risa y conmover en una misma escena. No juzga a los chicos, los muestra con sus celos, envidias, deseos, pero no hace de todo ello un mundo perturbado como Skins ni lo convierte en Glee.

Hay 3 temporadas con final definitivo incluído.

Moone Boy

Vamos un poco más atrás en el tiempo que la serie anterior y nos metemos en finales de los años ’80. Es otra de “adulto + niño” pero esta vez se trata de un jovencito de 12 años, Martin Moone (David Rowle) y su amigo imaginario de unos 30 (Chris O’Dowd, a quien hemos visto en The It Crowd, Girls y películas como Bridesmaids, creador a su vez de la serie en cuestión) que lo ayuda a soportar esa etapa de descubrimiento y pubertad.

“¿Alguna vez quisiste ser el amigo imaginario de un niño tonto del oeste de Irlanda? Yo tampoco.”

Es que acá el eje no es solo la infancia del niño sino como ese amigo imaginario va retorciendo sus vivencias para hacer de la complicada infancia algo agradable. Martin se crió rodeado de 3 hermanas mujeres, una madre que no para de buscar ser algo más que ama de casa y un padre que se dio por vencido ante tanta presencia del supuesto sexo débil en su casa.

Pero la serie suma situaciones y personajes para llegar a convertirse en un retrato de época. Transcurre en Irlanda pero podría ser en cualquier pueblo de cualquier país y funcionaría igual. Si tu infancia transcurrió en una familia de clase media durante estos años de caída del muro de Berlín, La Bamba, camperas con corderito, MacGyver y Dinastía en la tele,  la identificación va a ser instantánea. Y si sos tan joven que no sabés lo que es crecer sin celular ni internet (cosas que el “amigo ricachon” empezaba a tener y vos morías por ir de visita a su casa para disfrutarlo un ratito) vas a ver un mundo completamente desconocido.

No busquen matarse de risa con Moone Boy, no va a pasar ya que no es algo que la serie intente ni quiera lograr. Apela a la risa cómplice y es ahí donde gana.

Hay 3 temporadas de 6 episodios cada una. Duran apenas 20 minutos asi que la ven de un tirón.

Inside Nº 9

Humor negro, suspenso, terror, comedia. 2 temporadas, 6 capítulos de media hora cada uno, 12 historias diferentes que empiezan y terminan en el mismo episodio.

De una casa de campo a una moderna en la ciudad, pasando por el camarín de un teatro o una tenebrosa mansión: el punto en común es el “Número 9” en la puerta (y dos rostros a los que veremos interpretar diferentes personajes:  Reece Shearsmith y Steve Pemberton,  creadores de esta maravillosa rareza)

En el interior de cada una de esas locaciones se desarrolla la locura: un episodio completo con una docena de personas ¡dentro de un placard!, un disparatado y trágico robo sin diálogos, la pelea por “el aire respirado” por una celebridad, el tortuoso ascenso de un actor suplente a figura principal, una joven en medio de una lucha demoníaca; un misterioso mendigo que aparece para cambiar la vida de un escritor. Y más.

Una antología como las que veíamos de Alfred Hitchcock o los “Cuentos de la cripta”. Sin presentador pero con esos magistrales giros finales inesperados.   

La serie fue renovada para una segunda temporada incluso antes de salir al aire la primera. Así de confianza tenían en ella y no se equivocaron en lo más mínimo.

Cinco Series Inglesas que tienen que ver

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