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Episodio 8 de El Asesinato de Gianni Versace: el origen

Anteúltimo capítulo de la segunda temporada de American Crime Story, seguimos retrocediendo en el tiempo para conocer la persona más importante en la vida de Andrew Cunanan. El episodio 8 de El Asesinato de Gianni Versace presenta la infancia y adolescencia del muchacho que acabará con la vida del diseñador italiano que da nombre a la serie, aunque ella no se trate de él.

Episodio 8 de El Asesinato de Gianni Versace: Creator / Destroyer

Abre con dos relatos paralelos aunque en diferentes tiempos. Mientras en 1957, en Italia, un pequeño Gianni es alentado por su madre a perseguir lo que ama (esto pareciera ser solo a fines dramáticos, pues a esa altura el verdadero Versace quería ser músico y no diseñador), en 1980 el niño Andrew crece en el seno de una familia que trata de alcanzar el tan difícil sueño americano, algo por lo que el patriarca, Modesto Cunanan, se desvive. Pero no es la única fijación de Modesto, también lo es su “príncipe Andrew”, el menor de sus cuatro hijos con quien mantiene una relación que podría llevar al niño a ser el peligroso mentiroso compulsivo (y posteriormente asesino) que finalmente fue.

No creo que puedas entender a Andrew sin entender a su padre

Había dicho antes del estreno Tom Rob Smith, guionista de la serie. Creador / Destructor deja claro desde el título mismo que en ese hombre están las claves fundacionales del comportamiento de Andrew.

Esta mirada a lo más profundo del pasado de Andrew se encarga de remarcar ese dicho popular que reza “de tal palo tal astilla”. Si bien Modesto no asesinó a nadie, en él radican las mentiras, la necesidad obsesiva de ser alguien importante, de triunfar pese a quien le pese, que luego observaremos en su hijo ya adulto. Modesto (excelente labor de Jon Jon Briones) es un filipino que llegó a Estados Unidos para triunfar, trabajó en Merrill Lynch, pero terminará estafando ancianas y huyendo del país para evitar ser atrapado por el FBI, dejando a su familia sumida en la ruina y la vergüenza. Y en Modesto podemos ver a manera de espejo todo el egocentrismo y habilidad para la farsa que Andrew desplegará a futuro

Andrew, el especial, el débil, el destructor

Para Modesto, Andrew es su pequeño preferido, ese que recibirá todos los beneficios para celos de sus hermanos mayores y al cual le remarcaría en todo momento que es alguien especial, mejor que el resto.

Obtuvo todo lo que necesitaba. Mi papá le dio un auto deportivo. Él dormía solo en el dormitorio principal. Tenía su propio baño y todo.

Esas líneas no forman parte del episodio 8 de El Asesinato de Gianni Versace, sino que fueron expresadas por la real Elena Cunanan, hermana de Andrew, en una entrevista a ABC en 1997, confirmando que ese trato preferencial que vemos en el capítulo existía verdaderamente.

Y no solo es un cariño desmedido: aparte de una violenta relación con su esposa, el jefe de la familia Cunanan llevaría ese amor por su hijo a un punto preocupante, siniestro. La serie no se anima a decir abiertamente que abusaba sexualmente de él, pero en una escena especialmente perturbadora, cuando se sienta en su cama, el director (el actor Matt Bomer) deja todo dispuesto para que así lo interpretemos.

¿En la vida real fue así? Claro que nunca fue confirmado y quedó solo en una suposición. Para muchos esto no ocurrió, pero Andrew sí habría sido víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote, algo que afirmaba The Washington Post en 1997 citando un llamado hecho por un tal Andrew DeSilva, seudónimo frecuente de Cunanan, a una línea telefónica para víctimas de agresión sexual de sacerdotes católicos.

A pesar de todo ello, Andrew se convierte en un adolescente en aparente normalidad, lidiando con su homosexualidad, disfrutando cada baile, y hasta ya saliendo con hombres muy mayores pero sin rastros aun de sus mentiras. No es hasta el engaño de su padre, y hasta el viaje que emprende a Filipinas tratando de hallarlo, que vemos el rostro ya conocido gracias a esta cronología inversa de los hechos.

Ese viaje donde su padre le escupe (literalmente) verdades en la cara, se siente como un punto de inflexión del que no saldrá airoso. Acepta que su padre es un fraude y por lo tanto toda su vida lo es, eligiendo seguir por ese oscuro camino que sabemos a dónde conduce.

Luego de ello se ve obligado a probar su habilidad heredada para mentir (lo que le conseguirá el trabajo en la farmacia del capítulo anterior) dejando salir ese poder manipulador, perversamente seductor, con el que engañará a todos a su alrededor convencido de que la única manera de triunfar es a base de engaños, como le fue inculcado

¿Es todo ello motivo para convertirse en un asesino? Pareciera que no, y a falta de solo un episodio dudo que realmente tengamos un punto exacto y/o contundente para ese quiebre. Tal vez debamos conformarnos con que ese ambiente tóxico, enfermizo, combinado con una personalidad problemática lo hayan llevado a hacer lo que hizo.


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