Ya hace mucho te la recomendamos (ACA) junto con otras joyas de la animación contemporánea, pero sentimos la obligación moral de insistir: tenes que ver Rick and Morty, y con las primeras dos temporadas completas en el monopolio de la N te quedan pocas excusas.

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¿De qué la va Rick and Morty?

Rick Sánchez es la definición de científico loco: capaz de construir cualquier cosa y con nulo apego por el bienestar ajeno, podría conquistar el mundo en un instante. Y si aun no lo hizo es porque le debe parecer demasiado aburrido, o quizás porque es un anarquista nihilista que desprecia hasta a los gobiernos que lo tienen a él mismo como líder. Una de dos. O ambas. Su único interés son los extraños experimentos que habitualmente lo llevan a aventurarse por los rincones de los universos, para conseguir los recursos que necesita. No, el plural no es un error de tipeo; la pistola de portales que usa para moverse de planeta en planeta también le permite saltar a otras realidades paralelas, por lo que algunas de sus aventuras lo enfrentan a infinidad de otras versiones de sí mismo, tantas que incluso construyeron una ciudadela en una estación espacial donde toda la sociedad está conformada por las variantes de los dos protagonistas.

Rick abandonó a su familia por años y no se sabe qué hizo durante ese tiempo, salvo que ahora es considerado el terrorista más buscado del universo. Pero al comienzo de la serie regresa para reclutar la asistencia de su nieto Morty, por motivos que no eran transparentes ni altruistas.

Hasta la reaparición de su abuelo, Morty era un preadolescente común igual a muchos. Medianamente inteligente, tímido e inocente, es arrastrado por su abuelo -a escondidas de sus padres- hacia una aventura traumante tras otra, forzado muchas veces a actuar como su brújula moral y a cometer innumerables delitos contra las leyes intergalácticas. En cualquier otro programa Rick seguramente sería el villano: Morty lo sabe, pero a pesar de todo es su familia. Además pronto comienza a agarrarle el gusto a sus aventuras, a pesar de las pesadillas.

Por qué ver Rick and Morty

Todavía queda gente que opina que “los dibujitos son para nenes”. Rick and Morty es el programa con el que traumarías a los niños de preescolar para que aprendan una lección.

En primera instancia, Rick and Morty parece solo una comedia de ciencia ficción completamente absurda, dedicada a un público que le alcanza con un personaje que eructa en cada frase para descostillarse de la risa. Y en parte es cierto. Rick and Morty tiene una buena dosis de humor escatológico y absurdo que la hacen parecer una comedia liviana para tener de fondo mientras hacés otras cosas; hasta que -en el primer capítulo- vemos como Rick engaña a su nieto para que le dispare a los policías que los persiguen, diciéndole que son robots, seguido de la correspondiente cara desencajada de Morty cuando escucha los gritos de dolor y terror del agente caído. O hasta que vemos a Morty dar una paliza a un pedófilo con aspecto de golosina que intenta abusar de él en un baño público.

Es difícil saber qué esperar ante cada episodio de Rick and Morty, al ser un procedimental no hay homogeneidad entre episodios, y mientras alguno puede retomar una línea que quedó pendiente otro puede ser completamente aislado o incluso ser una recopilación de pequeños fragmentos mientras los protagonistas hacen zapping viendo cable interdimensional. Algo similar sucede con el tono de cada uno, por lo que mientras hay capítulos dedicados por completo al humor más absurdo y lisérgico, otros se centran en el humor negro más violento o en la sátira social irónica.

Una constante es su ritmo: no para nunca, ni siquiera cuando parece que una escena es de relleno. Envuelto en chistes de pedos, referencias a toda clase de películas y monstruosas criaturas que chorrean pus, hay un programa que se permite hablar de racismo, religión, explotación laboral o alcoholismo, pero el tema más recurrente son siempre las relaciones tóxicas, frustraciones y miedos de sus personajes principales. Porque lo que se vuelve evidente muy pronto es que, en distintos niveles, todos los integrantes de la familia son gente dañada, rota.

Ver Rick and Morty significa que más de una vez termines sintiéndote culpable de la carcajada que soltaste un momento antes, o al menos te replantées lo que acabás de ver para descifrar cómo es que eso encaja en una comedia de dibujitos.

Podés ver Rick and Morty como parte del bloque Adult Swim en I-Sat, también están sus dos primeras temporadas en Netflix. Y si mirás por Youtube seguro que algo encontrás hasta subtitulado.