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Series sobre la bomba atómica: dos miradas, un mismo tema

Series sobre la bomba atómica: dos miradas, un mismo tema

Series sobre la bomba atómica que, un 6 de agosto de 1945, arrasó con la ciudad nipona de Hiroshima. Apenas 3 días después, otra generaría muerte y destrucción en Nagasaki.

Los eventos que llevaron a la rendición de Japón ante los aliados en la II Guerra Mundial, son protagonistas de la pantalla chica no solo en decenas de documentales y films a manera de homenaje, sino también con dos ficciones que muestran los hechos que llevaron al único ataque nuclear en la historia de la humanidad.

En Estados Unidos la cadena WGN desarrolló una serie de la que injustamente poco se habló, Manh(A)ttan, la cual cuenta con 2 temporadas. Del otro lado del océano, la sorpresa llega desde Noruega con la miniserie más ambiciosa y cara de esas tierras: Kampen Om Tungtvannet (La batalla del agua pesada). Las dos tienen un tema en común pero diferentes maneras de enfocarlo: la carrera entre Aliados y Fuerzas del Eje por ser los primeros en construir una bomba atómica para destrozar al enemigo.

La historia es con horror testigo de cómo finalizó esa siniestra competencia. Estas dos series se inmiscuyen en los complejos procesos que llevaron a premiados químicos a enrevesarse en tramas políticas y militares al servicio de gobiernos que causarían unas 250.000 muertes con sus trabajos.

Manh(A)ttan es el lado norteamericano; mezcla personajes verídicos con algunos inventados (aunque basados en los reales) y se centra en el proyecto ultrasecreto del mismo nombre que culminó en la creación de Little Boy y Fat Man, los artefactos explosivos que en cuestión de segundos provocaron una destrucción masiva.

Sabemos que fueron “los ganadores”, por lo que el show apuesta a generar intrigas en la vida de ese poblado llamado Los Álamos, fundado especialmente para la ocasión en medio del desierto y que estaba completamente aislado del mundo. Allí, los científicos más respetados convivían junto a sus familias y jefes militares. Todos estaban ahí encerrados: mujeres que mantenían el hogar en pie sin tener idea que sus esposos craneaban fórmulas para crear la más mortal de las armas. Secretos, presiones, obsesiones, espionaje y dos grupos paralelos que -basándose en diferentes ideas y diseños- tratarán de crear la bomba antes que lo hagan los alemanes.

Sí, americanos tratando de lograr la paz con una bomba atómica. Los realizadores son conscientes de los dilemas morales que deberán transitar los personajes y los plasman con mayor eficacia que la famosa película Creadores de Sombras (Roland Joffé – 1989) sobre la figura de Robert Oppenheimer (interpretado en el film por Paul Newman), director del proyecto, que tendrá gran relevancia en la 2º temporada del show televisivo.

Con un estilo que remite a Mad Men o Masters of Sex y una recreación histórica perfecta que nada tiene que envidiarle a ellas (bueno, si: el presupuesto) está repleta de rostros que vimos en miles de series: John Benjamin Hickey (The Big C, The Good Wife), Rachel Brosnahan (House of Cards, The Marvelous Mrs. Maisel), Olivia Williams (Dollhouse) y Harry LLoyd (Game of Thrones), entre otros.

No quiere ser accesible para todos pero lo logra, mezcla elegantemente datos históricos con drama familiar. Funciona posándose en los recelos de estas mentes brillantes y las manipulaciones en pos de una causa mayor, porque estaban convencidos (o los convencieron) de que si ellos no fabricaban la bomba la inventarían los nazis… y pobre de todos si eso ocurría.

Series sobre la bomba atómica

“Los políticos van y vienen, las ideologías cambian, pero la investigación científica continúa. Mientras dejemos que la guerra sirva a la ciencia, no hay peligro”.

Esta frase es de la segunda serie recomendada y está dicha por Heisenberg. No, no estamos traumados con Breaking Bad: Werner Heisenberg fue el Oppenheimer del otro bando, el cerebro al que los alemanes le confiaron la creación de la bomba y que no lo logró.

Kampen Om Tungtvannet -con sus 6 episodios- narra un hecho del que poco se habla pero que fue determinante para la derrota de los nazis en esto de construir la bomba atómica: los actos de sabotaje a una planta noruega encargada de elaborar agua pesada (no somos químicos, de hecho aprobamos raspando esa materia, solo sabemos que era algo muy necesario para el proceso).

Los héroes de Telemark de Anthony Mann en 1965 (con Kirk Douglas y Tony Curtis) había relatado esta historia de la cual viene bien una nueva forma de verla. La trama se divide en varios frentes: alemanes con Heisenberg a la cabeza tratando de lograr la fisión nuclear, aliados en Inglaterra queriendo evitarlo, noruegos intentando destruir la fábrica y los directivos de la empresa Norsk Hydro que luchan por mantenerse en pie aunque estén sirviéndole al enemigo.

Alemania necesitaba el agua pesada y el mayor fabricante de ella estaba en Noruega. La alianza surgió y los del bando contrario intentarán sabotearla. Un pequeño grupo de hombres es seleccionado para ir en secreto al lugar y volarlo en mil pedazos: para eso tienen que atravesar kilómetros y kilómetros de frío y nieve. Imagínense si estos noruegos hubiesen fracaso en sus intentos, claramente el mundo sería completamente distinto (tal vez como el que muestra The Man in the High Castle, de Amazon).

La otra línea central es el propio Heisenberg (Christoph Bach) y sus ambigüedades. Los historiadores no han llegado a comprobar jamás si el fracaso del ganador del Nobel de Física fue por inoperancia o por un propio autoboicot para no darle a Hitler el arma que podría acabar con la humanidad.

Fue rodada en el lugar de los hechos (recientemente nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) y hablada en el idioma original de cada zona donde se desarrollan las situaciones. Es una de las miniseries más importantes, que tiene entre sus guionistas a lo mejor del panorama nórdico: Michael W. Horsten (Forbrydelsen, original de The Killing) y Adam Price (creador de Borgen).

Personajes en conflicto con sus propias moralidades, traiciones, seres con los cuales es complicado definir quiénes son los buenos y quiénes los malos, distintas miradas. Estas dos series sobre la bomba atómica se posicionan en lugares opuestos, sin explosiones ni golpes de timón, pero siempre ante un mismo fin: relatar el paso a paso de la tragedia que cambió el mundo para siempre.

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