El final de Mare of Easttown: grandes aciertos de la miniserie de HBO

Otra miniserie sello HBO que, de un comienzo en silencio y soledad, creció hasta convertirse en un fenómeno del que nadie quiso quedarse afuera. Sea gracias al boca a boca o al poder del marketing, lo cierto es que el final de Mare of Easttown llegó con un nivel de interés del que pocos thrillers salen airosos.

Y lo hizo. El final de Mare of Easttown pudo con la difícil misión de cumplir con las expectativas y al mismo tiempo sorprender.

Conseguir esa doble tarea no es algo simple. El espectador de este tipo de historias puede defraudarse por predecir al asesino mucho tiempo antes que la trama, tanto como por lo poco creíbles que suelen resultar las resoluciones a último momento. Mare of Easttown supo jugar al despiste y cerrar de una manera que se siente completamente coherente.

Los aciertos en el final de Mare of Easttown

¡Alerta Spoilers!

1 – Las pistas, en el primer episodio

Para que el final de una serie policial tenga sentido, las pistas deben estar plantadas en el primer episodio. Eso habla de un gran sentido de anticipación, de tener planeado el recorrido antes incluso de comenzar a recorrerlo. Claro que para eso también se exige la habilidad de ocultar lo que debe estar a simple vista, que hasta el ojo más hábil no pueda ver lo que le arruinaría la experiencia.

Desde ese dibujo del merodeador, al que creímos una especie de ridícula criatura pero en realidad era un niño, las pistas hacia dónde dirigirnos estaban allí, en el propio episodio piloto de Mare of Easttown.

Brad Ingelsby, el guionista, productor ejecutivo y creador de la serie, declaró en Variety que en su mente siempre el asesino de Erin McMenamin (Cailee Spaeny) se redujo a una sola persona: Ryan (Cameron Mann).

«Siempre fue Ryan. Desde el principio, creo que el desafío fue contratar a alguien que pudiera lograrlo. Vimos muchos niños y revisamos muchas cintas, y cuando encontramos a Cameron simplemente dijimos: «Dios mío, creo totalmente que es el hijo de Julianne». Estuvo genial en la audición, pero también me cautivó el parecido y podía creer que estaban relacionados. Y fue capaz de jugar con las emociones de tener que esconder un secreto, pero aun así estar preocupado por momentos».

2 – El misterio no puede ir separado del protagonista

¿Cuántas series vieron donde la trama del protagonista pareciera que está en otra sintonía con el crimen que debe resolver? Muchas, demasiadas. Oficiales problemáticos hay miles, pero no son tantos aquellos donde el crimen que investiga se siente íntimamente vinculado con su arco interno, con su progresión a lo largo de la temporada.

El gran acierto en el final de Mare of Easttown fue que la resolución de la serie y hasta la propia identidad del asesino sirven para complementar el camino de sanación de Mare (Kate Winslet). Que el hijo de su amiga sea el responsable, actúa como detonante para que ella pueda finalmente enfrentar la muerte de su propio hijo.

«Lo que me resultó interesante fue: ¿Cuál es el final más potente de la historia si miramos a Mare como personaje? (continúa Ingelsby). Aquí tenemos una mujer que obstinadamente se niega a enfrentar la pérdida de su hijo. ¿Cómo conseguir que Mare, que es una persona muy terca y dura, se enfrente a la pérdida de su hijo? Tiene que ser un viaje bastante difícil. La pregunta fue como, ¿Cómo hacer que ese final de su ascenso al ático sea lo más difícilmente ganado posible? ¿Cómo logra eso el misterio? Entonces pensé: ¿Y si está relacionado con el amigo más cercano de Mare en la vida?, para ponérselo bien difícil. También están los paralelismos de Mare y Lori: Mare pierde un hijo y Lori pierde un hijo, y Mare es la que se lleva el hijo de Lori. Los temas del programa resuenan en el clan Ross debido a lo cerca que está Mare de ellos. Eso haría que tener que arrestarlo y el descubrimiento fueran tan emocionalmente devastadores».

Es que, en definitiva, estamos ante una serie sobre una mujer que debe afrontar el dolor; y el caso policial es lo que se amolda a ella. El guion de Ingelsby y la dirección de Craig Zobel (The Leftovers) logran el perfecto equilibrio entre esos dos elementos y allí radica gran parte del éxito.

3 – Un reparto de lujo

No hay nada que pueda agregar sobre la brillante actuación de Kate Winslet como Mare, una detective cuyo trabajo le sirve para evitar ver cómo su mundo se desmorona. La actriz se luce generando empatía con un personaje que tiene todo para caernos pésimo. El dato curioso respecto a este fichaje fue que ella aceptó porque quería probar algo que nunca había hecho en su extensa carrera: tener un arma en la mano.

Jean Smart fue la pieza para hacer soportable tanta oscuridad, sin ser un comic relief pues su vinculo con Mare es profundo y clave para acompañarla en su trauma, descomprime la tensión con instantes que agradecemos por más mínimos que sean. Evan Peters en parte también colabora a ello, su experiencia en la comedia fue lo que llevó a su contratación, algo que al actor le sirvió para salirse del típico personaje al que nos tiene acostumbrados.

Julianne Nicholson es otro de los grandes nombres que, hasta el episodio final, podría decirse que se sentía desaprovechado. Su talento es demasiado como para ser simplemente «la amiga de». Ella fue la segunda figura que se contrató después de Winslet, pues sabían que necesitaban alguien capaz de mantenerse en un segundo plano durante el 90% de la serie, pero que debía explotar emocionalmente en el final, teniendo tanta carga encima como la propia protagonista. No pudo haber elección mejor y sus últimas escenas son dignas de todo premio conocido y por inventar.

Mención aparte para quien fue centro de muchas teorías y en quien recayeron gran parte de las sospechas de los espectadores, sin que haga absolutamente nada para merecerlas: Guy Pearce.

«Es gracioso, porque ese personaje siempre fue el chico que llega a la vida de Mare justo cuando necesitaba un momento de ternura, una relación que estaba fuera de su círculo normal de personas. Y siempre fue solo eso. Entró en su vida en el momento adecuado, la ayudó a atravesar un período increíblemente desafiante en su vida y luego se fue».

Cuenta el guionista. Sucedió que, cómo ávidos seguidores del género, vimos «demasiado nombre» para ese personaje, algo nos estaban ocultando… creímos. Pero no. Mare of Easttown supo aprovecharse hasta del problema que llevó a la contratación de Pearce: ese personaje estaba destinado a Ben Miles, si bien conocido no de tanto renombre, pero por cuestiones de agenda tuvo que ser recasteado. A Pearce se llegó como guiño por ser antiguo compañero de Winslet en su otra miniserie para HBO, Mildred Pierce (la cual ya recomendamos ACA). Sin quererlo se sumó a la larga lista de pistas falsas diseminadas por los 7 episodios.

Kate Winslet y Guy Pearce – Mare of Easttown (HBO)

El cierre es un gran logro porque colmó nuestras expectativas, sorprendió (a pesar de Stephen King) con la resolución del caso y conmovió con una hermosa redención personal de su protagonista, sin que ninguna de esas líneas sea una molestia para la otra. Por más dudas que hayan podido quedar entre la gran cantidad de pistas falsas plantadas para hacer avanzar la historia, el final de Mare of Easttown logró ser satisfactoriamente convincente, amargo y al mismo tiempo esperanzador.

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