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Alta Peli

La Casa, miniserie con mucho más que cortos (REVIEW)

La Casa con un siglo de historias, un capítulo a la vez. Crítica, a continuación

La Casa fue construida en una isla del Tigre a principios del siglo XX, a pedido de un inmigrante austro-húngaro que muere en alta mar sin llegar a verla terminada. Desde entonces cambia contínuamente de manos sirviendo de vivienda, refugio o escondite para una infinidad de gente que la deja impregnada con su esencia. Y, como todo edificio antiguo, se puebla de fantasmas al ir acumulando recuerdos de cada tragedia, misterio o alegría que sucede en su interior.

La Casa - Crítica de serie argentina
La Casa, serie argentina

La casa y el bosque que la rodea es más que un escenario, es el personaje principal de esta historia repartida en trece cuentos cortos de distintos géneros con los que recorremos su vida a lo largo de cien años. Cada uno de los episodios es independiente y las historias no se conectan más que con una breve introducción, la cual sin dar muchos detalles resume lo que ocurrió en los años intermedios.

Cada uno, a su vez, representan a su década expresando costumbres y preocupaciones pero también adoptando propuestas estéticas específicas para cada momento, sosteniendo un alto nivel de producción que no pierde la flexibilidad de ser lo que cada capítulo le requiere. Puede ser blanco y negro, para contar una historia de terror gótico clásico cuando un científico se resiste a dejar morir a su esposa, pero prefiere la agitación de la cámara en mano para retratar a un grupo en la clandestinidad que planea un ataque comando durante el mundial del ´78.

Es un drama histórico cuando la visitan Gardel y Lepera antes de su último viaje, con la misma resolución que se convierte en un limbo onírico cuando tres carapintadas se refugian en ella a fines de los ochenta y son acechados por un extraño hombre de blanco que juega con sus mentes. En la década del cuarenta la casa es vivienda de una mujer que esconde de los hombres a sus dos hijas, pero en los sesenta es testigo de la experimentación sexual de una joven pareja burguesa interesada en leer a Marx y “cazar unicornios”.

Los guiones de esta serie argentina exploran diferentes formas del misterio, el drama y el thriller, algunos con ribetes fantásticos, pero todos con momentos de oscuridad y poco lugar para la comedia. La mayoría son muy interesantes, aunque algunos están menos refinados por lo que parecen ir a ningún lado o se apoyan demasiado en el misterio para intentar justificar sin éxito las reacciones de los personajes.

La mayoría de las actuaciones son de un nivel aceptable, aprovechando algunas caras muy conocidas (Mercedes Morán, Sergio Boris, Mirta Busnelli, Romina Gaetani, Luis Ziembrowski, Belén Blanco, Erica Rivas) pero también usando gente de menor fama que no desentona. Solo decae en esos casos donde el guion no acompaña a la misma altura.

La casa está viva

Aunque sin duda las historias son importantes, es desde la imagen que la mayoría de los capítulos se destacan. Ya mencioné los ajustes que recibe tanto la paleta de colores como la elección de los planos para reforzar los diferentes climas, pero también la casa sufre transformaciones para ajustarse a cada época y a los distintos niveles de abandono que padece, tarea que cumple de forma impecable tanto la escenografía como el vestuario de sus ocupantes. Cuando volvemos a ver objetos o rincones que nos recuerdan a historias anteriores rara vez suena caprichoso, y aunque no hablen de la misma historia suelen estar tratando el mismo tema; no resulta forzado cuando las marcas dejadas sobre un árbol por una madre tratando de acercarse al hijo que tuvo que dejar, son las mismas que descubre un padre que acaba de conocer a la hija que nunca le dejaron conocer; tampoco cuando la botella de cerveza que anima a un joven a conversar con la misteriosa mujer que lo atrae sirve, treinta años después, para que que cuatro adolescentes sorteen besos haciéndola girar en el suelo.

la casaLa Casa crítica serie argentina

Algo similar ocurre con las habitaciones de la casa y mientras en el altillo se esconden los secretos, junto al río se reúnen los que buscan diversión. Las diferentes construcciones de época se apoyan en una buena seleccion de la banda sonora ambiente y de la música que escuchan o cantan los personajes, incluyendo diferentes versiones de una misma canción que quedó grabada en la energía de la casa al principio de la serie.

La Casa, miniserie de Diego Lerman, se encuentra disponible en Netflix

Publicación original: 7 de enero de 2016

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La Casa, miniserie con mucho más que cortos (REVIEW)
Conclusión
La Casa es una miniserie con altibajos pero a la que vale la pena prestar atención. Solo dos o tres capítulos llegaron a aburrime; el resto deja con ganas de seguir viendo, aunque sepamos que el próximo capitulo no resolverá ninguna pregunta que quedase pendiente.
Nota de lectores4 Votos
51
90
Total
1 Comment

1 Comment

  1. Juan Ballinari

    26/07/2022 at 01:50

    es de regular a mala. Salvo algunos capítulos interesantes y pocas actuaciones destacadas, aburre. El ritmo es lento y algunas historias naufragan en el fondo del Delta.

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